sábado, 27 de abril de 2013

Spain is Pain #105: Mi onírico yo.



Un cuento de navidad de Charles Dickens es quizás la historia más famosa en torno al tema de las oportunidades perdidas, en este popular relato el autor británico articula felizmente el discurso de la bondad de la navidad con el pasado de Mr. Scrooge, uno de los personaje más querido y odiado, por partes iguales, de la literatura anglosajona. Como es conocido por todos al protagonista, un amargado y avaro contable, le visitan tres fantasmas la víspera de navidad para ver su pasado, contemplar su presente y vislumbrar su futuro. En todos los casos las visitas no son nada halagüeñas para el contable. Este relato se puede conjugar con Qué bello es vivir, otra historia sobre lo que fue y lo que pudo haber sido la vida del personaje.

En esa tradición de revisión del pasado y exorcizar los fantasmas que cada uno de nosotros cargamos a nuestras espaldas se encuentra Alter y Walter o La verdad Invisible (Entrecomics Comics, 2013) de Pep Brocal. Hasta cierto punto podemos considerar esta obra como una deconstrucción posmoderna de la obra de Dickens en la que también hacen presencia los círculos del Infierno de Dante. En esa transmutación de los espacios literarios nos encontramos con una historia en apariencia sencilla que se va complicando no solo en lo meramente narrativo sino en la complejidad gráfica que construye el autor.
Walter es un tipo normal, más que normal gris, que ve como día a día alguien que no es él se asoma en el espejo mientras se afeita, la existencia de este es rutinaria sin pasión, la vida de una persona que ha dejado atrás todos sus sueños y que ha sido incapaz de dar un paso en otra dirección que no fuese la de la obligación social. Sin embargo, todo cambia el día que se desvía de esa rutina programada que es su rutina, decide no ir al trabajo y emprender un viaje a no se sabe dónde que le llevara a parar donde el no espera.

Walter lucha por su vida contra sí mismo (Alter) por el peor de los crímenes: haberse prohibido vivir la vida como la había soñado. En ese espacio onírico se hacen patentes todos los elementos de la crisis personal de un personaje que vive inmerso en la funcionalidad del día a día. Ese conflicto interior se ve auspiciado por la quiebra de valores del occidente capitalista que han hecho de Walter un personaje anodino incapaz de imaginarse a sí mismo viviendo otra vida mucho más rica que la que está viviendo, prefiriendo marginarse a sí mismo antes de enfrentarse a sus demonios.
Dicho enfrentamiento tiene lugar en un espacio indeterminado entre la realidad, el subconsciente y lo onírico. Siendo la realidad lo único a lo que se puede agarrar, y esta no es más que las circunstancias de su pasado, es decir, sus errores como único sustento en el que Walter es capaz de moverse con soltura. En cuanto a la construcción del subconsciente y lo onírico Brocal opta por lo orgánico como un espacio habitable que el protagonista es incapaz de reconocer por haberlo abandonado hace tiempo. Es más ese constructo habitado por personajes del pasado muta, no es una construcción sólida como la vivida por Walter pero si lo es para Alter.

Lo orgánico será un aspecto central no solo en la configuración de los espacios sino que jugará un papel vital en el desarrollo de la historia sino que se producirá una transustanciación en el que esas habitaciones vacías en la mente de Walter sufrirán una conversión que las corporeizará en un ser que en principio parece nuevo pero que siempre había estado allí. Quizás debemos entender el concepto de orgánico en el relato tal y como lo define la RAE en su primera acepción: “Que está con disposición o aptitud para vivir”. Porque ese es el trance que deberá pasar nuestro querido Walter decidir si está en disposición de vivir.

Pep Brocal pone ante nosotros un relato complejo, no por inteligible, sino por la cantidad de elementos con los que es capaz de jugar a la hora de elaborar un relato sobre la dualidad del ser humano. La utilización del rojo y el verde como elementos centrales de una narrativa visual que está integrada por completo en el relato, y que da de sí a lo largo de todo el volumen. Alter y Walter o La verdad Invisible hay que leerlo con tranquilidad y volver a releerlo, porque es un texto que nos va a dar vueltas en la cabeza durante un tiempo tanto por como lo que explica como por lo que explica, a todo eso hay que sumarle la estupenda edición llevada a cabo por la gente de Entrecomics Comics los cuales van coleccionando hitos a medida que lanzan al mercado un nuevo título. Y que son capaces de dar toda la libertad necesaria al autor para encontrarnos con títulos como el orquestado por Pep Brocal.

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