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sábado, 28 de julio de 2012

Spain is pain #61: Pequeña antología del manga en España (2). Dragon Fall



No cabe ningún tipo de discusión si afirmamos que Akira Toriyama con su Dragon Ball es el gran introductor del manga en nuestro país. De la mano de esta obra empezamos a descubrir los secretos de la narrativa gráfica japonesa, los arquetipos utilizados y a conocer todo lo que rodea a la cultura del manga y el anime. Pero no solo eso, gracias a Dragon Ball se empezó a fraguar lo que es la actual cultura de fans de hoy día en España.

Vayamos por partes, no se inventó nada nuevo, sino que se consolidaron una serie de prácticas que el fandom anglosajón llevaba cultivando desde los años sesenta y que aquí empezaron a consolidarse a lo largo de los noventa, a pesar de que ya existía anteriormente un fandom español. El primer síntoma de esa consolidación de la actual cultura participativa en nuestro país es la aparición de fotocopias de personajes de Dragón Ball en poses eróticas o bien directamente teniendo relaciones sexuales, repito esto no es nada nuevo ya que el slash ya existía desde la aparición de Star Trek; Sin embargo, la intensidad que prometía este tipo de ilustraciones basadas en la serie nipona prometía bastante.Todo este fenómeno se consolidó con la aparición de Dragon Fall (Camaleón Ediciones y Editorial Heliopolis, 1993-1997) de la mano de Álvaro López y Nacho Fernández. 


¿Por qué Dragón Fall es el catalizador de la cultura fandom o friki española actual? En primer lugar por ser un filtro donde se recoge todo el conocimiento que los autores tienen de la serie y la vuelcan -en la colección, y no solo eso sino que hacen gala de de un conocimiento multifandom y lo vuelcan en la serie, es raro el numero en el que no aparezca una referencia a Star Wars, Star Trek, el universo X de Marvel, DC o cualquier serie, colección o película que estuviese de moda entre el colectivo en ese momento. Eso se pone de manifiesto, sobre todo, en las portadas en las que los autores hacen gala de su frikismo. Desde un punto de vista académico se considera el hacer gala de los conocimientos sobre una serie, cómic, película, etc.. como un primer síntoma por el cual podemos identificar a un fan.

Todos estos elementos se entroncan en la tradición de la fan fiction en la que existe gran interés por la rescritura de la historia. Y en eso consiste Dragon Fall, una rescritura vista desde el punto de los autores en el que podemos ver esas escenas perdidas que suelen desaparecer del canon oficial o que simplemente se nos omite en pos de una narración dinámica, pero que en el tipo de historias que estamos tratando encuentran su mayor atractivo.

¿Debemos considerar Dragon Fall como una publicación importante? Mi respuesta es: si. Por varios motivos, algunos los he esbozado anteriormente, pero sobre todo porque es uno de los primeros mangas españoles publicados de manera profesional, o más bien pro-am, aunque beba de varias fuentes, incluida Bruguera. Aunque este alejado por lo que en la actualidad entendemos como manga hispano es simplemente eso los primero pasos de una forma de entender el cómic en nuestro país que ha tenido que crecer rodeado de prejuicios. Aunque siendo sincero debo decir que ha envejecido mal (muy mal), pero no por ello pierde su valor histórico y contextual. Dragon Fall al igual que el resto de publicaciones echas por y para fans solo tienen ese valor dentro de un contexto social e histórico que hace que con el tiempo vaya perdiendo algunos de los valores que la hicieron popular en su momento.

De todas maneras animo a todos los que en su momento adquirieron esta colección, y todavía la conserven, que le vuelvan a echar un vistazo, os aseguro que volveréis a pasar un buen rato.

                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg

sábado, 28 de enero de 2012

Spain is pain #15: Pequeña antología del manga en España (1). Sukebe.


Empezamos con este post una serie de artículos sobre el impacto del manga entre los dibujantes de una generación. Se trata de una subsección que irá apareciendo de manera aperiódica. Para esta primera entrega he preferido centrarme en el ámbito de la parodia erótica que tuvo cierta repercusión entre las primeras publicaciones inspiradas en la estética y las narrativas de los manga. 
El origen de estas publicaciones son los doujinshis, un equivalente a los fanzines occidentales, en su variante erótica, es decir, los hentai. Muy populares en Japón y que tuvieron su paralelo en España a mediados de los noventa, momento en el que el cómic japonés empezaba a asentarse en nuestro país de cara a la explosión que tuvo lugar a principios del siglo XXI.

La publicación que mejor representa ese periodo fue Sukebe editada por Camaleón Ediciones a lo largo de 1995. Lo sorprendente de esta revista que seguía una tradición muy asentada en la cultura editorial japonesa y que en tan solo unos años se asienta en nuestro país como si llevásemos décadas consumiendo mangas. Pero antes de hablar de la revista en cuestión la relación del lector de mangas español con la parodia empieza mucho antes. En el periodo en el que el anime de Dragon Ball gozaba de gran fama corrían por los colegios y los institutos fotocopias de parodias de la serie realizada por los seguidores de la misma, la fama de estas llego hasta tal punto que había fans que las coleccionaban (yo conocí un par de casos). Se trataba de una actividad como cualquier otra ejecutada por un fandom primigenio en la que la iniciativa era caótica, sin organizar y realizada por pura diversión. El caso de Sukebe se engloba en la gran labor que Camaleon Ediciones llevo en su momento con la expansión del manga por nuestros lares. Esta revista de historietas era pequeña parte de su trabajo, encabezada por la revista de información Nekom; la mejor que existió en su momento, la parodia Dragon Fall o títulos como Hiromi que buscaban abordar la estética desde un punto de vista mas serio.

La base de Sukebe eran series conocidas como Dragon Ball, Sailor Moon, Doraemon o Ghost in the Shell o aquellas que en aquel momento estaban publicándose, aunque luego no tuvieron continuidad, como: Tenchi Muyo, Riot o Gun Smith Cats. En las que las tensiones sexuales no resueltas se ponían de manifiesto sin dejar ningún aspecto a la imaginación. El experimento consistía en adaptar el estilo gráfico de las series originales para reconvertirlo en historias pornográficas en las que se adaptaba en gran medida la estética que los japoneses utilizan para este tipo de publicaciones.

A través de las pequeñas historias publicadas en Sukebe, tres por número, se mostraban algunas de las variantes del manga erótico, aunque por lo general eran de carácter heterosexual o lésbico, con algún toque sado, y en un par de ocasiones nos encontramos con lolicon en Follaemon y Dragon Ball GÑ.

Se trata de una tradición añeja dentro de cualquier fandom el realizar parodias eróticas o historias con narrativas pornográficas que intentan explorar el otro lado de unos personajes que estamos acostumbrados a ver vestidos. Aunque si en este caso nos encontramos con lo heterosexual como lo dominante esto no implica que no existan narrativas homosexuales dentro de este tipo de historias. A estas se las suele denominar como slash, cuando nos referimos a fandoms basados en series de televisión, y el del manga son mas comunes de lo que nos podría parecer en un primer momento, pero anuladas por completo en este primer periodo de los doujinshis eróticos nacionales.

Sukebe venia amparada por las diferentes colecciones dedicadas al Hentai publicadas por Norma o Glénat, que con el tiempo fueron desapareciendo del panorama editorial para pasar a ser carne de Internet. Lugar en el que los lectores potenciales pueden disfrutar de sus personajes favoritos de forma más tranquila.

                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg