La película Supergirl, dirigida por Jeannot Szwarc,
pasó con más pena que gloria por la cartelera española, al igual que ocurrió en
Estados Unidos donde fue mal recibida por la crítica y por el público con un
sonado fracaso en taquilla, en parte debido a su mala distribución, ya que se
estrenó en Estados Unidos meses más tarde que en otros países, incluida España.
Los numerosos cambios en el guión y los problemas para seleccionar el reparto fueron
un perfecto caldo de cultivo para que la obra pasara a un segundo plano, lugar
que ocupó esta superheroína en la biblioteca de muchos lectores de cómics poco
después del estreno del film con la despedida de Kara en Crisis en Tierras Infinitas, donde Supergirl sacrificaba su propia
vida para salvar la de su primo Superman, aunque más tarde apareciera en otros
arcos argumentales.
En un intento de
rescatar esta película, en el año 2000 salía al mercado una nueva versión
limitada en DVD con contenidos especiales, pero para muchos no dejó de ser una
película más de serie B de los ochenta y no tanto un artículo de coleccionista.
Sin embargo, gracias a
la aparición del nuevo Universo DC, Supergirl
ha retomado el lugar que se merece con serie propia. Ya en Superman Año Cero nos explicaban el motivo de la llegada de
Supergirl a la tierra, cómo su padre
decide enviarla fuera de Krypton debido a la inminente destrucción de este
planeta.
La película que nos ocupa se centra en la misión de Kara de recuperar el Omegahedron, el poder vital de la ciudad de Argo, una fuente de energía ilimitada que es capaz de crear todo aquello que se pueda imaginar. El Omegahedron se ha perdido escapándose por los límites de la ciudad a través del espacio y terminando en el planeta Tierra. Tras escapar de Argo, Kara llega a la Tierra (casualmente ya vestida como Supergirl) y descubre que tiene una serie de poderes, entre ellos: volar, ver a través de los objetos, una fuerza descomunal, etc.
La película que nos ocupa se centra en la misión de Kara de recuperar el Omegahedron, el poder vital de la ciudad de Argo, una fuente de energía ilimitada que es capaz de crear todo aquello que se pueda imaginar. El Omegahedron se ha perdido escapándose por los límites de la ciudad a través del espacio y terminando en el planeta Tierra. Tras escapar de Argo, Kara llega a la Tierra (casualmente ya vestida como Supergirl) y descubre que tiene una serie de poderes, entre ellos: volar, ver a través de los objetos, una fuerza descomunal, etc.
El Omegahedron ha caído
en manos de una misteriosa y malvada bruja llamada Selena (Faye Dunaway) contra
la que tendrá que luchar tras ser enviada a la Zona Fantasma por ésta, de la que también tendrá que escapar para
conseguir la fuente de energía y al
mismo tiempo salvar a los humanos del influjo de la mezquina Selena y a la ciudad de Argo, donde residen los últimos
kryptonianos.
Si hacemos una
comparativa de la Supergirl de 1984 con la actual del Nuevo Universo, las
diferencias son más que significativas, ya no solo en el aspecto físico, mucho
más musculado, o en el vestuario, menos
recatado y más espectacular, sino en las actitudes de la propia heroína con
respecto a ayudar a los humanos. Mientras que
la Kara de 1984 se nos muestra un tanto cándida, dulce y sin una
aparente fuerza de determinación, la Kara actual, por su parte, es más tozuda, menos
niña y con unos ideales que no son los mismo que los de su primo Superman con
respecto a los humanos, a lo que se le suma que la adaptación al nuevo planeta
no resulta del todo sencilla. Posiblemente, las diferencias entre ambas
Supergirl estén, en parte, condicionas porque pertenecen a épocas diferentes y representan a dos tipos
de féminas opuestas, a lo que se le suma que la idea de sociedad ya no es la
misma que hace unos veinte años y los problemas que hay que resolver ya no
parten de la fantasías sino que se disfrazan de ciencia ficción pero son
reales.
Si tenéis tiempo os recomiendo
que veáis esta película, no esperéis grandes efectos especiales ni unas brillantes
interpretaciones, pero merece la pena comparar a qué se enfrentaba una
superheroína en los años 80 y a que se enfrenta en la actualidad.
Por no hablar de la genial banda sonora de Jerry Goldsmith, lo más destacable de la película, que queda demasiado boba en mi opinión :D
ResponderEliminarAl menos por entonces se atrevian con un personaje asi, hoy la Warner no apuesta nada por DC si no sabe que va a sacar muuuucha pasta, sobretodo despues del fracaso de Green Lantern (que me gusto) y de las malas vibraciones que transmite la pelicula de Guillermo del Toro sobre "La Liga de la Justicia Oscura"
ResponderEliminarCierto Bac Hylon, la banda sonora es una pieza clave.
ResponderEliminarJose, llevan años queriendo hacer una nueva versión de Supergirl, pero parece que al final todo queda en el aire y mira que hay gente a la que le gusta Supergirl.