Alberto García Marcos (a.k.a. El Tio
Berni) es uno de los críticos y divulgadores del mundo del cómic más
reconocidos en nuestro país, es también la cabeza visible (al menos la que más
se deja ver) de Entrecomics, la que quizás sea la web española de referencia sobre cómic. En esta entrevista realizada durante la celebración del GRAF nos centramos
en su reciente faceta como editor al frente de Entrecomics Comics.
Miguel
Pérez: Porque decidís dar el salto a Entrecomics Comics.
Alberto: Es una suma de factores, cuando empezamos
con la página web de Entrecomics planteamos la web pero siempre pensando que
podría ser algo más grande. Lo hicimos gente que éramos muy amigos y pensábamos
que íbamos a montar una librería Entrecomics con bar incluido, más adelante teníamos
pensado montar una editorial. Los años fueron pasando y eran cosas que íbamos dejando
de lado pero llego el momento en que Pablo Ríos nos presentó su proyecto, nos
gustó mucho y como nadie quería publicarlo en aquel momento nos planteamos que
igual nosotros podríamos hacerlo; como las cuatro personas que hemos montado la
editorial teníamos un poco de dinero ahorrado decidimos hacerlo. En realidad no
es muy distinto a hacer la página web en el sentido que sigues haciendo
promoción del cómic, y en cierto sentido continúas haciendo crítica de cómic
porque editas los cómics que te gustan lanzando un mensaje y porque era la
continuación que nos parecia más lógica.
Miguel:
Un poco al estilo Cahiers du Cinema…
Alberto: Si, aquellas personas que hacían
crítica cinematográfica y en determinado momento dan el salto a la dirección.
Nosotros no podemos ser autores porque no tenemos la calidad ni la habilidad,
ni sabemos dibujar ni nada. Pero lo que si podíamos hacer era editar, incluso
“ayudar a los autores” cuando se sientan atascados o necesiten un consejo. Porque
en algunos de los tebeos que hemos editado sí que ha habido feedback y se han
retocado cosas, puede que suene un poco pretencioso pero te sientes un poco creador, no del cómic pero si de algo
que llega a la gente.
Miguel:
Es que en parte el trabajo del editor tiene que ser una labor creativa
Alberto: Por supuesto, si simplemente te
dedicas a empaquetar una cosa que te dan y lanzarla a una distribuidora o un
canal comercial no estás haciendo nada. Estas poniendo el dinero y se acabó.
Hay que implicarse en el proyecto porque tienes que creer en el título que
publicas, porque hay que hacer una promoción y de verdad te tiene que gustar lo
que haces; tienes que tener el producto que tenías en mente y llegar a conseguirlo, entonces sí que hay algo
creativo ahí.
Miguel:
El modelo empresarial que tenéis os permite arriesgar más o no depende de
eso.
Alberto: La verdad es que tendríamos que haber
probado el otro para saber cómo saldrían los números, pero a priori diría que sí.
Hay que tener en cuenta que aquí hay una doble apuesta: la que hacemos
nosotros por el autor, pero también la que hace el autor por nosotros. En ese
sentido estamos muy agradecidos con todos los autores porque no cobran ningún
adelanto. Si el tebeo funciona muy bien ellos van a ganar más dinero que en una
editorial tradicional. En esta primera fase sí que nos permite arriesgar un
poco más porque el adelanto que se le hace al autor no tenemos que hacerlo y eso nos permite hacer un poco mejor temas de imprenta.
Miguel:
Antes un autor acababa el cómic y hay terminaba su labor, pero con este modelo
de negocio tiene que implicarse muchísimo más en labores de promoción.
Alberto: Creo que en general los autores, no
solo en este modelo sino también en el tradicional, se están dando cuenta que la
promoción es fundamental, y la presencia del autor en los medios y la
comunicación con el público es fundamental para que el tebeo funcione. En
nuestro caso como solemos establecer una relación bastante directa con los
autores, no nos cuesta nada pedirles que hagan promoción, entrevistas o
presentaciones, realmente se implican mucho.
