De
un tiempo a esta parte, y sobre todo tras Los
Vengadores (2012), somos muchos los que nos preguntamos si el universo
cinematográfico de Marvel, aparte del de otros superhéroes en general, está
siendo sobreexplotado sin un fin aparentemente cercano, resultando en ocasiones
cansino y vacío.
Con la
primera entrega de Thor a cargo de Kenneth
Branagh saltaban a la palestra las dudas sobre la aproximación de éste director
al mundo del superhéroe, sin embargo la película era correcta y desde el punto de vista comercial cumplía
con los parámetros establecidos entre acción, humor y el mitológico mundo de
Asgard, aunque se esforzaba tanto en ser correcta que podía resultar demasiado previsible.
Con esta segunda entrega ocurre casi lo mismo que con la anterior, de ahí que
el cansancio ya pese en el espectador. En esta ocasión, Alan Taylor, uno de eso
directores inmersos en el mundo de las series de televisión y encumbrado por su
participación en Juego de Tronos, cuyo nombre será fácilmente olvidado, no hace
otra cosa que seguir a su predecesor al
cargo haciendo una película visualmente correcta (es Hollywood, allí todo se
hace bajo el patrón de la reproductibilidad mecánica unida al éxito comercial) pero
que desaprovecha a todos y cada uno de los actores que aparecen en el reparto,
hasta el boom Loki se desinfla y mira que causó sensación en Los Vengadores, y no nos engañemos, el malo no es tan malo. Parte del fracaso es un
guión que no está correctamente hilvanado.
La
mayor parte de los fans verán en ella un paso intermedio hacia la esperada Guardianes de la Galaxia (2014) y Los Vengadores: Age of Ultron (2015),
cegados por el ansia de ver a sus admirados superhéroes en acción y no siendo
del todo críticos con el producto que les están vendiendo. Por su parte, los
detractores verán una película más del montón, efectos especiales de catálogo,
universos para nada novedosos, ni aún viéndolos en el cine, escenas de acción
en su justa medida con una batalla final mediocre, no tanto como su final, y un
sin fin de obviedades causadas por querer estrujar a la gallina de los huevos
de oro.
Posiblemente
lo mejor sea el momento en el que comienzan los títulos de crédito y esperas
con anhelo el pequeño fragmento que anuncia la siguiente entrega de Marvel,
parece que últimamente esto está cosechando más éxito y comentarios que las
propias películas en sí, cuestión que dice mucho del espectador y del vendedor.
Es por eso que les invito a que vayan al cine a verla, aunque solo sea por el
minuto de oro post títulos de crédito (ahora ya no hay que esperar tanto).
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