La entrevista de hoy esta dedicada a
David Rubín. Que decir de David y su trabajo que no se haya dicho ya desde que
apareció el primer volumen de El Héroe,
por eso me apetecía hablar con él y sobre todo dejarle hablar. David es un autor de cómics con una conciencia muy grande de la
responsabilidad que eso implica y dicha voluntad es muy de agradecer, al menos
desde el punto de vista del lector En
esta entrevista realizada en el 31º Salón del Cómic de Barcelona hablamos sobre
el proceso de creación de El Héroe,
su concepción del cómic de género y de la importancia del autor como creador,
también nos avanza algunas de las claves estéticas de Beowulf su próximo trabajo con guion de Santiago García.
Miguel
Pérez: Tu obra anterior es muy personal, está enmarcada en lo que se conoce
como cómic de autor. Sin embargo, ahora has dado un salto hacia un discurso
mucho más universal, hacia el cómic de superhéroes.
David
Rubín: Si, pero creo
que no deja de ser cómic de autor. Utilizo este género para contar cosas que a
mí me preocupan y que en el fondo estaba contando en obras anteriores, solo que
aquí las desarrollo más. De hecho considero El
Héroe como mi obra más personal porque para mí el género es un
material con el que trabajar. Es como
Tarantino, el hace cine de autor mientras que mucha gente piensa que es un
director de género, y no lo ha sido nunca. Pues esto es lo mismo, y ahora estoy
haciendo un tebeo de vikingos, pero no te esperes ver una cosa en plan espada y
brujería bajo el canon, sino todo lo contrario. Estamos mezclando cosas del
western, de superhéroes, de cómic de terror, y al mismo tiempo haciendo, en el
caso de Beowulf, una historia muy
fiel al poema original. Pero en cómo se
cuenta esa historia, se busca y aprovecha todo lo que ofrece y todo lo queda
aún por descubrir de la narrativa del cómic moderno. No va a ser Conan el bárbaro ni nada de eso.
Miguel:
Entonces que te proporciona el género.
David: Un poco de todo, a mí me gusta mezclar géneros. El tema supeheroico me gusta
mucho, el superhéroe en si como icono. Es algo tan asimilado por la sociedad
que te permite cambiarlo, destruirlo, moldearlo y darle la vuelta. Por ejemplo,
con Heracles en El Héroe, esta
supercambiado con respecto a lo que puedes leer en cualquier tratado de
mitología, pero al mismo tiempo sigue siendo reconocible. Porque es fiel a esa
esencia y lo demás son cosas que tu utilizas para llevártelo a tu terreno y hacer
la historia más personal e interesante, tanto para el lector de hoy día como
para ti mismo como creador. A mí no me interesa adaptar ahí sin más, los doce
trabajos de Heracles ya ha sido adaptado por mucha gente, si voy a hacer algo
con una historia tan conocida lo primero que voy hacer es destruir para
construir desde cero, quedándome con lo básico y aportando el resto de mi
cosecha.
Miguel:
En esa destrucción-construcción del héroe, en El Héroe nos encontramos, sobre todo en su primera parte, con un
relato posmoderno.
David: En la primera parte estamos viendo a
un Heracles que todavía no es héroe, lo es en el último capítulo del tomo uno.
Hasta ese momento es un tipo que es la polla, que supera todas las pruebas y
que se va ganando año tras año y prueba tras prueba el reconocimiento de héroe
como tal. En el tomo dos empieza siéndolo a todos los niveles y con todas las
consecuencias, al mismo tiempo está el tema de la edad en el primer volumen
empieza como un niño y acaba con 32 años. Una cosa que tenía clara era que la
obra fuera ganando enteros en complejidad a todos los niveles, y que fuera
subiendo el listón a cada nuevo capítulo. Una de las cosas que quería evitar era
empezar a lo loco y luego ir para abajo. Entonces, a medida que el personaje va
madurando, también lo va haciendo el propio relato, eso es algo que tenía planteado
desde el primer borrador del guion.
