En el año 2010 se editaba
en España, de la mano de Ediciones B, una
colección de los tebeos de Tank Girl
del primer año en un único volumen llamado Tank
Girl Uno. Aunque no era la primera vez que la chica del tanque aparecía en
nuestro país, ya que lo había hecho en El
Víbora y en formato cuaderno para Ediciones La Cúpula en la línea Fuera de
Serie Comix (2001-2003).
Jamie Hewlett y Alan
Martin son los creadores de este personaje femenino y del inusual mundo que la
rodea. Sin lugar a dudas, Hewlett es mucho más conocido como creador (gráfico),
junto a Damon Albarn, de la banda virtual Gorillaz, así como diseñador de todos
y cada uno de los personajes que la componen y de todos los productos asociados
a la misma.
Posiblemente nos
encontramos ante un caso en el que el film llegó a ser más conocido, en un
momento dado, que la obra original en la que se inspiraba, aunque esto no es
sinónimo de éxito. La película fue duramente criticada desde un principio y si
hablas con alguien que la haya visto lo más probable es que la palabra bodrio
aparezca en la conversación, pero si analizamos la película desde diferentes
puntos de vista la adaptación no es tan cutre como se dice porque consigue
transmitir, en su mayoría, el espíritu original del cómic. Estamos hablando de
obra que se puede clasificar como anarquista con una estética pretendidamente
punk y la película es eso y mucho más. Destacan las secuencias en las que
aparecen viñetas y animaciones especialmente creadas por Jamie Hewlett y Alan
Martin y que mezclan el formato y el lenguaje del cómic con el formato y el lenguaje cinematográfico de una
manera totalmente literal, además de la cantidad de referencias culturales presentes.
Siguiendo la estela de
la conocidísima Mad Max (1979), nos
adentramos en un futuro postpocalíptico en el que la escasez de agua y el desconcierto
social son piezas claves, pero mientras en Mad
Max el protagonista era un hombre y su testosterona, aquí la protagonista
es una chica de estética punk casi cargada con la misma testosterona y una boca
llena de palabras soeces.
Desde mi punto de vista,
el papel que interpreta la actriz Lori Petty no es tan malo como muchos se empeñan en remarcar ni el de Naomi
Watts tan bueno. Sí es cierto que las interpretaciones, a nivel general, y
sobre todo las del perverso Kesslee (Malcolm McDowell), no son meritorias del
premio a la mejor interpretación pero
tampoco es cuestión de pedir demasiado. Seguramente la mayor deficiencia de la
película sea su dirección. Rachel Talalay no consigue darle el empaque final y
mira que contó con medios suficientes.
Sin embargo, la
estética general del film es meritoria y destacable, dejando a un lado los
efectos especiales y centrándonos, por ejemplo, en el diseño de vestuario, a mi
gusto, claramente extraído de las viñetas de forma magistral. Muchos son los
que se han quejado del maquillaje y la estética de los canguros de la película,
pero no hay que olvidar que los efectos especiales de maquillaje eran obra de
Stan Winston que, para aquellos que no lo sepan, es el creador de muchos de los
mejores monstruos de la historia del cine como por ejemplo: Terminator, Alien,
Depredador y Eduardo Manostijeras.
Son las cosas del
destino las que determinan que algunas "raras avis" se conviertan,
con el paso del tiempo, en películas de culto, pero esto no ha ocurrido con Tank Girl, producto que, durante largo
tiempo, era una reposición continua en las cadenas autonómicas de televisión a
altas horas de la noche.
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