Si hay un autor que ha
sabido disgregar totalmente los conceptos de adulto y aburrido, sin duda no ha
sido otro que el guionista norindarlés Garth Ennis, un auténtico visionario que
ha trabajado a lo largo de su trayectoria en un concepto tan simple como
importante: las personas adultas disfrutan la acción y las explosiones del
mismo modo que los niños. Es más, se podría decir que los adultos viven un
refinamiento estético que les permite disfrutar de una violencia gráfica, en la
mayoría de las veces absurdas o irónica, que casi podría ser un tipo de
fantasía en si mismo. Las explosiones y los disparos a quemarropa en los cómics
de Garth Ennis son tan mágicos como los tiroteos en las películas de John Woo,
donde los límites de la anatomía o la física se diluyen por el simple placer de
una hacer un acto de violencia lo más estético y visual posible. Básciamente es
como si cogiéramos el realismo mágico y lo utilizáramos para enfrentar
mafiosos, narcotraficates, agentes de las fuerzas especiales y similares entre
sí, en lugar de usarlo para contar los problemas de identidad de un hombre.
Evidentemente, con esto
dejamos fuera grandes obras de Garth Ennis donde demuestra que sabe tanto
narrar como impactar. Sólo hay que señalar una serie como Predicador para ver de lo que es capaz el guionista británico, una
colección tan magistralmente escrita que durante un tiempo fue la línea
insignia del famoso sello Vertigo. Tampoco podemos dejar de lado la importancia
de Garth Ennis como ensayista, pues en sus obras no faltan reflexiones
profundas sobre temas tan dispares e importantes como los conflictos
gangrenados o la religión, sólo hay que ver como ha sabido utilizar sus raices
para hablar del conflicto de Irlandad del Norte o del catolicismo. Aunque lo
cierto es que el autor se ha vuelto más plástico en sus últimas obras,
principalmente en las de fantasía oscura como Crossed escrita para Avatar, o en los guiones que ha desarrollado
para Punisher dentro de Marvel, un
personaje que ha vivido una auténtica edad dorada gracias a las ideas de Garth
Ennis.
Puede que Garth Ennis no
vuelva a escribir una gran saga tan bien orquestrada como Predicador, cómic que en sí mismo se merece una parada en exclusiva,
y se centre en obras aún más evasivas como The
Boys. Pero lo cierto es que Garth Ennis si ha sabido dar luz a un nuevo
cómic de explotation, quizás al
margen de las grandes editoriales de superhéroes, donde la violencia extrema y
la sexualidad siempre ha pasado de puntillas. Da igual que tratemos con
soldados, superhéroes o un hombre anónimo de la calle, con Garth Ennis sólo
podemos esperar que una o varias personas terminen heridos de gravedad de la
forma más aparatosa posible, siendo las mandíbulas arrancadas de la cara un
clásico contemporáneo de sus cómics.
En cierto sentido, los
cómics de Garth Ennis representan todo lo que las madres temen que sus hijos
lean en una historieta, quizás con más que razón. Pero aquí encontramos el
probleam de aunar cómic con infancia o adolescencia, pues al final, Garth Ennis
tiene el derecho a escribir lo que quiera, siempre que ecuentre una editorial
que lo quiera publicar, algo que no le cuesta demasiado. Puede que Garth Ennis
no sea el cúlmen de la historieta, incluso es posible que sus obras, más allá
de Predicador, no consigan sobrevivir
en el tiempo, pero lo cierto es que su obra y concepción del cómic es muy
necesaria, pues hace falta que a veces los adultos dejen de excusarse en el
arte o la filosofía y disfruten un poco. Los problemas serían o que no se
publicaran cómics como los de Garth Ennis o que todos fueran como los suyos,
pero afortunadamente no padecemos ninguno de los dos problemas.
@bartofg
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