Miguel:
Si algo sorprendió en su momento de vuestra editorial fue el primer título Moowiloo Woomilo, no por el hecho de que
estuviese de manera gratuita en Internet si no por ser un texto creado para la
web. ¿Es una declaración de intenciones?
Alberto: Nosotros seguíamos ese webcómic y nos
gustaba mucho, en el momento en que decidimos hacer la editorial, con Azul y Pálido de Pablo Ríos, quedaban
meses hasta que él lo terminase. Pero queríamos editar algo inmediatamente,
teníamos el dinero, las ganas, la infraestructura, etc. En ese momento Molg H.
y Néstor F. anunciaron que habían finalizado el webcómic, nos parecía un título
ideal, nosotros salíamos de una página web de información y pasamos a
convertirnos en algo físico que es una editorial que edita libros de papel, y
estos tíos han hecho un webcómic y nosotros lo podemos convertir en papel. Es
como un camino paralelo entre la editorial y ese cómic. En ese sentido sí que
se puede considerar como una declaración de intenciones, quizás más por la
temática del libro. Intentamos que hubiera una conexión entre el primer libro
que publicábamos y nuestra filosofía que consiste en coger a autores que
tratan temas que nos interesan con un tratamiento gráfico novedoso, y porque en
la página web todo el mundo nos identifica con la novela gráfica: Persepolis, Maus, tebeos de tema social, etc. Entonces pensamos en sacar un
tebeo de humor escatológico, salvaje, irreverente, en un formato que no se
pareciera a la novela gráfica, con papel satinado, etc. para romper con esa
imagen y querer decir que estamos abiertos a propuestas interesantes, no solo a
novela gráfica, sino como una parte más de todo el espectro del cómic que hay
hoy día.
Miguel:
De hecho la novela gráfica ha abierto el abanico de posibilidades tanto al
lector, como al editor y al autor.
Alberto: Nuestra forma de ver la novela
gráfica es como un movimiento de autores que trabajan con libertad creativa y
no como un formato que tiene unas dimensiones determinadas, que ha de tratar
unos temas concretos, etc. En ese sentido se puede decir que Moowiloo Woomilo es una novela gráfica.
Miguel:
Veis este modelo empresarial solo para asentaros y cuando estéis consolidados
pasaros al tradicional o consideráis que os define como editorial.
Alberto: En principio este modelo nos está
gustando mucho pero tiene un problema, si el tebeo no funciona el autor no
recibe la compensación económica que se merece y eso es algo que nos preocupa.
Si vemos que no vendemos suficientes tebeos para que el autor cobre un dinero tendremos que replantearlo y a lo mejor volver al sistema tradicional. Porque
lo primero, y es obvio, es que el autor se merece un reconocimiento económico
por su esfuerzo. Pero hay otros temas relacionados con la forma en que editamos
que creo que son importantes: el de la distribución. No utilizamos
distribuidora sino que distribuimos nosotros mismos, bien desde nuestra casa o
vamos directamente a las tiendas, de manera que nos quitamos de en medio la
distribuidora. Esto no lo hacemos solo porque la distribuidora se lleve un
dinero sino porque nos genera una inseguridad muy grande trabajar con estas. Te
dicen que han colocado x ejemplares, te da un dinero en función de esa cifra,
pero tú no sabes si se han vendido o no. Al cabo de los meses pueden venir las
devoluciones y le tienes que devolver todo el dinero que él te ha dado
previamente, es como si la distribuidora te hiciese un préstamo, y bueno ya
hemos visto como ha funcionado el tema de los préstamos en España, y no nos
apetece mucho meternos en ese jaleo; preferimos tener los pies en el suelo,
saber exactamente cuántos cómics hemos vendido de verdad porque los hemos
llevado a la tienda y porque nos lo han comprado en firme. Esto genera un
problema y es que nuestra distribución no es tan buena, no se extiende tanto
como la distribución tradicional. Eso se nota en las ventas, no vendemos tanto como
si lo hiciésemos a través de una distribuidora a nivel nacional, pero también
es verdad que el rédito económico, distribuyendo menos ejemplares, es mayor.
