La reconstrucción es un paso obligatorio en la mayoría de las series de
cómic, pues hablamos de continuaciones tan largas en el tiempo que es
obligatorio cambiar la dinámica e introducir nuevos cambios con el objeto tanto
de conservar a los viejos lectores como de atraer nuevos consumidores. En este
sentido sólo tenemos que prestar atención a cualquier colección de las
principales editoriales de cómic, momentos difíciles de olvidar como La saga del clon de Spiderman o la saga Knightfall de Batman. Evidentemente,
estos cambios abruptos en las colecciones sirven para atraer sobre todo la
atención de los medios de comunicación convencionales y a los lectores no
habituales, pues pocas cosas venden más que la muerte de un superhéroe. De este
modo, en lugar de asistir a colecciones atemporales donde el héroe se enfrenta
a la crisis del mes, o del semestre, como si se tratara de un procedimental,
tenemos que lidiar con enrevesados guiones que al menos una vez al año nos prometen
que todo va a cambiar y que nada volverá a ser como lo conocíamos.
Sin embargo, algunas veces este proceso de evolución o deformación si
puede tener una lógica interna, es más, puede servir incluso a un fin
verdaderamente creativo. Esto es lo que sucede con la colección Prophet recientemente resucitada por el
sello Image. En su origen, en los como mínimo discutibles noventa, Prophet era una colección creada por Rob
Liefeld que daba cabida a John Prophet un guerrero con un alto sentido de la
religiosidad y que continuamente era crionizado, despertado para luchar en
momentos puntuales como la Segunda Guerra Mundial o la Guerra de Vietnam, todo
para después sentirse mal por lo que le obligaban a hacer, aunque sin alejarse
nunca demasiado de unas enormes pistolas o alguna espada de tamaño descomunal.
Desgraciadamente para su autor, Prophet no
duró demasiado, publicándose sólo durante 11 números entre los años 1992 y
1993, con un posterior intento de relanzamiento en 1995, que aguantó sólo ocho
números, y un especial publicado en el año 2000.
John Prophet estaba destinado a desaparecer junto al resto de
superhéroes vigoréxicos mal dibujados hasta que entró en escena el guionista
Brandon Graham, quien ha planeado toda una reinvención del personaje. Aunque lo
más interesante es precisamente como Brandom Graham no ha escrito una simple
continuación espiritual del trabajo de Rob Liefeld, sino que lo a utilizado
como un punto de partida en su más amplio sentido, simplemente dando un gran
salto hacia delante. La nueva colección de Prophet
de Image respeta la numeración clásica, por lo que la nueva historia comienza
en el número 21 de la serie, aunque con la salvedad de que nos encontramos
varios miles de años en el futuro, con lo que el mundo que vivió John Prophet
ha cambiado bastante. Brandom Graham no elimina el pasado, pero si se aleja lo
suficiente como para que no tenga que ser tenido en cuenta, o al menos haya
transcurrido tanto tiempo que ya poco importe lo que pasó. El nuevo universo
por el que deambula John Prophet tiene poco que ver con el nuestro, siendo una
tierra más parecida al de las historias de espada y brujería que a la
ciencia-ficción más pura, donde podemos encontrar alienígenas y robots, aunque
estos funcionen más como monstruos y seres mitológicos.
Este es el mayor acierto de la actual serie Prophet pues el lector puede ser partícipe del despertar de Jhon
Prophet, que debe enfrentarse a un nuevo mundo, aunque mientras el lector no
puede más que mirar alrededor buscando una lógica y una explicación, nuestro héroe
se limita a colocar un pie delante del otro con el único objetivo de su misión.
Prophet es un auténtico soplo de aire
fresco, casi gélido, a la producción más mainstream,
un cuento donde la sangre fluye a raudales, muchas veces de miembros amputados,
y donde la tecnología es prácticamente indistinguible de la magia, como ya
vaticinó Arthur C. Clarke. Pero los que crean que esto se traduce en un simple
viaje lisérgico pueden estar tranquilos, porque la mente de Brandom Graham ha
ideado una historia mayor tras la misión de un simple hombre, algo que se
sustenta en los cambios de dibujantes, pues cada uno se podría decir que se
encarga de un John Prophet distinto.
Me lo apunto... la verdad es que ya me ha habia llamado la atencion, pero tras la reseña, aun mas
ResponderEliminarLa verdad es que el trabajo artístico es buenísimo, es un cómic que entra por los ojos, pero el guión no se queda para nada por detrás.
ResponderEliminarLleva en la lista de la compra desde hace un tiempo y seguramente caiga el mes que vienes. Despues del Ojo de Halcón dibujado por David Aja. #comicstyle
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