Miguel:
En la primera parte nos encontramos con una articulación del relato de héroes a
través de un discurso pop, por el merchandising que genera el protagonista a su
alrededor. En qué momento surge esa aproximación.
David: Cuando estaba escribiendo el guion y
dándole vueltas al tema, se me pasaban cosas por la cabeza como: “si existiera
alguien en la realidad como Heracles, sería lo más buscado en Google”; al igual
que todo el star system actual, pero es que además este revienta monstruos. Me
pareció que podría ser un plus para la historia que estaba contando, el añadir
no solo las historias del héroe sino cómo ve el mundo a ese protagonista.
También ver las reacciones de los coetáneos, de la gente que habita en este
mundo. Hay capítulos en los que haces evolucionar al personaje en función de
sus acciones, o en función de lo que dice; en cambio hay otros que dices más
del personaje a través de lo que ven los personajes secundarios, y eso te ayuda
a definir al personaje principal.
Miguel:
De hecho hay un fandom de Heracles. En cierta manera el valor de las personas
que habitan ese mundo se aleja de lo instrumental.
David: Cuando en el tomo dos Heracles decide
dejar de ser un héroe ves las consecuencias que hay en la sociedad, de repente
falta ese superhombre, esa llama que guía a la gente. En el fondo los héroes
son una metáfora de la esperanza, por ejemplo ahora: estamos viviendo un fin
del mundo a cámara lenta bastante terrible, si no fuera porque ves pequeños
atisbos de luz en organizaciones ciudadanas como Stop Desahucios; entonces
empiezas a ver que igual dentro de esta mierda tendría que haber pasado toda
esta basura para que surgieran organizaciones como estas. Es como en las pelis
de zombis, la gente empieza a vivir de verdad y a valorar las cosas cuando todo
se desmorona. Creo que un héroe debe ser una especie de faro que refleje los
aspectos positivos de la humanidad, pero al mismo tiempo también es un ser
humano con sus dudas, y como personaje de ficción es lo que lo hace más
interesante, porque así somos todos en el fondo.
Miguel:
Entre todo este ensalzamiento del héroe, has elaborado como una especie de vida
de los santos.
David: Si, en el fondo es como la gente ve a
los superhéroes. Imagínate que existieran ¿no sería algo guay ver a Spiderman?
Yo creo que la gente se espantaría en plan Watchmen, dirían: “¿esto qué coño
es?”. Me imagino que habría dos vertientes: gente que tendría miedo y gente que
los ensalzaría, los seguiría y los veneraría como verdaderos santos. Si ahora
saliese un superhéroe como Heracles y demostrara a todo el mundo sus poderes y
la capacidad para hacer el bien, sería lo más parecido a Dios que un ser humano
haya visto. De manera que estos superhumanos no dejan de ser unos dioses.
Miguel:
A lo largo de todo el relato se ve que está hecho con ganas como si quisieras
rendir cuentas contigo mismo.
David: Ha sido un tour de force continuo
contra mí mismo, fueron cuatro años de trabajo. Pero cuando trabajas
emocionado, cuando estas escribiendo la historia, te estás dando cuenta de que
lo que tienes entre manos es, por fin, la historia que llevas buscando toda tu
vida para poder contar y desarrollar todas esas cosas que tenías ganas de explicar
con calma. Y encima te vas a divertir mucho, porque en el libro una de las
partes más importantes son las escenas de acción. Gracias a trabajar sin un
formato determinado y poder desarrollar estas secuencias, tanto las de acción
como la que no lo son, con las páginas que yo consideraba que requerían. No
hacer más por más, yo hubiera sido feliz si hubiera solucionado esto en 150
páginas, pero sería otro libro, necesitaba 600 para contarla como yo creo que
se debe contar y no hay ni una página de más y ni una de menos. Son las páginas
que yo considero necesarias para contar esta historia como Dios manda.
Desarrollar una secuencia de acción muda durante 20 páginas donde pueda pararme
a mostrar como el personaje sufre y que la gente vea como le cuesta ganar.
Siempre intento variar el tema no hay dos pruebas iguales: las hay emocionales
y otras en las que predomina el uso de la fuerza física; no hay dos puñetazos
de Heracles que sean iguales en todo el libro y con esa libertad me daba más
ganas, pero también me daba más curro. Cada día que me ponía a dibujar El Héroe era como irme de vacaciones y
me despertaba por las mañanas con las ganas de terminar lo que el día anterior
había dejado a medias, como lo tienes todo en la cabeza, no me llegaba el
tiempo para llevarlo todo a cabo. Yo creo que si trabajas emocionado y con
ilusión en lo que haces y te entregas totalmente, cuando sale el libro llega al
lector, igual que cuando lo haces por hacer el lector lo nota. Yo como lector
hay veces que cojo tebeos y aunque estén bien de factura veo que hay algo ahí
que no sé cómo llamarlo, que veo que el tío no se lo estaba pasando bien o se
la soplaba. Te puede gustar o no lo que hago pero vas a ver la obra de un tipo
que cree en su propio trabajo y que va hasta las últimas consecuencias como
creador y que además disfruta. Ante todo
creo que uno ha de ser honesto como creador, a todos los niveles, si no es así
no pretendas que luego te tomen en serio como autor. Es un problema que sucede
muy a menudo en el cómic español y a la inversa sucede lo mismo. Cuando empecé
con este cómic no sabía si iba a vender mucho o poco, no sabía cómo me iba a
salir la jugada, igual me lo comía con patatas pero era lo que a mí me apetecía
hacer y era el momento de mi vida que me podía permitirme lanzarme con algo
así. Rechace oportunidades económicamente mejores, pero como autor no me
aportaban absolutamente nada y visto desde la distancia me ha salido bien la
jugada.
Miguel:
Cierto, se nota cuando está hecho con ganas y cuando está hecho sin ganas.
Antes hemos hablado un poco de la concepción del héroe. ¿El ascenso crea al héroe y la caída al mito?
o ¿Cómo sería eso?
David: Para cualquier autor narrar las
caídas es mucho más estimulante que narrar los ascensos. Tienen un plus, tanto
para el lector como para el narrador, solo que para este último es más
divertido, igual que para un actor es mucho más divertido interpretar a un
villano. Creo que para narrar bien una caída y que tenga un gran impacto has de
narrar un auge, tienes que mostrar al protagonista en su esplendor, poner la
miel en los labios para luego arrebatarla y ver qué ocurre. Para mí el tomo uno
de El Héroe es la luz, ver como un
niño se convierte en hombre y ese hombre se convierte en héroe. En el segundo
tomo es ver como un hombre que ya lo es, al igual no está preparado ni para ser
hombre ni héroe. A lo mejor no tiene esa madurez, es capaz de enfrentarse a mil
bestias y de salvar a todo el mundo, es como esas personas que en su trabajo
son muy buenos pero en sus vidas personales son un desastre. La vulnerabilidad
es lo que hace que los héroes sean grandes, Superman sin Kryptonita seria
aburridísimo, Spiderman si llegase siempre a final de mes sería una mierda. Creo
que lo interesante es eso, los héroes se moldean a partir de sus taras y que es
imprescindible que todo buen héroe conviva con su lado oscuro.
Miguel:
Por eso hay una diferencia en la paleta de colores entre la primera y la
segunda parte.
David:
Bueno, El Heroe 2 sigue teniendo colores muy
vivos, muy pop. Sí que va a otro terreno y la propia narrativa te pide que lo
que estas contando vaya de otra manera.
Miguel:
Me sorprende el segundo volumen en su totalidad; empieza con un sueño dorado
para convertirlo todo en una pesadilla. ¿Cómo desarrollas esa rotura?
David: Era para romper con la dinámica de
una prueba tras otra y como quedaban menos pruebas por hacer, ya había explicado
nueve de las doce en el primer volumen, eso me permitía pararme en otros
capítulos para poder contar otras cosas. En la vida de Heracles hubo momentos
como el que mata a la familia y primero quería presentarla, y me gustaba la
idea de explicar en 20 páginas 6 o 7 años de vida del personaje sin utilizar ni
una sola palabra. Para mí era la mejor manera de empezar el libro y también una
declaración de intenciones, a partir de ahí es un aviso para navegantes, el
lector sabe lo que le espera, sabe que no va a leer lo que leyó en el tomo uno.
