miércoles, 9 de octubre de 2013

Sesión Numerada #28 Cuando el viento sopla (1986). "Though you may be afraid".



Allá por los noventa tuve la suerte de poder ver en televisión la película Cuando el viento sopla, por aquel entonces no llegué a comprender con exactitud el mensaje que transmitía el film, es más, pensaba que se trataba de un cortometraje, pero siempre quedó en mi memoria, grabado a fuego, la imagen de esos dos ancianos haciéndose un refugio y del colchón rojo.
Ahora, tantos años después, he decidido volver a visionar esta obra unido a la lectura de su original en formato cómic, admirando la grandeza del conjunto en estos tiempos de crisis.

Cuando el viento sopla es una obra original de Raymond Briggs que narra un inminente  ataque nuclear a Reino Unido por parte de la Unión Soviética y lo hace a través de las reacciones y vivencias de un particular matrimonio de jubilados que viven en el campo. En un primer momento, la confusión ante el ataque hace que ambos tengan una visión diferente de lo que va a acontecer, sin darle la verdadera preocupación que se merece y con ciertos toques de humor. Por un lado, la mujer sólo se preocupa de que su hogar y sus posesiones no sufran ningún tipo de percance, además de hacer un repaso crítico hacia la prensa, la política, los comunistas, beatnik, etc., mientras que el marido sigue las instrucciones del gobierno y del ayuntamiento a la hora de autoconstruirse una especie de refugio nuclear, algo que llega a resultar desesperante, casi rozando lo patético, porque como espectadores sabemos que unas tablas y unos cojines no van a poder evitar que mueran. Sin embargo, el hecho de que actúen con total normalidad imprime a la obra cierta sensación de desasosiego e ingenuidad, lo que la convierte en un trabajo antibelicista extraordinario.



La película usa una técnica mixta entre la imagen animada y el stop motion, a la que se le unen imágenes en blanco y negro basadas en la Segunda Guerra Mundial, lo que le confiere un toque especial que llega a profundizar aún más en el espectador. Dignos de mención son los flashbacks y ensoñaciones que van teniendo los protagonistas a lo largo del film, todas ellas de una gran belleza, si se comparan con las imágenes fijas del cómic, aquí adquieren su mayor potencial, ayudando al espectador a sentir la misma tranquilidad que posee el matrimonio ante la inminente llegada del juicio final.




Sin ningún tipo de duda,  esta película es una obra con mayúsculas que todo el mundo debería ver, tanto por su sencillez como por el mensaje que transmite, dotado de un dramatismo que es imposible que no toque el corazón de todos y cada uno de los espectadores, es tan sumamente  sobrecogedora  como la canción de David Bowie al principio de la misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario