sábado, 6 de julio de 2013

Spain is Pain #123: Entrevista a David Rubín.


La entrevista de hoy esta dedicada a David Rubín. Que decir de David y su trabajo que no se haya dicho ya desde que apareció el primer volumen de El Héroe, por eso me apetecía hablar con él y sobre todo dejarle hablar. David  es un autor de cómics con una conciencia muy grande de la responsabilidad que eso implica y dicha voluntad es muy de agradecer, al menos desde el punto de vista del lector En esta entrevista realizada en el 31º Salón del Cómic de Barcelona hablamos sobre el proceso de creación de El Héroe, su concepción del cómic de género y de la importancia del autor como creador, también nos avanza algunas de las claves estéticas de Beowulf su próximo trabajo con guion de Santiago García.

Miguel Pérez: Tu obra anterior es muy personal, está enmarcada en lo que se conoce como cómic de autor. Sin embargo, ahora has dado un salto hacia un discurso mucho más universal, hacia el cómic de superhéroes.

David Rubín: Si, pero creo que no deja de ser cómic de autor. Utilizo este género para contar cosas que a mí me preocupan y que en el fondo estaba contando en obras anteriores, solo que aquí las desarrollo más. De hecho considero El Héroe como mi obra más personal porque para mí el género es un material  con el que trabajar. Es como Tarantino, el hace cine de autor mientras que mucha gente piensa que es un director de género, y no lo ha sido nunca. Pues esto es lo mismo, y ahora estoy haciendo un tebeo de vikingos, pero no te esperes ver una cosa en plan espada y brujería bajo el canon, sino todo lo contrario. Estamos mezclando cosas del western, de superhéroes, de cómic de terror, y al mismo tiempo haciendo, en el caso de Beowulf, una historia muy fiel al poema original.  Pero en cómo se cuenta esa historia, se busca y aprovecha todo lo que ofrece y todo lo queda aún por descubrir de la narrativa del cómic moderno. No va a ser Conan el bárbaro ni nada de eso.

Miguel: Entonces que te proporciona el género.

David: Un poco de todo, a mí me gusta  mezclar géneros. El tema supeheroico me gusta mucho, el superhéroe en si como icono. Es algo tan asimilado por la sociedad que te permite cambiarlo, destruirlo, moldearlo y darle la vuelta. Por ejemplo, con Heracles en El Héroe, esta supercambiado con respecto a lo que puedes leer en cualquier tratado de mitología, pero al mismo tiempo sigue siendo reconocible. Porque es fiel a esa esencia y lo demás son cosas que tu utilizas para llevártelo a tu terreno y hacer la historia más personal e interesante, tanto para el lector de hoy día como para ti mismo como creador. A mí no me interesa adaptar ahí sin más, los doce trabajos de Heracles ya ha sido adaptado por mucha gente, si voy a hacer algo con una historia tan conocida lo primero que voy hacer es destruir para construir desde cero, quedándome con lo básico y aportando el resto de mi cosecha.

Miguel: En esa destrucción-construcción del héroe, en El Héroe nos encontramos, sobre todo en su primera parte, con un relato posmoderno.

David: En la primera parte estamos viendo a un Heracles que todavía no es héroe, lo es en el último capítulo del tomo uno. Hasta ese momento es un tipo que es la polla, que supera todas las pruebas y que se va ganando año tras año y prueba tras prueba el reconocimiento de héroe como tal. En el tomo dos empieza siéndolo a todos los niveles y con todas las consecuencias, al mismo tiempo está el tema de la edad en el primer volumen empieza como un niño y acaba con 32 años. Una cosa que tenía clara era que la obra fuera ganando enteros en complejidad a todos los niveles, y que fuera subiendo el listón a cada nuevo capítulo. Una de las cosas que quería evitar era empezar a lo loco y luego ir para abajo. Entonces, a medida que el personaje va madurando, también lo va haciendo el propio relato, eso es algo que tenía planteado desde el primer borrador del guion.

