Es evidente que existe un universo paralelo de las
grandes, medianas y pequeñas editoriales, siendo estas últimas las que están viviendo
un momento dorado, formado por aquellos autores que se autoeditan. Este sector
se ha visto potenciado por la venta directa on-line que permite vender a lo
largo y ancho del mundo así como la posibilidad de la impresión bajo demanda. A
todo eso hay que sumarle el placer fetichista de la copia impresa, las
ediciones limitadas y las ilustraciones exclusivas si eres de los primeros que
realizas el pedido. De manera que podemos considerar que estamos viviendo una
edad dorada tanto para los que se autoeditan como para aquellos que buscamos no
solo el cómic en si mismo sino tener un ejemplar exclusivo entre nuestras
manos.
Un ejemplo de esta forma de entender el comic es F.H. Navarro
y su Sushi, Verano 2012, un tebeo de
grapa de 24 páginas que recopila diferentes historias cortas del autor. Navarro
es un autor que ha publicado en diferentes obras colectivas, ha publicado en
web y se ha autoeditado. En cierta manera esto es una reconsideración del
concepto de artista renacentista, si antes el autor se tenía que dedicar, casi,
exclusivamente a crear ahora hay toda una generación para la que la creación de
historias es una parte del proceso, ahora hay que tener en cuenta la
maquetación, el diseño general de la publicación, gestionar la impresión, y la
distribución.
Sin embargo, la parte central del negocio es el trabajo
creativo del autor ya que sin este todo lo que hemos mencionado anteriormente
no tiene sentido. En ese orden de cosas Sushi
es un cómic excelente en el que el autor despliega todo su saber narrativo a través
de unas historias mínimas que podemos situar en la periferia de la poesía por
su capacidad de plasmar de manera breve lo que el creador intenta expresar en
cada una de las historias. Pero si existe un protagonista en esta obra este es
el color. A través de este se crean las formas de unos personajes esbozados con
pocos trazos y a que a su vez definen la esencia de estos.
Las historias van desde el cuento para niños de “Up in
the sky” al poema existencialista de “Los últimos cazadores” o las narrativas
meramente gráficas de “Que felices seremos los dos”, “La obsesión de Picasso” y
“La caja” para cerrar el volumen con “Carl Theodor Dreyer’s Vampyr” en la que a
través de una dominante de azules y grises reescribe la obra de Dreyer.
Para los que queráis una copia en papel de Sushi ya llegáis un poco tarde a menos
que el autor se decida a hacer una segunda edición pero al menos podréis pedir
vuestra copia en pdf para poder disfrutar de estas microhistorias definidas por
la cadencia de colores.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
Muchas gracias. Me alegro que te haya gustado. En diciembre una nueva entrega.
ResponderEliminarUn saludo