Estamos ante
un año complejo en cuanto a las obras que se nos están planteando desde el
panorama autoral y editorial. Empiezan a aparecer dudas, ¿Cuándo cuatro
garabatos dejan de serlo para ser un cómic? ¿Cuándo eso que entendemos como
cómic supera las barreras discursivas de la narración gráfica? Está claro que
es un año difícil para aquellos que entienden el tebeo desde una perspectiva
canónica, desde el punto de vista narrativo y estético constreñido por las
formas de lo comercial.
Hoy vamos a
hablar de Typical Spanglish (La
Cúpula, 2013) de Sergio Mora un cómic-artefacto que se integra en la obra artística
de esta a creador multidisciplinar (si voy a utilizar ese término a pesar de
que se encuentre devaluado), un trabajo cercano al transmedia pero que se
ajusta más a la exploración diegética que supone el crossmedia. En Typical Spanglish nos encontramos una
obra dividida en cuatro partes en la que el autor navega por las fronteras de
su obra a partir de diferentes formatos: el primero es el cómic, con una
historia que articula el resto del volumen y sobre el que nos vamos a centrar.
En este primer bloque, que se combina con la ilustración, se narra las
aventuras de Botijoman una especie de musa intergaláctica que viaja de planeta
en planeta a la mente de diferentes artistas para para inspirarlos en las
próximas creaciones.
Así que Botijoman
viaja hasta el cerebro de Sergio Mora para que lleve a cabo la exposición Typical Spanglish, que queda fuera de
plano, cuya crónica en forma de telenovela se incluye en el libro. El autor se
vale de influencias como Clowes y Burns para recrear el espacio árido y
estereotípico en el que Botijoman se ha retirado. Eso dará pie a un viaje al
pasado en el que vemos el desasosiego de este personaje a través de su infancia
o cuando he ejercido de musa para otros artistas. Así pues, este se ha vaciado
en sus relaciones, lo ha dado todo y ahora en su retiro se encuentra roto por
dentro, es incapaz de articular una relación real con ninguno de los personajes
que se relaciona. Así que solo y aislado, es emocionalmente incapaz de
establecer nuevos vínculos por no haber sido correspondido en el pasado. Una
vez creada la obra el artista se deshace de él, no hay negociación ni
reconstrucción de esa relación, el artista necesita relacionarse con otras
musas y despreciar a las viejas. Convirtiendo ese aislamiento es un grito sordo
por las injusticias que se han cometido contra su persona.
El espacio que
articula el cómic es un conjunto de textos, poesías y pinturas que el autor ha
desarrollado en torno al concepto que da título tanto a la obra como a la
exposición: una mixtura de los topos de la cultura popular norteamericana y
española. Sin ser un entendido en arte me atrevería a decir que se trata de una
visión de la cultura pop filtrada a través del surrealismo. Este título es un libro,
un concepto y una estructura atípica dentro del panorama editorial español que
conjuga una visión de un espacio icónico a través de diferentes disciplinas,
rico en su lectura y sorprendente en su concepción.
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