Hay un toma y daca en el que recibimos el mismo dinero que distribuyendo de
forma normal pero llegamos a menos lectores. Eso nos preocupa, no nos gustaría
tener que aplicar el modelo tradicional pero tenemos que encontrar maneras de
mejorar el sistema que tenemos ahora, llegar a más sitios y distribuir mejor.
Miguel:
El año pasado Manuel Bartual me comentaba en una entrevista que cada vez que
sacaba un título nuevo tiraba del resto del catálogo.
Alberto: Si que se nota porque reactivas los
canales de comunicación con la gente: Facebook, Twitter, la web de la editorial.
Luego hay mucha gente que te descubre, gente que a lo mejor no está muy metida
en el mundo del cómic descubre la editorial, mira el catálogo y ve que hay
cosas que le interesan.
Miguel:
A que responden las variaciones de formato de cada título.
Alberto: A que cada obra tiene que tener su
formato. Yo no tengo ningún problema con que haya muchas obras con formato
novela gráfica si el autor es lo que tiene en mente desde el principio; si él
lo ha planteado así y sabe que es el modo en que va a funcionar la historia.
Sin embargo, a nosotros sí que nos gusta mucho jugar con los tebeos en lo que
respecta a lo físico, porque hoy en día está claro que el cómic digital va a
tener un auge importante y la única manera de revalorizar el cómic como objeto
es convertirlo en algo que la gente quiera tener, darle distintos formatos y a
darle a cada tebeo el formato que pide.
Miguel:
Pero en principio eso no responde a líneas editoriales. Os planteáis hacer
alguna.
Alberto: No nos gusta mucho la idea de crear
un formato para una colección. Creo que cada tebeo ha de tener personalidad
propia y si por casualidad salen varios tebeos que son iguales, no pasa nada,
pero si cada uno de ellos tiene que ser diferente nos parece muy bien.
Miguel:
¿Quién decide el formato final?
Alberto: Hasta ahora siempre ha sido el autor,
aunque siempre lo hemos hablado. Siempre es este el que tiene una idea de cómo
su tebeo se va a ver mejor. Por ejemplo, el caso de Pablo Ríos: él tenía muy
claro desde el principio que tenía que ser 17 x 24 porque lo había planeado
para ese tamaño. Luego hablando con nosotros, y como el tebeo tenía un carácter
documental creímos que le pegaba una tapa dura, para que se pareciese lo máximo
a un libro. En el caso de Pep Brocal con
Alter y Walter lo hablamos desde el principio y él nos comentaba que lo
veía con bastantes viñetas por página, pensaba que debía de ser grande, a
partir de ahí seguimos elaborando la idea y al final decidimos un formato muy
grande con lomo de tela, etc.
Miguel:
A mí me llaman mucho la atención esa especie de Team-up entre editoriales.
¿Cómo surge la aventura con Fulgencio Pimentel?
Alberto: Eso surge porque hay una afinidad
personal, en cuanto a gustos y de filosofía editorial muy grande. En este caso
concreto Johnny Ryan era un autor del que habíamos hablado con Cesar Sánchez,
nos gustaba mucho Prison Pit. Él en
un momento dado consiguió los derechos se acordó que a nosotros nos gustaba
mucho, nos llamó por teléfono y nos propuso coeditarlo, lo cual nos daba la
oportunidad de trabajar con él, porque lo admiramos mucho.
Miguel:
Esperabais tanta nominación de cara a Ficomic, y como pensáis que os puede
repercutir.
Alberto: No, para nada no las esperábamos.
Creo que en general todas las nominaciones y los premios tienen una importancia.
Para empezar a nivel personal, los autores que están nominados están muy
contentos porque ven que hay un reconocimiento. En el caso de Pablo es una
sorpresa, es un autor cuya primera obra es muy madura. Es algo totalmente
inesperado, como vas a pensar que vas a competir con obras y autores con una
difusión más grande y con una trayectoria importante. Es algo que te da mucha
ilusión y ganas de seguir haciendo cosas, independientemente que ganemos o no,
ojala ganemos. Queremos ganarlos para que las obras tengan mayor difusión.
Miguel:
Como hacéis el proceso de selección de obras: os llegan o las buscáis.
