Una
historia violenta (A
History of Violence) es un cómic escrito por John Wagner, conocido por su
trabajo en Juez Dredd e ilustrado por
Vince Locke, recordado por Sadman y
por un particular trazo oscuro, en ocasiones sucio, que fue publicado en España
por la Editorial Astiberri en 2005 en la
Colección Sillón Orejero. Panini Noir lo reeditó tomando el nombre original de
la película Una historia de violencia.
Sí nos acercamos en un
primer momento a la obra en formato cómic, descubriremos fácilmente qué es lo
que atrajo a David Cronenberg a hacer una película basada en dicha obra: una
historia que gira en torno a un hombre con un pasado misterioso, violencia con
toques fetichistas, personajes que se disfrazan de lo que no son, y todo eso
bajo un ligero manto de cotidianidad y estabilidad que se ve fácilmente
truncado con una inoportuna visita. Lo que encierra esta obra es peligroso, terrorífico
y a la vez común en la sociedad, sobre todo en la estadounidense, donde parece
que es más fácil esconder el pasado y comenzar desde cero sin preguntas, sin
que tu mujer sepa el nombre de tu hermano o tu verdadero nombre.
Sí bien es cierto que
el cómic y la película parten de un inicio común, a partir del detonante que
pone en jaque la identidad del protagonista, ambas se bifurcan en dos caminos
diferentes pero, al mismo tiempo, similares en cuanto a la actitud y el desarrollo de
acontecimientos, todos ellos alrededor de la figura principal de Tom McKenna (Viggo
Mortensen). Algo que llama demasiado la atención es que, en la película, la
violencia no llega a ser tan violenta como en el cómic, donde en la última
parte de la obra las brocas y las sierras mecánicas cobran un papel destacado
con las que Cronenberg hubiera podido jugar con el horror corporal, algo usual
a en su filmografía. Tal vez una de las marcas de la casa sea el ojo dañado de Carl
Fogarty (Ed Harris), sí conoces la filmografía de Cronenberg sabes que algo así
es casi un sello de distinción (al igual que ocurre con las escenas de sexo,
destacando la de la escalera, entre violenta y deseada), aunque en este caso ya
estuviera incluido en el cómic.
Otro punto destacado
que hay que mencionar sobre el film es que el director ha cambiado algunas de
las relaciones de parentesco de los personajes para crear como una especie de
familia infectada por el virus de la violencia, es como si la violencia
estuviera intrínsecamente relacionada con los genes y llegado un momento saliera
a relucir, pese a intentar mantenerla oculta bajo una falsa apariencia de
ciudadano modélico o buen hijo-estudiante, el juego de la dualidad de los
personajes. Asimismo, el cómic nos muestra todo el pasado de Tom-Joey, el
motivo por el que huyó, cómo fue su infancia y cómo acaba la historia. Sin
embargo, Cronenberg deja que el espectador imagine el horrible pasado de Tom,
siempre podemos pensar cosas peores de las que se nos pueden mostrar, solo nos
da pequeños retazos de su verdadera personalidad oculta, de que fue un asesino,
pero nunca qué hizo o a quién. Su tranquilidad a la hora de ejercer la
violencia y a la hora de encubrirla nos da a entender que en el fondo es un
verdadero monstruo y crea en el espectador una sensación mayor de animadversión
y antipatía hacia el personaje.
Si tenéis la
oportunidad de leer el cómic, merece la pena descubrir esta historia y si conocéis
y admiráis la filmografía de Cronenberg es de obligado cumplimiento su
visionado.
Me gusto mucho... y llevo mucho tiempo queriendo verla otra vez...
ResponderEliminar