Vamos a cerrar
nuestro espacio dedicado a las antologías de horror en el mundo del cómic
llegando hasta épocas más recientes, concentrándonos en Flinch, una antología editada por Vertigo, el subsello de fantasía
y terror para adultos que creó DC a principios de los años 90 del pasado siglo,
una editorial al a que ya hemos dedicado algún que otro artículo, tanto a la
propia editorial como a algunas de sus obras. Al igual que con las antologias
de EC y Warren, Vertigo optó por reunir diversas historias de diferentes
autores bajo la misma cabecera, aunque con notables diferencias respecto a sus
antecesores, tanto por propia iniciativa como por la evolución sufrida por los
aficionados al cómic.
Tanto las tres publicaciones
de terror de EC como las tres de Warren tenían el mismo destinatario y
estructura editorial. Por un lado, el público al que iban dirigidas era
notablemente joven, principalmente niños y adolescentes que deboraban esas
macabras aventuras con un ansia atroz. Por el otro lado, la estructura
editorial era parecida, funcionando con una serie de autores más o menos
estables pero que podían abandonar o llegar a las publicaciones sin problemas.
Principalmente se optaba por tener pocos guionistas, muchas veces siendo estos
los propios editores, quienes escribían la mayoría de las historias y tenían a
su cargo una serie de dibujantes de confianza que se encargaban de plasmar sus
guiones. Estos autores nunca fueron grandes estrellas en sentido general, siendo
más bien artesanos. Aunque es cierto que no podemos negar que algunos autores
conseguían más reconocimiento por la calidad de sus obras, como sucedió con
varios dibujantes de EC que fueron rescatados por Warren, o por varios de esta
editorial que consiguieron ir más allá de dichas publicaciones, como es el caso
de Frank Frazetta o Richard Corben.
Por su parte, Flinch no es más que la evolución
temporal de lo que por ejemplo fue en su día Creepy, asumiendo todos los cambios propios de la industria del
cómic. Vertigo publica un total de 16 números, en formato comic-book, entre los
años 1999 y 2001. El propio planteamiento de Flinch ya es diferente respecto a las publicaciones de Warren, pues
en una época en la que el Comics Code había desaparecido totalmente, el horror
más puro volvía al formato más clásico de cómic. Sin embargo, el planteamiento
es totalmente diferente al clásico de EC, ya que Vertigo en lugar de dar un
producto de horror de consumo para sus lectores, utilizaba Flinch como un vehículo de lucimiento de sus mejores artistas.
Esta es la
principal diferencia de Flinch, pues
casi podría ser considerada más como una antología de autores que como una
recopilación de obras de terror. En las páginas de Flinch encontramos grandes historias de terror, pero no es menos
cierto que también abundan historias de fantasía, misterio o simplemente
thriller, abandonando cualquier matiz sobrenatural. Esta hibridación entre el
horror y la serie negra es sintomática de esos años, cuando tras la
desaparición de las grandes series de fantasía oscura, Vertigo se preparaba
para un virage liderado por 100 Balas,
colección que debutó sólo dos meses después que Flinch. En todo caso, la lectura de Flinch es más que recomendable para cualquier aficionado al cómic,
ya que en sus páginas se pueden encontrar a grandes autores como los guionistas
Brian Azzarello, Garth Ennis, Bruce Jones o Paul Jenkins; así como dibujantes
de primer nivel como Jim Lee, Richard Corben, Kelly Jones o Frank Quitely; todo
sin obviar a autores totales de primer nivel como Kent Williams o Ted McKeever.
En resumen, Flinch es una obra hija de su tiempo, en
el que el autor de cómic es una figura muchas veces por encima de su obra, y en
la que los géneros tienden a expandirse fundiéndose por los extremos, desdibujándose
la frontera entre los mismos. En todo caso, es difícil sentarse con esta antología
y no disfrutar con las viñetas que la pueblan.
Antología del terror
1. Introducción: Pequeñas cápsulas de horror
2. Tales from the Crypt: El antepasado convertido en mito
3. Creepy: El terror más clásico y familiar
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