miércoles, 24 de abril de 2013

Sesión Numerada #5 Una historia de violencia (2005), El pasado siempre vuelve.


Una historia violenta (A History of Violence) es un cómic escrito por John Wagner, conocido por su trabajo en Juez Dredd e ilustrado por Vince Locke, recordado por Sadman y por un particular trazo oscuro, en ocasiones sucio, que fue publicado en España por la  Editorial Astiberri en 2005 en la Colección Sillón Orejero. Panini Noir lo reeditó tomando el nombre original de la película Una historia de violencia.

Sí nos acercamos en un primer momento a la obra en formato cómic, descubriremos fácilmente qué es lo que atrajo a David Cronenberg a hacer una película basada en dicha obra: una historia que gira en torno a un hombre con un pasado misterioso, violencia con toques fetichistas, personajes que se disfrazan de lo que no son, y todo eso bajo un ligero manto de cotidianidad y estabilidad que se ve fácilmente truncado con una inoportuna visita. Lo que encierra esta obra es peligroso, terrorífico y a la vez común en la sociedad, sobre todo en la estadounidense, donde parece que es más fácil esconder el pasado y comenzar desde cero sin preguntas, sin que tu mujer sepa el nombre de tu hermano o tu verdadero nombre.



Sí bien es cierto que el cómic y la película parten de un inicio común, a partir del detonante que pone en jaque la identidad del protagonista, ambas se bifurcan en dos caminos diferentes pero, al mismo tiempo, similares en cuanto  a la actitud y el desarrollo de acontecimientos, todos ellos alrededor de la figura principal de Tom McKenna (Viggo Mortensen). Algo que llama demasiado la atención es que, en la película, la violencia no llega a ser tan violenta como en el cómic, donde en la última parte de la obra las brocas y las sierras mecánicas cobran un papel destacado con las que Cronenberg hubiera podido jugar con el horror corporal, algo usual a en su filmografía. Tal vez una de las marcas de la casa sea el ojo dañado de Carl Fogarty (Ed Harris), sí conoces la filmografía de Cronenberg sabes que algo así es casi un sello de distinción (al igual que ocurre con las escenas de sexo, destacando la de la escalera, entre violenta y deseada), aunque en este caso ya estuviera incluido en el cómic.

Otro punto destacado que hay que mencionar sobre el film es que el director ha cambiado algunas de las relaciones de parentesco de los personajes para crear como una especie de familia infectada por el virus de la violencia, es como si la violencia estuviera intrínsecamente relacionada con los genes y llegado un momento saliera a relucir, pese a intentar mantenerla oculta bajo una falsa apariencia de ciudadano modélico o buen hijo-estudiante, el juego de la dualidad de los personajes. Asimismo, el cómic nos muestra todo el pasado de Tom-Joey, el motivo por el que huyó, cómo fue su infancia y cómo acaba la historia. Sin embargo, Cronenberg deja que el espectador imagine el horrible pasado de Tom, siempre podemos pensar cosas peores de las que se nos pueden mostrar, solo nos da pequeños retazos de su verdadera personalidad oculta, de que fue un asesino, pero nunca qué hizo o a quién. Su tranquilidad a la hora de ejercer la violencia y a la hora de encubrirla nos da a entender que en el fondo es un verdadero monstruo y crea en el espectador una sensación mayor de animadversión  y antipatía hacia el personaje.



Si tenéis la oportunidad de leer el cómic, merece la pena descubrir esta historia y si conocéis y admiráis la filmografía de Cronenberg es de obligado cumplimiento su visionado.

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