Hace un par de
semanas en el blog Aburrimiento Vital Alfonso Grueso publicó un post muy
recomendable en el cual reflexionaba sobre la función de la crítica de cómics
hoy día en España. Entre otros aspectos se reflexionaba sobre el valor de una
crítica negativa y sobre las pocas que se hacen de la nueva hornada de autores.
Otro día, más adelante y quizás en otro sitio, me gustaría seguir profundizando
en ese tema, pero hoy voy a hablar de un título cuyo protagonista es precisamente
un crítico de comics.
El díptico,
por el momento, compuesto por Infame (2012)
y Mediocre (2013) de Nestor F., ambas editadas por ¡Caramba! está protagonizado
por Bruno Kolin (apellido tomado del actor protagonista de El hombre perseguido por un OVNI) el crítico de cómics más obtuso y
rencoroso del planeta. El autor nos plantea un personaje asocial o visto de
otra manera con miedo a relacionarse con el mundo más allá de los textos de
ficción con los que en un principio “dialoga”, para él todo se filtra a través
de una especie de inframundo viciado por
una percepción del exterior que solo entiende a través de la mediación de los
cómics o el cine.
Sin embargo,
en esos submundos de inmundicia mental y pobreza social en los que vive Bruno sale
a relucir cierta idea que se tiene de los críticos como personas que no aceptan
obras pensadas para el gran público y que solo valoran obras que solo ellos,
supuestamente, entienden; y no nos olvidemos del valor de las estrellas para
categorizar un título concreto. En cierta forma ese tipo de críticos existen
pero por un motivo muy sencillo, hay un determinado tipo de público que
necesita que les digan que es bueno y que es malo, mientras que la crítica
actual enfocada a un público especializado potencia el concepto de voz, dando opinión,
contextualizando o haciendo lecturas basadas en un perspectiva concreta.
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