Una semana más y una reseña más, y
como siempre vengo a hablaros de esa estrecha relación que se crea entre el
mundo del videojuego y el mundo del cómic. Hoy os hablaré de un superhéroe
Marvel al que aún no le he dedicado ninguna de mis reseñas. No hace falta
añadir mucho si os digo que su poder tiene algo que ver con la picadura de un arácnido
¿verdad? Sí, se trata de Spiderman.
Spiderman: Dimensions es un
videojuego beat’em up con toques de plataformas que cuenta con un desarrollo
lineal por niveles, a diferencia de anteriores videojuegos de Spiderman que
presentaban una jugabilidad más abierta. Lanzado en 2010 para Nintendo DS, Xbox
360, PlayStation 3, Wii y PC, desarrollado por Beenox y Criptonite Games y
distribuido por Activision recibió unas críticas muy positivas en la prensa
especializada teniendo un notable alto de media.
Lo más llamativo y destacable de
este videojuego es el hecho de que se le den protagonismo a las cuatro
dimensiones que le dan nombre. Estas cuatro dimensiones, totalmente distintas
entre sí, están basadas en distintos universos del héroe arácnido. Tendremos la
dimensión “Amazing” que se desarrolla en un entorno selvático en lugar del
Nueva York al que nos tiene acostumbrados Spidey y que presentará una
jugabilidad bastante clásica manejando a nuestro Spiderman de toda la vida
mientras avanzamos derrotando malos a manporrazo limpio. Otra de las
dimensiones es “Noir” en la que manejaremos a un sigiloso Spiderman en los años
50 en su lucha contra el crimen organizado, como ya hemos dicho, esta dimensión
estará enfocada al sigilo siendo imprescindible pasar inadvertidos para
derrotar al enemigo. La siguiente dimensión es la futurista “2099” en la que
manejaremos a Miguel O’Hara en unos niveles en los que primará la acción sobre
cualquier otro elemento, incluyendo fases en las que planearemos con la ayuda
de nuestro sofisticado traje. Y por último, la dimensión “Ultimate” en la que
Spidey llevará puesto el traje simbiótico y por tanto poseerá todos sus poderes
lo que ayudará a acabar con los enemigos que salgan a nuestro paso.
Cuatro ambientaciones muy
diferentes y cambios significativos en la jugabilidad son el punto fuerte de
este videojuego, que sin embargo, flaquea en otros aspectos. Y es que si algo tienen
en común las cuatro dimensiones es la simpleza en cuanto a jugabilidad se refiere,
presentando un sistema de combate demasiado sencillo y que puede llegar a
resultar repetitivo, a excepción de la dimensión “Noir” donde lo repetitivo
será su jugabilidad excesivamente pausada.
Si bien el juego nos brindará
momentos de gran satisfacción, a menudo sentiremos que tanto escenarios como
enemigos están desaprovechados y poco explotados, siendo esto especialmente
visible en los jefes finales.
En resumen, un buen juego que nos
aportará grandes dosis de diversión pero que nos dejará con la miel en los
labios y la sensación de que podría haber dado más de sí.
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