martes, 7 de agosto de 2012

La crítica del dibujante: La Cosa del Pantano

Si hace un par de semanas anunciaba el regreso de las páginas del webcómic 1900, hoy tengo que desmentirme. Tanto dibujante como guionista hacemos parón veraniego, y no precisamente para irnos de vacaciones, pues otros trabajos más recientes y urgentes nos tienen completamente absorbidos. 

Para no dejar vacío mi puesto en la parrilla os ofrezco una humilde reseña de mi nueva sección: La crítica del dibujante.


LA COSA DEL PANTANO #1 
ECC/DC
8,95 euros
96 págs.

Alec Holland es y no es la Cosa del Pantano. La muerte del primero provocó la existencia del segundo. Posee sus recuerdos, pero nunca compartieron un cuerpo. Permanecieron divididos, pero siempre fueron uno. Avatar de lo Verde, protector de la naturaleza, elemental, semidiós, portador de la vida ¿acaso un ser humano?

Esgrimiendo tal complejidad nació el personaje, en Julio de 1971, de la mano de Len Wein y Bernie Wrightson; y tras ellos, históricos ya del cómic como Alan Moore, Grant Morrison, Mark Millar, Brian K. Vaughan o Andy Diggle, se atrevieron a ampliar el universo de la bestia tanto humana como místicamente. La actual cúpula de DC Comics lo sabe, y ha mantenido intacto dicho legado: las Nuevas 52 han pasado por alto su mágico reboot en lo que a la Cosa del Pantano se refiere.

En este primer tomo nos topamos con un recién resucitado Alec Holland, cuyos recuerdos bailan entre su anterior vida humana y su no-existencia como el campeón de lo Verde. Varios personajes importantes requieren su ayuda: nuevas plagas azotan al mundo, y es necesario su conocimiento como botánico y como elemental. Un antiguo amor hará presencia, y se revelará un nuevo enemigo tan viejo como el mundo. Pero Alec Holland no quiere saber nada de esto. Él nunca fue la Cosa del Pantano, nunca vivió en la piel de un monstruo.

El punto de partida de esta colección corre a cargo de Scott Snyder, el guionista que, número a número y como ya sabréis, le está devolviendo la fama y los primeros puestos de venta al hombre murciélago. Como buen filólogo acostumbrado a la investigación y el análisis, su labor se refleja en sus guiones: no existe referencia sin base, ni diálogo sin sentido. Aún es pronto para juzgar su repercusión en ambas colecciones, pero el resultado actual es idéntico: Batman y La Cosa del Pantano son de lo mejor que tiene por ahora DC.



Vayamos ahora a lo relacionado con el título de esta sección: el dibujo. Yanick Paquette, Víctor Ibáñez  y Marco Rudy ponen arte a los cuatro números de los que se compone este tomo. En conjunto consiguen darle la apariencia de cómic de horror que necesita una franquicia como la que nos ocupa, el arte susurra "vértigo" por todos lados: barroquismo, fuertes manchas de negro, sangre y expresiones exageradas rompen por doquier las típicas composiciones del cómic superheróico sin que sea difícil su lectura. En este cometido destaca especialmente durante los tres primeros números el canadiense Yanick Paquette, (al que quizás reconozcáis gráficamente por Seven Soldiers of Victory: Bulleteer o Batman: Incorporated), de trazo muy cercano al realismo pero con el toque justo de soltura en las tintas para no hacerse visualmente aburrido.  


El español Victor Ibánez echa un buen cable durante el tercer número (la mitad de las páginas, siendo justos) y, puesto que juega del mismo palo que Paquette, su inserción se hace cómoda a la vista, aunque sus tintas lo delaten en más de una ocasión. Una elección más que acertada.

En el último número que contiene este tomo nos topamos con el brasileño Marco Rudy, artista ascendente en DC y actual dibujante de la serie junto a Paquette, quien comparte el barroquismo de este último, pero en otros niveles es muy diferente: narrativa, perspectivas, detalles en el dibujo (en algunas viñetas, he creído ver a Dwayne Turner, palabra). Dos estilos que conjuntan, pero a la vez separados. Un toque de variedad para el tomo sin salirse del estilo básico de la serie que, como mencionaba antes, le viene como anillo al dedo.

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