Miguel: En la primera parte nos encontramos con una articulación del relato de héroes a través de un discurso pop, por el merchandising que genera el protagonista a su alrededor. En qué momento surge esa aproximación.

David: Cuando estaba escribiendo el guion y dándole vueltas al tema, se me pasaban cosas por la cabeza como: “si existiera alguien en la realidad como Heracles, sería lo más buscado en Google”; al igual que todo el star system actual, pero es que además este revienta monstruos. Me pareció que podría ser un plus para la historia que estaba contando, el añadir no solo las historias del héroe sino cómo ve el mundo a ese protagonista. También ver las reacciones de los coetáneos, de la gente que habita en este mundo. Hay capítulos en los que haces evolucionar al personaje en función de sus acciones, o en función de lo que dice; en cambio hay otros que dices más del personaje a través de lo que ven los personajes secundarios, y eso te ayuda a definir al personaje principal.

Miguel: De hecho hay un fandom de Heracles. En cierta manera el valor de las personas que habitan ese mundo se aleja de lo instrumental.             

David: Cuando en el tomo dos Heracles decide dejar de ser un héroe ves las consecuencias que hay en la sociedad, de repente falta ese superhombre, esa llama que guía a la gente. En el fondo los héroes son una metáfora de la esperanza, por ejemplo ahora: estamos viviendo un fin del mundo a cámara lenta bastante terrible, si no fuera porque ves pequeños atisbos de luz en organizaciones ciudadanas como Stop Desahucios; entonces empiezas a ver que igual dentro de esta mierda tendría que haber pasado toda esta basura para que surgieran organizaciones como estas. Es como en las pelis de zombis, la gente empieza a vivir de verdad y a valorar las cosas cuando todo se desmorona. Creo que un héroe debe ser una especie de faro que refleje los aspectos positivos de la humanidad, pero al mismo tiempo también es un ser humano con sus dudas, y como personaje de ficción es lo que lo hace más interesante, porque así somos todos en el fondo.


Miguel: Entre todo este ensalzamiento del héroe, has elaborado como una especie de vida de los santos.

David: Si, en el fondo es como la gente ve a los superhéroes. Imagínate que existieran ¿no sería algo guay ver a Spiderman? Yo creo que la gente se espantaría en plan Watchmen, dirían: “¿esto qué coño es?”. Me imagino que habría dos vertientes: gente que tendría miedo y gente que los ensalzaría, los seguiría y los veneraría como verdaderos santos. Si ahora saliese un superhéroe como Heracles y demostrara a todo el mundo sus poderes y la capacidad para hacer el bien, sería lo más parecido a Dios que un ser humano haya visto. De manera que estos superhumanos no dejan de ser unos dioses.

Miguel: A lo largo de todo el relato se ve que está hecho con ganas como si quisieras rendir cuentas contigo mismo.

