Hay obras que cuando uno las lee en su
momento puede pensar que están demasiado ancladas a esa época, ya sea por los
tics narrativos, por los temas, por la estética o por la forma en que esta están
contadas, y no deja de preguntarse que pasará cuando volvamos a revisar dicho
texto.
Pues bien, recientemente he tenido la
inmensa suerte de releer Rosario y los
inagotables (La Cúpula, 2014) de Laperla y Marcos Prior, concretamente 10
años y 2 meses después de que apareciese la última entrega de esta serie en El Víbora, concretamente entre desde el
numero 242 al 290 (de marzo de 2000 a marzo de 2004). Una de las series
españolas más interesantes del último periodo de esta revista de cómics,
principalmente por la apertura que se planteaba en la estructura del
tratamiento de la historia, y por la de recovecos y huecos dejados una entrega
tras otra en la que cabía todo o casi de todo en una especie de cajón desastre
narrativo, que daba pie a cualquier tipo de experimento genérico.
La obra de Laperla y Prior es básicamente
la historia de un grupo de amigos cuyo núcleo central es Rosario una chica
normal, guapa pero normal, a partir de
la cual se despliegan una serie de personajes que empiezan a partir de su
hermano y su novia, Claudia, su hermana; y Chuck su novio, Moe y Joe, un par de
amigos; y así sigue multiplicándose los actores en escena, a medida que aumentan
las relaciones interpersonales, ya sean de carácter sentimental o laboral,
realmente no importa, todos los personajes, principales o secundarios tendrán gran
relevancia en el destino de los otros.
Cada una de las entregas tienen en común
cierto tratamiento narrativo a la hora de contarnos cada historia: pequeños
retazos narrativos con gran independencia narrativa, muchas veces se parte de
una viñeta como una microhistoria que se despliega no solo a lo explicado en la
página o al capítulo en cuestión, sino que se extiende al relato completo, creando
un patchwork narrativo en el que todas las historias pasan de primer a segundo
y tercer plano diluyendo la importancia de todas y cada una de las peripecias
de los personajes pero a la vez dándoles relevancia.
Para conseguir eso los autores nos
cogen de la mano y nos llevan, en primer lugar, a unos espacios reconocibles
que facilitan el hacer resaltar unos personajes que pueden parecer estereotipados,
pero que están lejos de serlos, y con todo ello perfectamente reconocibles. En
segundo lugar, el no hacer asco a ningún tipo de temáticas principalmente las
que podríamos considerar como más o menos románticas, a través de las cuales va
surgiendo poco a poco uno de los temas sobre los cuales gira la obra ultima de
Marcos Prior: las perversiones de la sociedad capitalista.
Ya desde temprano en esta obra aparece
la crítica a lo maligno del sistema, la inestabilidad laboral y económica de
los personajes, y la inercia con la que estos se mueven por los valores en los
cuales han nacido pero que en realidad no tratan de cambiar. En ese sentido el capítulo
más relevante es el titulado “24 razones por las que Joe y Moe les gusta utilizar
la tarjeta Nerón”, pero para entenderlo hay que conocer a estos dos personajes:
dos ácratas, en apariencia bonachones, campechanos, que representan lo peor de
la sociedad, ya que en ningún momento han hecho un esfuerzo real por prosperar
o mejorar su vida, y lo que es peor nunca han hecho nada por nadie, siempre han
sido receptores de los favores del sus compañeros. Bajo ese aspecto de pasotas
se esconden dos personajes que se ven beneficiados por las derivas de un
sistema hasta el punto de hacer este falso anuncio de una tarjeta que da
crédito a hacer todo tipo de barbaridades en nombre del capital.
Rosario
y los inagotables es
uno de los cómics de la década pasada que por motivos personales guardo mejor
recuerdo, y realmente tenía mucho miedo de que hubiese envejecido mal, pero el
resultado es todo lo contrario esta recopilación revaloriza el texto, el poder
leerlo en su integridad pone en alza los valores narrativos y reivindicativos
del mismo. Y como suele suceder en ocasiones la situación económica actual hace
que lo leamos de manera mucho más atenta. En definitiva, una lectura
absolutamente obligatoria, un must have del cómic español, no os arrepentiréis,
os lo aseguro.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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