Alberto:
Un poco de todo,
sobre todo nos han llegado proyectos y alguno de ellos nos ha interesado y le
hemos dicho que sí. Pero en la mayoría de los casos somos nosotros los que
buscamos a autores que nos interesan y les decimos “tienes algo para nosotros o
quieres hacer algo para nosotros”, nos movemos sobre seguro.
Miguel:
Acabáis de parir Alter y Walter. ¿Qué es lo próximo que tenéis en cartera?
Alberto: Hay proyectos en marcha bastante
avanzados, uno de ellos es un libro teórico, por ahora no te puedo decir el
autor pero es de un escritor bastante conocido, bueno será un librito pequeño pero
muy interesante. Eso es porque nacemos como una web que hace crítica y nos
interesa mucho la teoría del cómic. En la cabeza también tenemos alguna
antología reuniendo bastantes autores que creemos que son bastante
vanguardistas, y nos han presentado un par de proyectos en el GRAF que nos han
parecido muy interesantes, al final no sé si podremos hacerlos pero desde luego
vamos a mirarlos con mucha atención porque se están haciendo cosas alucinantes.
Miguel:
Es que de tres años para acá el cómic español está en un momento increíble, se
están haciendo cosas alucinantes.
Alberto: Yo no sé muy bien a que achacarlo,
por una parte el cómic se ha extendido bastante, socialmente hablando, mucha
gente que antes no se planteaba hacer un cómic y ahora lo ha hecho. Por otro
lado Internet y las redes sociales está haciendo que a la gente le esté
llegando mucho input y recibiendo información del exterior de autores que están
haciendo cosas alucinantes, y los autores de aquí están mamando todo eso y están
viendo que se pueden explorar muchísimas vías entonces creativamente creo que
estamos en un momento esplendido. En cuanto al tema comercial y empresarial es otra cosa y discutirlo seguro que es larguísimo y seguro que
no es maravilloso hablar del mundo empresarial. Pero está clarísimo que hay
salidas para que la gente que realmente tiene la necesidad de contar cosas
acabe contándolas, y eso llegue al público.
Miguel:
Esta es la última, como le explicas a un niño o a una persona que no tiene ni
idea que es un editor de cómics. Poniéndote a ti como ejemplo.
Alberto: Un editor de cómics es un señor que
no sabe hacer cómics pero que quiere que tú leas cómics y hace todo lo posible
para que tú leas tebeos y que estos sean los mejores posibles.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
>>>Nosotros no podemos ser autores porque no tenemos la calidad ni la habilidad, ni sabemos dibujar ni nada.>>>
ResponderEliminarPrecisamente en la actualidad "saber dibujar" ya no es necesario para hacer buenos cómics. Otra cosa es "saber narrar", y "saber contar historias". Los de Entrecomics saben escribir bien así que seguro que harían buenos cómics como autores. Hoy en día, cualquier buen guionista podría ser un gran autor de cómics.
>>>el trabajo del editor tiene que ser una labor creativa >>>
ResponderEliminarPrefiero que un editor quiera ser "creativo" en tareas empresariales, por ejemplo en encontrar fórmulas nuevas para vender tebeos, como están haciendo en EntrecomicsComics. Más peligroso es que el editor quiera ser "creativo" metiendo las narices en el trabajo del autor o queriendo "marcar una línea". Eso ya me suena a la escasa libertad que siempre ha tenido el trabajo de agencia, o al esclavista sistema de Bruguera.
Dear Anónimo (por la forma de acotar las citas creo que eres la misma persona).
ResponderEliminarEfectivamente creo que el saber dibujar no debe ser un impedimento para contar historias, pero en mi opinión esa es una decisión que debe de tomar cada uno. Si desde Entrecomics Comics creen que su aportación al medio debe ser como editores a mi me parece perfecto, creo que cada uno debe valorar lo que quiere aportar al mundo del cómic.
En cuanto a la creatividad del editor creo que eso es un acuerdo al que han de llegar el autor y el editor, sinceramente que en estas editoriales pequeñas eso se traduce en volcar todo su cariño y conocimiento hacia una obra y su autor, más que en imponer una serie de condiciones.
Pero bueno, como siempre digo, es mi opinión.