Empezamos con este post una serie de artículos sobre el impacto del manga entre los dibujantes de una generación. Se trata de una subsección que irá apareciendo de manera aperiódica. Para esta primera entrega he preferido centrarme en el ámbito de la parodia erótica que tuvo cierta repercusión entre las primeras publicaciones inspiradas en la estética y las narrativas de los manga.
El origen de estas publicaciones son los doujinshis, un equivalente a los
fanzines occidentales, en su variante erótica, es decir, los hentai. Muy populares en Japón y que
tuvieron su paralelo en España a mediados de los noventa, momento en el que el
cómic japonés empezaba a asentarse en nuestro país de cara a la explosión que
tuvo lugar a principios del siglo XXI.
La publicación que mejor representa ese periodo fue Sukebe editada por Camaleón Ediciones a
lo largo de 1995. Lo sorprendente de esta revista que seguía una tradición muy
asentada en la cultura editorial japonesa y que en tan solo unos años se
asienta en nuestro país como si llevásemos décadas consumiendo mangas. Pero
antes de hablar de la revista en cuestión la relación del lector de mangas
español con la parodia empieza mucho antes. En el periodo en el que el anime de
Dragon Ball gozaba de gran fama corrían
por los colegios y los institutos fotocopias de parodias de la serie realizada
por los seguidores de la misma, la fama de estas llego hasta tal punto que
había fans que las coleccionaban (yo conocí un par de casos). Se trataba de una
actividad como cualquier otra ejecutada por un fandom primigenio en la que la
iniciativa era caótica, sin organizar y realizada por pura diversión. El caso
de Sukebe se engloba en la gran labor
que Camaleon Ediciones llevo en su momento con la expansión del manga por
nuestros lares. Esta revista de historietas era pequeña parte de su trabajo,
encabezada por la revista de información Nekom;
la mejor que existió en su momento, la parodia Dragon Fall o títulos como Hiromi
que buscaban abordar la estética desde un punto de vista mas serio.
La base de Sukebe
eran series conocidas como Dragon Ball,
Sailor Moon, Doraemon o Ghost in the Shell
o aquellas que en aquel momento estaban publicándose, aunque luego no tuvieron
continuidad, como: Tenchi Muyo, Riot o Gun Smith Cats. En las que las tensiones sexuales no resueltas se ponían
de manifiesto sin dejar ningún aspecto a la imaginación. El experimento consistía
en adaptar el estilo gráfico de las series originales para reconvertirlo en
historias pornográficas en las que se adaptaba en gran medida la estética que
los japoneses utilizan para este tipo de publicaciones.
A través de las pequeñas historias publicadas en Sukebe, tres por número, se mostraban
algunas de las variantes del manga erótico, aunque por lo general eran de carácter
heterosexual o lésbico, con algún toque sado, y en un par de ocasiones nos
encontramos con lolicon en Follaemon y Dragon Ball GÑ.
Se trata de una tradición añeja dentro de cualquier
fandom el realizar parodias eróticas o historias con narrativas pornográficas
que intentan explorar el otro lado de unos personajes que estamos acostumbrados
a ver vestidos. Aunque si en este caso nos encontramos con lo heterosexual como
lo dominante esto no implica que no existan narrativas homosexuales dentro de
este tipo de historias. A estas se las suele denominar como slash, cuando nos referimos a fandoms basados en series de televisión,
y el del manga son mas comunes de lo que nos podría parecer en un primer
momento, pero anuladas por completo en este primer periodo de los doujinshis eróticos nacionales.
Sukebe venia amparada por las diferentes colecciones dedicadas al Hentai publicadas por Norma o Glénat, que con el tiempo fueron desapareciendo del panorama editorial para pasar a ser carne de Internet. Lugar en el que los lectores potenciales pueden disfrutar de sus personajes favoritos de forma más tranquila.
@Mr_Miquelpg
Anda que no tengo yo historietas del Sukebe de cuando chavalín!
ResponderEliminarSukebe molaba mucho. Y tenía mucha calidad.
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