Miguel:
En Beowulf como estas articulando el tema de la heroicidad.
David: Beowulf
no es como El Héroe, que es un estudio sobre la idea de
heroicidad. Beowulf no es un héroe,
al menos no del modo que lo es Heracles, en Beowulf
lo importante no es la heroicidad sino la lucha del bien contra el mal. Una
lucha que muchas veces se representa en el combate con monstruos pero que en otras
ocasiones está en el corazón de los héroes. No sé cómo explicarte algo sin
destripar nada de lo que estamos haciendo Santiago y yo; es un tebeo muy
diferente a El Héroe y a cualquier
cosa que ambos hayamos hecho antes: es muy seco, muy salvaje, muy duro, es lo
más duro que he hecho hasta ahora; es sucio y desesperanzador.
Miguel:
Estéticamente en que va a variar.
David: Creo que el dibujo va más allá en Beowulf, por un lado es menos trabajado
en el sentido que el lápiz lo estoy haciendo mucho más rápido y más suelto que
en El Héroe, pero también porque me
siento más seguro como dibujante que cuando empecé con la historia de Heracles,
y dibujo más con la propia tinta. La historia es más oscura, entonces a nivel
de registro hay más sombras, he hecho un uso de las texturas que no había
utilizado nunca, tanto en la tinta, como en el uso del color. Estoy usando salpicaduras
de pincel y métodos más tradicionales para trabajar, pero desde un punto de
vista actual y moderno intentando darle la vuelta. Por ejemplo: técnicas de
entintado que veía en obras de los setenta como Lone Wolf and Cub y coger todo ese material del manga de esa época
que a mí me vuelve loco y mezclarlo con lo que hay ahora. En cuanto al color es
mucho más oscuro, nada pop, está pensado para que se vea la mugre y se huela el
olor corporal chungo de los personajes.
Miguel:
Y el hecho de que otra persona, Santiago García, se ocupe del guion, te permite
centrarte en lo gráfico y experimentar.
David: posiblemente sí, pero es como si
estuviésemos escribiendo el tebeo entre los dos. Esta propuesta surgió cuando
estaba acabando de dibujar El Héroe 2.
Santiago tuvo mucho tiempo para reescribir ese guion que en un principio iba a
dibujar Javier Olivares para adaptarlo a mí y por medio fuimos hablando
muchísimo en el sentido que le decía como yo veía al personaje y entre los dos
hacíamos crecer la historia. En el fondo creo que el hacer este trabajo en
colaboración hace que la obra resultante vaya más allá que cualquier cosa que
yo podría parir en solitario, es algo que nos supera a los dos, nos lleva a un
terreno en el que no se sabe dónde empieza el guionista y donde termina el
dibujante, estamos dialogando continuamente haciendo que la obra nos sorprenda a
nosotros mismos como creadores sabiéndonosla de memoria. Aunque la estoy
dibujando no estoy trabajando sobre un guion cerrado, se me ocurre tal idea, la
hablo con Santiago y se van añadiendo cosas nuevas. De manera que mientras
estoy dibujando la historia sigue viva, mutando en función de lo que necesita. Teníamos
un guion base, pero que no era una herramienta de “esto va a fuego” era un
material que a mí me servía para no perderme y saber a dónde voy y lo que
quiero contar, para mí la fase de guion termina prácticamente cuando acabo la
portada del libro. Creo que la parte de lápiz es guion puro; incluso el color,
porque no se trata de un color decorativo, sino que es narrativo 100% que sirve
para transmitir emociones.
Miguel: Para acabar, si alguien que no tiene idea de cómic te pregunta que es un autor de cómic.
David: Es un tipo, que al menos en mi caso,
que se gana la vida con lo que más le gusta y que le hace feliz de verdad que
es escribir y dibujar y poder crear los mundos que a mí me dé la gana.
Resumiendo: un tío que tiene el mejor trabajo del planeta Tierra.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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