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Portada de la 1ª edición de Mox Nox |
Y
ha sido en la red donde han ido apareciendo poco a poco y creo que han tenido
bastante éxito, no solo entre el público lector de cómic sino entre lectores ajenos al medio. Queda claro
pues que la apuesta de Cornellà tanto por una simplicidad visual, como por una
narrativa gráfica sencilla, así como por una narración en la que nadie es capaz
de perderse; son las claves del éxito de este trabajo. Si bien lo raro y lo
transgresor de esta colección de microhistorias queda patente, ¿de dónde surgen
estas historias donde la violencia es el leitmotiv
de la narración?
Sin
ánimo alguno de establecer una taxonomía, y pensando que me puedo equivocar en
todo lo que digo, me gusta pensar en Mox
Nox como en una extensión del slapstick el género cinematográfico definido
así en Wikipedia: “a type of broad physical comedy involving exaggerated,
boisterous actions (e.g. a pie in the face), farce, violence and activities
which may exceed the boundaries of common sense.” (Cojo esta definición por lo
acertada y acotada de la misma)
Lo
primero que nos encontramos en Mox Nox
son acciones de violencia sin sentido desencadenadas a partir de patrones
instaurados en la sociedad bajo el título de usos y costumbres; y que provocan
una satisfacción personal a: aquellos que cometen los actos violentos, los que
salen beneficiados de estos y circunstancialmente a aquellos que sufren la
violencia en sus carnes. En ocasiones estos últimos cumplen ese triple rol de
ejecutor, beneficiado y víctima, de manera que la autoinflicción de dolor se
convierte en una forma de aceptación social.
Sin
embargo, no se trata de una violencia descarnada, la podríamos tachar de amable
o singular, pero no malvada. Es el contexto social el que pervierte toda la
situación, a pesar de que a lo largo de toda la obra, y cuando hablamos de obra
en este caso es tanto el libro como las tiras que el autor va publicando en
internet, hay un elemento que predomina en todas ellas: la sonrisa. Una sonrisa
blanca como el contexto visual que envuelve estas historias de una sola página
en las que brilla por encima de todo la utilización de unos colores poco
asociados con el tremendismo social de estas viñetas, y más vinculado a la comedia; eso hace que se
acentúe la sensación de extrañeza. Esos dos elementos nos ayudan a dibujar un
tercero: los personajes. Estos son perfectos, de anuncio de teletienda (pero
solo aquellos que utilizan el producto anunciado, los otros no, que no dejan de
ser una combinación de taras físicas y mentales más allá de la comprensión humana),
son seres que parecen tener la solución perfecta en el momento adecuado en una
especie de utopía kitsch desnaturalizada.
En
ese sentido tendríamos que analizar de manera somera la resolución de los
relatos, estos están basados en causa-efecto, las decisiones que toman los
personajes son el leit motiv de la
historia. La solución al problema, el gag, el toque cómico, lo que nos hace sonreír
es la solución desviada que nos aporta el autor esta nos plantea un doble dilema:
¿hasta qué punto lo que estamos leyendo es exageración y has que lo es sobre lo
extraño de nuestra sociedad y sus acomodos sociales cargados de
convencionalismos? Es ahí donde el lector debe interceder y encontrar su propia
resolución.
En
todo caso el universo de Mox Nox sigue creciendo, aparecen nuevas páginas en
forma “Quick Guide to…” en la que podemos ver las instrucciones para resolver los
problemas menos convencionales que pueden aparecer en nuestro día a día. En
resumen gran trabajo de un autor que va creciendo día a día.
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Portada de la 2ª edición de Mox Nox |
Un preciso análisis que me ayudó a la hora de escoger libro este verano. gracias!
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