David: Ha sido un tour de force continuo contra mí mismo, fueron cuatro años de trabajo. Pero cuando trabajas emocionado, cuando estas escribiendo la historia, te estás dando cuenta de que lo que tienes entre manos es, por fin, la historia que llevas buscando toda tu vida para poder contar y desarrollar todas esas cosas que tenías ganas de explicar con calma. Y encima te vas a divertir mucho, porque en el libro una de las partes más importantes son las escenas de acción. Gracias a trabajar sin un formato determinado y poder desarrollar estas secuencias, tanto las de acción como la que no lo son, con las páginas que yo consideraba que requerían. No hacer más por más, yo hubiera sido feliz si hubiera solucionado esto en 150 páginas, pero sería otro libro, necesitaba 600 para contarla como yo creo que se debe contar y no hay ni una página de más y ni una de menos. Son las páginas que yo considero necesarias para contar esta historia como Dios manda. Desarrollar una secuencia de acción muda durante 20 páginas donde pueda pararme a mostrar como el personaje sufre y que la gente vea como le cuesta ganar. Siempre intento variar el tema no hay dos pruebas iguales: las hay emocionales y otras en las que predomina el uso de la fuerza física; no hay dos puñetazos de Heracles que sean iguales en todo el libro y con esa libertad me daba más ganas, pero también me daba más curro. Cada día que me ponía a dibujar El Héroe era como irme de vacaciones y me despertaba por las mañanas con las ganas de terminar lo que el día anterior había dejado a medias, como lo tienes todo en la cabeza, no me llegaba el tiempo para llevarlo todo a cabo. Yo creo que si trabajas emocionado y con ilusión en lo que haces y te entregas totalmente, cuando sale el libro llega al lector, igual que cuando lo haces por hacer el lector lo nota. Yo como lector hay veces que cojo tebeos y aunque estén bien de factura veo que hay algo ahí que no sé cómo llamarlo, que veo que el tío no se lo estaba pasando bien o se la soplaba. Te puede gustar o no lo que hago pero vas a ver la obra de un tipo que cree en su propio trabajo y que va hasta las últimas consecuencias como creador y que además disfruta.  Ante todo creo que uno ha de ser honesto como creador, a todos los niveles, si no es así no pretendas que luego te tomen en serio como autor. Es un problema que sucede muy a menudo en el cómic español y a la inversa sucede lo mismo. Cuando empecé con este cómic no sabía si iba a vender mucho o poco, no sabía cómo me iba a salir la jugada, igual me lo comía con patatas pero era lo que a mí me apetecía hacer y era el momento de mi vida que me podía permitirme lanzarme con algo así. Rechace oportunidades económicamente mejores, pero como autor no me aportaban absolutamente nada y visto desde la distancia me ha salido bien la jugada.   


Miguel: Cierto, se nota cuando está hecho con ganas y cuando está hecho sin ganas. Antes hemos hablado un poco de la concepción del héroe.  ¿El ascenso crea al héroe y la caída al mito? o ¿Cómo sería eso?

David: Para cualquier autor narrar las caídas es mucho más estimulante que narrar los ascensos. Tienen un plus, tanto para el lector como para el narrador, solo que para este último es más divertido, igual que para un actor es mucho más divertido interpretar a un villano. Creo que para narrar bien una caída y que tenga un gran impacto has de narrar un auge, tienes que mostrar al protagonista en su esplendor, poner la miel en los labios para luego arrebatarla y ver qué ocurre. Para mí el tomo uno de El Héroe es la luz, ver como un niño se convierte en hombre y ese hombre se convierte en héroe. En el segundo tomo es ver como un hombre que ya lo es, al igual no está preparado ni para ser hombre ni héroe. A lo mejor no tiene esa madurez, es capaz de enfrentarse a mil bestias y de salvar a todo el mundo, es como esas personas que en su trabajo son muy buenos pero en sus vidas personales son un desastre. La vulnerabilidad es lo que hace que los héroes sean grandes, Superman sin Kryptonita seria aburridísimo, Spiderman si llegase siempre a final de mes sería una mierda. Creo que lo interesante es eso, los héroes se moldean a partir de sus taras y que es imprescindible que todo buen héroe conviva con su lado oscuro.


Miguel: Por eso hay una diferencia en la paleta de colores entre la primera y la segunda parte.

David: Bueno, El Heroe 2 sigue teniendo colores muy vivos, muy pop. Sí que va a otro terreno y la propia narrativa te pide que lo que estas contando vaya de otra manera.

Miguel: Me sorprende el segundo volumen en su totalidad; empieza con un sueño dorado para convertirlo todo en una pesadilla. ¿Cómo desarrollas esa rotura?  

David: Era para romper con la dinámica de una prueba tras otra y como quedaban menos pruebas por hacer, ya había explicado nueve de las doce en el primer volumen, eso me permitía pararme en otros capítulos para poder contar otras cosas. En la vida de Heracles hubo momentos como el que mata a la familia y primero quería presentarla, y me gustaba la idea de explicar en 20 páginas 6 o 7 años de vida del personaje sin utilizar ni una sola palabra. Para mí era la mejor manera de empezar el libro y también una declaración de intenciones, a partir de ahí es un aviso para navegantes, el lector sabe lo que le espera, sabe que no va a leer lo que leyó en el tomo uno.

