La semana pasada
iniciamos un recorrido por las antologías de terror editadas en
cómic, defendiéndolas como la forma más pura en la que podemos
encontrar el horror, ya que éste siempre funciona mucho mejor en
pequeñas dosis. En cierta forma podríamos decir que una buena
historia de terror funciona de forma muy parecida a un chiste, con un
corto recorrido y un final explosivo. A su manera, el recorrido es
parecido, ya que tanto el chiste como la historia de terror buscan
intensificar la tensión, aunque el final es más bien distinto, ya
que mientras el primero termina con una carcajada, el segundo lo hace
con un estremecimiento. El horror, igual que la comedia, recurren a
los más básico del ser humano, a sus pulsiones más animales.
En este sentido, es
lógico que las mejores obras de terror sean cuentos cortos, o en el
caso que nos ocupa historietas de pocas páginas. Y si alguna
recopilación de cómics de terror se ha convertido en la insignia
del horror en viñetas, no han sido otras que las series publicadas
por EC, la famosa triada formada por Tales from the Crypt,
Vault of Horror y
Haunt of Fear. No
vamos a hablar aquí de temas tan conocidos como la propia historia
de la editorial, ni de la visión comercial de Bill Gaines o su
fatídico final a manos del lunático psiquiatra Fredric Wetham. Sólo
necesitamos saber que las tres publicaciones, publicadas en la
primera mitad de la década de los cincuenta del siglo pasado,
contaron con las firmas de grandes autores, como Joe Orlando, Al
Feldstein o Graham Ingels entre muchos otros; así como con un estilo
único original en su momento y que terminó en convertirse en todo
un estándar.
Lo
que también se debe de dejar claro es que ni la EC fue la primera
editorial en publicar historietas de terror ni la que más páginas
dedico al género, por lo que su fama se debe mucho más a la calidad
de la obra que a una supuesta presencia masiva en el mercado. Tanto
es así que aún en nuestros días son muchos los autores y obras que
deben mucho a estos cómics, algo que algunos declaran sin problemas.
Stephen King es un gran fan de dichos cómics, como prueba su guión
para la película Creepshow.
O si queremos encontrar otro ejemplo sólo tenemos que pensar en la
serie de televisión realizada durante los noventa por el canal de
cable HBO, que bajo el mismo título de Tales from the
Crypt recogía toda la esencia
de los cómics de EC.
Pero
claro, aún nos queda definir ese estilo de EC, que a diferencia de
lo que pudiera parecer se aleja totalmente del horror gótico más
clásico, casi podríamos decir que las historias que pulularon estas
revistas eran en cierto modo la antítesis de las películas de
monstruos de la Universal, el anterior gran paradigma del mundo del
terror. Aunque en las historias de la EC podemos encontrar elementos
clásicos como el zombi, la verdad es que sus guionistas se
encargaban de darle la vuelta completamente, presentando un terror
más moderno que habitaba los tonos grises. Así que si leemos una
historia de zombis en Tales from the Crypt,
lo más normal es que los retornados sean producto de un conjuro
realizado por un hechicero voodoo de los suburbios, contratado por
una mujer que quiere acabar con la vida de su marido, la cual
posiblemente morirá a manos de su esposo fallecido.
Cuando
uno comienza a leer por primera vez los historias de Tales
from the Crypt, Vault
of Horror y Haunt of
Fear se sorprende por la madurez
que desprenden sus guiones y el perfecto acabado de su dibujo, pues
no leemos historietas para adolescentes que pueden ser disfrutadas
por adultos, sino que disfrutamos auténticos historias que no temen
tocar los temas más profundos del ser humanos, mostrando todos los
claroscuros de la vida, especialmente los más agridulces.
Antología del terror
1. Introducción: Pequeñas cápsulas de horror
2. Tales from the Crypt: El antepasado convertido en mito
3. Creepy: El terror más clásico y familiar
4. Flinch: All Star de viñetas
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