El cómic esta viviendo un buen momento, si nos remitimos
al panorama nacional: ha habido un florecimiento de pequeñas editoriales,
consolidación de aquellas que llevan un tiempo, surgen nuevos fanzines y se “profesionalizan”
aquellos que llevan un tiempo, el cómic de autor se ha consolidado de manera
definitiva, a eso hay que sumarle un cómic de género patrio que poco a poco va
despertando de su letargo. Dentro de esa forma de entender la narración de
historias nos encontramos con Ocupante
(Panini, 2012) de Andreu Martín y Jacobo Navarro ganador del 1er Premio Internacional
de Cómic Costa Brava.
No es una gran sorpresa que Panini, o mejor dicho el jurado,
premiase a una obra de género teniendo en cuenta su política editorial centrada
básicamente en el cómic de superhéroes Marvel y universos expandidos de
videojuegos. Ocupante es una obra
corta pero intensa en tan solo 52 páginas se nos muestra la muerte y resurrecciones
de Lázaro y de unos perseguidores que intentan evitar que el numero de muertos
aumente.
Quizás la brevedad del relato favorezca una lectura
relajada muy adecuada para las fechas en la que nos encontramos, sin embargo,
se hecha en falta el profundizar en los personajes y sus motivaciones, en crear
una mitología sobre el universo creado por y quizás recrearse más en la
historia de la microsociedad rural en la que empieza la historia, en la que se sitúan
dos personajes con motivaciones totalmente opuestas pero que utilizaran la
muerte como medio para conseguir su propio fin, se trata de el cura del pueblo
y la abuelaza. En resumen, se trata de un buen cómic con un gran potencial que
se ve lastrado por la brevedad del mismo pero que se resuelve con solvencia
gracias a un dibujo más que efectivo y un guion resuelto que apunta a cotas más
altas.
Cuando nos referimos a narrativas de género es
fundamental que los universos se desarrollen hasta el punto de ser creíbles e
inteligibles y que funcionen con coherencia. En ese punto Ocupante brilla apoyándose en un universo de lo habitual y lo contemporáneo
para crear un extraño cuento de zombies metafóricos, o no tanto, que a diferencia de lo que nos tienen
acostumbrados estos se “alimentan” de cuerpos muertos, o dicho de otra manera
necesitan de ellos para seguir vivos.
Esta historia recuerda, en ciertos, aspectos a aquellas
escritas por Chicho Ibáñez Serrador para su Historias
para no dormir en las cuales en muy poco espacio de tiempo se recreaban en
espacios y situaciones las cuales estaban presididas por un ambiente que
plasmaba un universo único en cada capítulo. Dentro de esa tradición se
encuentra Ocupante una pequeña
historia donde los horrores cotidianos se plasman en el miedo de un personaje
que trata de sobrevivir a la muerte de cualquier manera. Un relato digno de ser
leído para pasar un buen rato.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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