Miguel: En Beowulf como estas articulando el tema de la heroicidad.

David: Beowulf no es como El Héroe, que es un estudio sobre la idea de heroicidad. Beowulf no es un héroe, al menos no del modo que lo es Heracles, en Beowulf lo importante no es la heroicidad sino la lucha del bien contra el mal. Una lucha que muchas veces se representa en el combate con monstruos pero que en otras ocasiones está en el corazón de los héroes. No sé cómo explicarte algo sin destripar nada de lo que estamos haciendo Santiago y yo; es un tebeo muy diferente a El Héroe y a cualquier cosa que ambos hayamos hecho antes: es muy seco, muy salvaje, muy duro, es lo más duro que he hecho hasta ahora; es sucio y desesperanzador.

Miguel: Estéticamente en que va a variar.

David: Creo que el dibujo va más allá en Beowulf, por un lado es menos trabajado en el sentido que el lápiz lo estoy haciendo mucho más rápido y más suelto que en El Héroe, pero también porque me siento más seguro como dibujante que cuando empecé con la historia de Heracles, y dibujo más con la propia tinta. La historia es más oscura, entonces a nivel de registro hay más sombras, he hecho un uso de las texturas que no había utilizado nunca, tanto en la tinta, como en el uso del color. Estoy usando salpicaduras de pincel y métodos más tradicionales para trabajar, pero desde un punto de vista actual y moderno intentando darle la vuelta. Por ejemplo: técnicas de entintado que veía en obras de los setenta como Lone Wolf and Cub y coger todo ese material del manga de esa época que a mí me vuelve loco y mezclarlo con lo que hay ahora. En cuanto al color es mucho más oscuro, nada pop, está pensado para que se vea la mugre y se huela el olor corporal chungo de los personajes.




Miguel: Y el hecho de que otra persona, Santiago García, se ocupe del guion, te permite centrarte en lo gráfico y experimentar.

David: posiblemente sí, pero es como si estuviésemos escribiendo el tebeo entre los dos. Esta propuesta surgió cuando estaba acabando de dibujar El Héroe 2. Santiago tuvo mucho tiempo para reescribir ese guion que en un principio iba a dibujar Javier Olivares para adaptarlo a mí y por medio fuimos hablando muchísimo en el sentido que le decía como yo veía al personaje y entre los dos hacíamos crecer la historia. En el fondo creo que el hacer este trabajo en colaboración hace que la obra resultante vaya más allá que cualquier cosa que yo podría parir en solitario, es algo que nos supera a los dos, nos lleva a un terreno en el que no se sabe dónde empieza el guionista y donde termina el dibujante, estamos dialogando continuamente haciendo que la obra nos sorprenda a nosotros mismos como creadores sabiéndonosla de memoria. Aunque la estoy dibujando no estoy trabajando sobre un guion cerrado, se me ocurre tal idea, la hablo con Santiago y se van añadiendo cosas nuevas. De manera que mientras estoy dibujando la historia sigue viva, mutando en función de lo que necesita. Teníamos un guion base, pero que no era una herramienta de “esto va a fuego” era un material que a mí me servía para no perderme y saber a dónde voy y lo que quiero contar, para mí la fase de guion termina prácticamente cuando acabo la portada del libro. Creo que la parte de lápiz es guion puro; incluso el color, porque no se trata de un color decorativo, sino que es narrativo 100% que sirve para transmitir emociones.   

Miguel: Para acabar, si alguien que no tiene idea de cómic te pregunta que es un autor de cómic.


David: Es un tipo, que al menos en mi caso, que se gana la vida con lo que más le gusta y que le hace feliz de verdad que es escribir y dibujar y poder crear los mundos que a mí me dé la gana. Resumiendo: un tío que tiene el mejor trabajo del planeta Tierra.

                                                                                                                           @Mr_Miquelpg

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