Atolladero.
Texas es un cómic de 1995 que fue editado por Glenat en su línea
Tebeos Glenat y que está guionizado por Oscar Aibar y dibujado por Miguel Ángel
Martín. En un primer momento fue publicado en la revista Makoki. El cómic se
divide en cuatro historias cortas autoconclusivas que se centran en la creación
de un microcosmos perverso y, sobre todo, falto de moral situado en un rincón
remoto de Texas. El propio nombre de la obra ya nos da las referencias
necesarias para saber que los personajes que deambulan entre las viñetas se
encuentran sumergidos o están retenidos por una serie de obstáculos, lo que a
priori desconocemos es la gravedad y crueldad de esas limitaciones.
Si ya conocéis la obra
de Miguel Ángel Martín no os va a resultar extraño encontraron con la violencia
y la pornografía como buques insignias de su particular crónica de la sociedad,
todo ello ornamentado con un dibujo y una estética muy sencilla, con un trazo
frío y con toques coloristas, aunque la obra que nos ocupa es en blanco y negro
una de las peculiaridades de este autor
es el uso de una peculiar paleta de colores de rosas y azules. Miguel Ángel
Martín es un referente tanto a nivel
nacional como internacional del cómic español más alternativo. Por su parte Óscar
Aibar ha trabajado como guionista para un gran número de revistas como Zona 84,
Totem, El Víbora o Makoki, pero posiblemente sea más conocido por su labor como
director de cine y televisión. Además de ser el guionista del cómic y de la
película Atolladero, también se
encargó de su dirección, siendo esta su ópera prima. Posiblemente la película
más reconocida de este autor sea El Gran Vázquez
(2010) aunque yo no descartaría
hacer mención de Platillos Volantes (2003)
por su proximidad temática indirecta con Atolladero.
Una vez hechas las
presentaciones oportunas para poder reconocer a las mentes pensantes de esta
película, pasemos ahora a ver el resultado fílmico. Si tuviera que clasificar
la obra dentro de un género cinematográfico concreto posiblemente deliberaría
durante horas. Atolladero tiene
tintes de ciencia ficción, de western o, mejor aún, de spaghetti western e
incluso cierto toques de cine negro y cine apocalíptico. Algunos se atreven a
compararla con otra ópera prima, la de Alex de la Iglesia, Acción Mutante (1993). Pero creo la primera diferencia que
encontramos es que pese a que ambas tienen un peculiar y extraño sentido del
humor, Atolladero lo hace desde un
punto de vista más violento y el mundo que representa es mucho más
desasosegante.
A primera vista, la
historia no se deja de ser el tópico manido de: pueblo perdido de la mano de dios y condenado
a la degradación moral constante de sus habitantes, juez corrupto que controla
todo el cotarro y su mujer que es una zorra de libro, la mano derecha del juez
que es un sicario sin ningún tipo de remordimiento (interpretado en este caso
por la estrella del punk rock Iggy Pop), al igual que el sheriff de la zona, untado
por el mandamás que en ocasiones tiene
que dar el golpe sobre la mesa, a lo que se le une un cura vicioso y el típico
personaje decente que quiere salir de ese atolladero en busca de una vida
mejor.
Pero la peculiaridad
del film reside en la construcción de ese espacio, ese infierno sin ley, con un
bajo presupuesto y sin salir de España. A lo largo de la historia el cine, la
falta de presupuesto y de medios ha llevado a directores y productores a ingeniárselas
para suplir las carencias con ingenio. Para los que estén interesados más en la
forma que en el contenido, posiblemente esta película les resulte fallida desde el minuto uno, pero
para aquellos que sepan buscar el verdadero mensaje y sean conscientes de lo
arriesgado de la película les parecerá, no una obra maestra, pero sí un título
a tener en cuenta.
no concebí Atolladero como una obra compleja, pero acabó siendolo por todo lo que nos pasó durante su factura, que fue mucho. la peli es arritmica, triste y a veces desoladora, porque eso es lo que sentía cuando la hice. hubiese sido engañar trabajar en otras cuerdas. muchos besos y gracias por vuestras palabras
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por hacer algo diferente e interesante, sé que es difícil hacer cine cuando no se tiene el apoyo necesario y los problemas a los que tienes que enfrentarte en un rodaje. Muchos hubieran querido hacer una ópera prima así.
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