La semana pasada, en relación a Cosmic Dragon, hablábamos sobre la perversión de un género a través de varios
recursos, como eran mostrar los elementos ridículos del propio género que se
aceptan como normales, o perturbar el propio género introduciendo la realidad
en el mismo. Básicamente esto es la parodia, que aunque parezca una tontería es
algo muy serio, como suele serlo siempre el humor que va más allá del
chascarrillo. Pero claro, esto termina convirtiendo la parodia en un trabajo
igual de dificultoso que hacer una obra de género puro, ya que el autor va a
necesitar el mismo esfuerzo y tiempo que para hacer una obra llamada seria.
Esto hace que la tontería pura se queda fuera del espectro de obras,
quedando relegada a creaciones rápidas y simples, ya que al ser una tontería
sin más tampoco merece más mimo o dedicación. De modo que es muy de agradecer
encontrar apuestas como la colección Horreibols
and terrifics books, realizada a dúo por los autores Forges y Azpiri. Este
par no necesita presentación, ya que el primero es posiblemente uno de los
humoristas gráficos más conocidos de nuestro país mientras que el segundo es ya
un autor clásico dentro de los géneros de fantasía y ciencia-ficción; ambos con
un estilo tremendamente personal y diferenciado dentro del panorama nacional,
siendo ambos padres de un universo propio fácilmente reconocible por cualquier
lector. Pues bien, estos dos autores se han planteado crear una versión
personal de algunos de los mayores clásicos del género de terror occidental,
con lo que hasta el momento han trabajado con Drácula, El monstruo de
Frankenstein y El fantasma de
Canterville; obras respectivamente de Bram Stoker, Mary Shelley y Oscar
Wilde.
Pero lo mejor de los hasta ahora tres tomos publicados dentro de Horreibols and terrific books es su
planteamiento, pues no contamos con un guión del divertido Forges y un trabajo
artístico del notable Azpiri, no, eso hubiera sido lo fácil, lo esperable, lo
correcto. En su lugar tenemos a Azpiri realizando una adaptación más o menos
fiel de la historia clásica, tanto del texto original como de posteriores
versiones cinematográficas; y posteriormente a Forges que se encarga de dibujar
al monstruo, y a sus secuaces si los hubiera, y de meterlos a presión y sin el
más mínimo miramiento dentro de la obra. Así lo que nos encontramos con un espectacular
trabajo gráfico y narrativo de Azpiri que se ve salpicado por travesuras de Forges.
Así por ejemplo el volumen de Drácula
presenta una historia hija de la novela de Bram Stoker y la película de Francis
Ford Coppola pero con un Conde Drácula puramente forgiano que se limita a hacer chistes y juegos de palabras. Los
siguientes tomos no se quedan por detrás, pues mientras el doctor Frankenstein
pugna por enfrentarse a las consecuencia de querer ser Dios, su criatura se
limita a cantar boleros o coplas con las manos en alto.
De este modo asistimos a un verdadero movimiento donde el arte se pone a
la máxima altura, pues Horreibols and terrific books podría haber sido una
buena colección de cómics de Azpiri adaptando los grandes clásicos del terror,
pero gracias a Forges nos encontramos con una locura, que pide a veces el
cambio por el término estupidez, que alcanza el grado de arte por su
originalidad y provocación. Muchos son los creadores que fantasean con la
ruptura total, pero la inmensa mayoría se queda a medio gas cuando enclaustra
su propia creatividad, ya sea por agradar al mercado o a los propios cánones
del arte. Pero Forges y Azpiri han conseguido el éxito gracias a la nula preocupación
por los estamentos de los géneros y del mercado, convirtiendo lo que debería
haber sido una broma privada muy puntual, una fantasía personal, en una creación
de largo recorrido, tan chocante y extraña como disfrutable.
@bartofg
LLevo tiempo mirandolos de reojo... pero no me decididia... creo que probare con el de Dracula... gracias por la recomendación.
ResponderEliminar