jueves, 18 de julio de 2013

El sótano del primo Barto: El cuerpo humano deconstruido


Si hay un autor que ha sabido disgregar totalmente los conceptos de adulto y aburrido, sin duda no ha sido otro que el guionista norindarlés Garth Ennis, un auténtico visionario que ha trabajado a lo largo de su trayectoria en un concepto tan simple como importante: las personas adultas disfrutan la acción y las explosiones del mismo modo que los niños. Es más, se podría decir que los adultos viven un refinamiento estético que les permite disfrutar de una violencia gráfica, en la mayoría de las veces absurdas o irónica, que casi podría ser un tipo de fantasía en si mismo. Las explosiones y los disparos a quemarropa en los cómics de Garth Ennis son tan mágicos como los tiroteos en las películas de John Woo, donde los límites de la anatomía o la física se diluyen por el simple placer de una hacer un acto de violencia lo más estético y visual posible. Básciamente es como si cogiéramos el realismo mágico y lo utilizáramos para enfrentar mafiosos, narcotraficates, agentes de las fuerzas especiales y similares entre sí, en lugar de usarlo para contar los problemas de identidad de un hombre.

Evidentemente, con esto dejamos fuera grandes obras de Garth Ennis donde demuestra que sabe tanto narrar como impactar. Sólo hay que señalar una serie como Predicador para ver de lo que es capaz el guionista británico, una colección tan magistralmente escrita que durante un tiempo fue la línea insignia del famoso sello Vertigo. Tampoco podemos dejar de lado la importancia de Garth Ennis como ensayista, pues en sus obras no faltan reflexiones profundas sobre temas tan dispares e importantes como los conflictos gangrenados o la religión, sólo hay que ver como ha sabido utilizar sus raices para hablar del conflicto de Irlandad del Norte o del catolicismo. Aunque lo cierto es que el autor se ha vuelto más plástico en sus últimas obras, principalmente en las de fantasía oscura como Crossed escrita para Avatar, o en los guiones que ha desarrollado para Punisher dentro de Marvel, un personaje que ha vivido una auténtica edad dorada gracias a las ideas de Garth Ennis.

Puede que Garth Ennis no vuelva a escribir una gran saga tan bien orquestrada como Predicador, cómic que en sí mismo se merece una parada en exclusiva, y se centre en obras aún más evasivas como The Boys. Pero lo cierto es que Garth Ennis si ha sabido dar luz a un nuevo cómic de explotation, quizás al margen de las grandes editoriales de superhéroes, donde la violencia extrema y la sexualidad siempre ha pasado de puntillas. Da igual que tratemos con soldados, superhéroes o un hombre anónimo de la calle, con Garth Ennis sólo podemos esperar que una o varias personas terminen heridos de gravedad de la forma más aparatosa posible, siendo las mandíbulas arrancadas de la cara un clásico contemporáneo de sus cómics.

En cierto sentido, los cómics de Garth Ennis representan todo lo que las madres temen que sus hijos lean en una historieta, quizás con más que razón. Pero aquí encontramos el probleam de aunar cómic con infancia o adolescencia, pues al final, Garth Ennis tiene el derecho a escribir lo que quiera, siempre que ecuentre una editorial que lo quiera publicar, algo que no le cuesta demasiado. Puede que Garth Ennis no sea el cúlmen de la historieta, incluso es posible que sus obras, más allá de Predicador, no consigan sobrevivir en el tiempo, pero lo cierto es que su obra y concepción del cómic es muy necesaria, pues hace falta que a veces los adultos dejen de excusarse en el arte o la filosofía y disfruten un poco. Los problemas serían o que no se publicaran cómics como los de Garth Ennis o que todos fueran como los suyos, pero afortunadamente no padecemos ninguno de los dos problemas.


@bartofg

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