Continuamos nuestro
repaso a esa tendencia tan saludable que es presentar historias de terror
cortas pero bien agrupadas junto a otras de la misma índole. Tras el éxito y
caída en desgracia de los comics de terror de la EC, el género no volvería a
tener un éxito considerable hasta un par de décadas después, cuando desde la
editorial Warren decidieron rescatar los cómics antológicos de terror creando
tres cabeceras, Creepy, Eerie y Vampirella, llamadas a recoger la antorcha y llevar el horror
ilustrado de nuevo a lo más alto.
Nuevamente, no
vamos a detenernos en la historia editorial ni en el transfondo social de las
publicaciones de Warren, del mismo modo que no lo hicimos con la obra de EC.
Basta decir que Warren se publico como una revista en blanco y negro, para
evitar a la Comic Code Authority, la entidad autocensora que trataba de evitar
que los jóvenes tuvieran acceso a material perjudicial, creada precisamente
tras el escándalo protagonizado por los cómics de EC. Sin embargo, la historia
de Warren está muy ligada a EC, hasta el punto de que muchos autores dieron el
salto de una editorial a la otra, copando las páginas de las publicaciones
durante los primeros años, al menos hasta que fueron suplantados por autores
españoles y filipinos, más baratos y con un dibujo con una calidad que no tenía
nada que envidiar.
Pero lo que sí es
cierto, es que las historias de Creepy,
Eerie y Vampirella mostraban diversas diferencias respecto a su antecesores
de EC. Mientras que las historias de Tales
from the Crypt y similares jugaban con un terror urbano lleno de grises,
donde nadie era del todo bueno, las historias de Warren recogían la estela del
gusto gótico de la Universal y volvían a presentar a monstruos clásicos, como
Drácula u hombres lobo, en un terreno cercano a una Europa de los siglos XVIII
y XIX muy idealizada. No es raro encontrar en las páginas de Warren historias
protagonizadas por burgomaestres que deben defender su ciudad de una banda de vampiresas,
o circos ambulantes de gitanos donde se esconde algún que otro licántropo.
Evidentemente, esto no es más que una generalización, ya que en cualquier
número de Creepy o de sus revistas
hermanas podemos encontrar historias ambientadas en la actualidad o incluso
algún que otro relato de ciencia-ficción, llegando incluso a hallarse alguna
que otra space opera.
Aunque en el fondo,
la esencia de Warren era ese terror clásico maniqueo, con monstruos enfrentados
a héroes, pero con una capa extra de cultura popular que hacía sus historias
más cercanas a los consumidores más jóvenes. En este sentido, se podría decir
que Warren guarda muchas similitudes con la producción de la Hammer británcia,
o incluso con el cine exploitation. Así que las historias góticas de Creepy, Eerie y Vampirella tienen
un origen claro que es transformado y evolucionado hacia un terreno más salvaje
y creativo.
Antología del terror
1. Introducción: Pequeñas cápsulas de horror
2. Tales from the Crypt: El antepasado convertido en mito
3. Creepy: El terror más clásico y familiar
4. Flinch: All Star de viñetas
No hay comentarios:
Publicar un comentario