Hace ya unas semanas que no se habla
de otra cosa, en algunos círculos que nos son cercanos, que del 75 aniversario
de Superman y de la nueva película, Man
of Steel (2013), que se estrenará en nuestro país el próximo 21 de junio.
Pero como aún no se ha estrenado no es mi intención hacer ningún tipo de
spoiler, ya habrá tiempo de analizar la nueva película de Zack Snyder.
Sin embargo, sí que nos vamos a centrar
en Superman Returns. Este film se
estrenó en el verano de 2006 pero ya desde un primer momento, incluso en su
preproducción, comenzaban a salir a la palestra opiniones enfrentadas sobre cómo sería la
quinta entrega de este superhéroe. Cosas que suelen ocurrir cuando se adapta un
icono tan potente de la cultura popular, porque al ser eso, un icono, en este
caso de los Estados Unidos, cada cual tiene una particular visión del
mismo.
Desde los arcaicos, por intentar
darles una clasificación, títulos de crédito que abren la película se
puede comprobar que Superman Returns
es un homenaje al Superman (1978) de Richard Donner a lo
que se le suma el tema original de la ya tan conocida banda sonora de John Williams
junto con la aparición póstuma de Marlon Brandon como Jor-El, el padre de
Superman (también aparece su voz en off si el visionado se hace en versión
original, siempre recomendable). Hasta aquí no hay nada que haga saltar las
alarmas de los seguidores más cinéfilos, es cuando se decide quién sería el
actor que encarnaría al superhéroe es cuando comienzan las críticas negativas.
Brandon Routh era un total
desconocido para muchos y el parecido con Christopher Reeve no hacía más que avivar
el fuego de las comparaciones odiosas. Si a esto le sumamos que el villano no
era otro que un recurrente Lex Luthor interpretado por un Kevin Spacey alejado de
sus grandes interpretaciones, digamos que correcto pero para muchos no a la
altura del Luthor de Gene Hackman. Además, los pésimos ayudantes de Luthor hacen que en
conjunto el papel de éste tenga un peso aún menor.
En lo que respecta al papel de Clark
Kent, es casi tan inexistente que se echa en falta ciertos toques de humor del
personaje, es su dualidad la que ocupa todo el protagonismo y, hasta cierto punto,
es lo normal, no obstante, la película se centra en la humanización del superhéroe,
algo que parece estar de moda, véase el caso de Spider- Man 2 (2004), las entregas del Batman de Nolan (2005, 2008,
2012) o incluso la última película de Iron
Man (2013). Pero el caso de Superman llama aún más la atención porque esta
humanización es casi impensable, no estamos hablando de un humano como pueda
serlo Batman y es en este intento de mostrar el espíritu mesiánico de Superman
donde el film adquiere su mayor grandeza visual. Las escenas de acción están
rodadas de forma impecable, pero tal vez las imágenes de Superman flotando en
el espacio, que tanto me recuerdan al Crucificado
de San Juan de la Cruz de Dalí, o en el interior de la Fortaleza de la
Soledad, o incluso volando sobre paisajes glaciares, nos muestran la grandeza
de eso que llamamos cine.
A modo de conclusión y tras un segundo
visionado del film reciente he de decir que la película no ha perdido el cariz
del primer visionado, aunque se pierda el momento sorpresa del hijo (que no
tiene nada de sorpresa, además de ser un auténtico tema polémico en el que no
voy a entrar), para aquellos que se aburrieron por su longitud temporal les
seguirá pareciendo larga y para quienes la disfrutaron como enanos seguirá
siendo una obra maestra del entretenimiento.
A mí me parece que esta película de Superman muestra una evolución en el súper héroe, en lo personal me gusta la actuación de Kevin Spacey como Lex Luthor, pues es un excelente actor, su trabajo en la pantalla grande es sorprendente.
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