miércoles, 17 de julio de 2013

Sesión Numerada #17 Fritz the Cat (1972). Aventura y desventuras del gato caliente.



Según muchos seguidores de Robert Crumb El Gato Fritz  es una de sus obras más significativas, en parte debido a la crítica que desprende sobre la sociedad estadounidense en un momento concreto de la historia, los años 60, y la forma tan corrosiva en que lo hace. Lo que sí queda claro es que este título es parte fundamental del cómic underground estadounidense y que Fritz es un ejemplo de la contracultura del momento, donde el sexo, la violencia y las drogas marcan un camino que representaba la rebeldía y lo moralmente inadecuado o desaprobado por una sociedad que tendía a establecer una serie de principios homogeneizantes y castrantes. Este cómic es irreverente (aunque para muchos, a día de hoy, no llame tanto la atención como lo hizo en su momento, tal vez para más de una feminista de salón sea misógino y fomente la violencia de género, hay que saber contextualizarlo), con ciertos toques ácidos e irónicos que no dejan de ser una muestra del desencanto imperante en ese período, los 60 estaban marcados por la Guerra de Vietnam, Mayo del 68, la Primavera de Praga, la muerte de Kennedy, la crisis de los misiles, la lucha racial de Martin Luther King etc. En España Ediciones La Cúpula recopiló en un solo tomo todas las historias de El Gato Fritz por suerte para nosotros.



En 1972 se estrenó la versión cinematográfica de esta obra bajo la dirección del reputado Ralph Bakshi, para muchos conocido como el director de Una rubia entre dos mundos (1992) o de la versión en dibujos animados de El Señor de los Anillos (1978), de la que se dice que Peter Jackson tomo ciertos diseños de personajes como referencia. La película es una puesta en escena de algunas de las historias cortas que Crumb había dibujado pero que no llega a tener el cariz que desprende la obra original aunque son dignas de mención las psicodélicas transiciones entre historias del film muy en la onda la influencia hippie de la década de los setenta. Es posiblemente ese uno de los fallos principales de la película, centrarse demasiado en unos principios que fueron posteriores al original, hay que tener en cuenta que entre ambas décadas, 60-70,  la forma de ver el mundo y de hacer crítica del sistema social imperante había cambiado sustancialmente, no es de extrañar que Crumb decidiera matar a Fritz el mismo año que se estrenaba la película de Bakshi, de la que se mostró fiel detractor pese al éxito de la misma.


En términos generales  la animación del film resulta peculiar, sin olvidar que ya se tenía de antemano el diseño de los personajes, pero en ocasiones su tosquedad puede chirriar al espectador, al igual que el salto entre historias y el tempo de las mismas. Si es cierto que mantiene el espíritu crítico tanto social,  como político y cultural a los valores, costumbres y creencias de la sociedad estadounidense aunque lo hace de una forma más superficial y llamativa pero posiblemente menos directa y efectiva que la obra de Crumb. El sexo y las drogas copan demasiados aspectos y se pasan por alto muchos de los mensajes más destacados del original, el simple hecho de vender la cinta  con clasificación X llamó demasiado la atención, convirtiéndola en un auténtico éxito de taquilla. Sin embargo, creo que merece la pena echarle un ojo, aunque sin olvidar nunca el texto original, su auténtica procedencia.


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