Lo normal es que un monstruo horrible e
inmoral se enfrente a una población civil desprotegida y que tampoco
se merece demasiado que lo desmembren o se lo coman. Como mucho, nos
podemos encontrar con unos responsables de la creación o liberación
de la criatura, los cuales normalmente son personas mezquinas e
inmorales. Aunque claro, tampoco podemos olvidarnos del héroe,
encargado de acabar con el monstruo, quién puede ser desde un
bienhechor desinteresado hasta un pícaro de buen corazón, en todo
caso alguien que no tiene problemas para acabar de una vez con toda
con la existencia del monstruo y sus terribles crímenes.
Pero todos sabemos que no todo es tan
maniqueo, que entre el negro y el blanco absoluto se abre un mundo en
el que ni los monstruos son tan malos ni la sociedad merece ser
salvada de forma instantánea descartando cualquier juicio moral. A
veces el monstruo no es más que un ser que se mueve por principios
diferentes a una sociedad humana que a su manera no deja de ser igual
de monstruosa. Cuando hablamos del mal puro encarnado en un vampiro
sediento de sangre o un demonio con cuernos que se alimenta de
vírgenes de rosadas mejillas, es fácil ver la dicotomía entre la
luz y la oscuridad, el bien y el mal. Pero cuando hablamos de un
chico murciélago que ataca a un pandillero en mitad de un callejón
oscuro, ¿Está esa diferenciación tan clara?
Esto es lo que intenta descubrir el
genial Peter Bagge en su obra Bat Boy,
una ficcionalización de la vida del chico murciélago en una América
desquiciada. Para quién no conozca al famoso chico murciélago,
basta decir que es una de las figuras más importantes del folklore
actual americano, ese mundo surgido en los medios de comunicación
que trata de rellenar el vacío mitológico de Norteamérica, de
forma parecida a como hacen los teóricos de la conspiración con el
fenómeno OVNI que ya comentamos la semana pasada en base a Saucer Country. El origen de Bat Boy lo encontramos a principio de los
noventa en el ya desaparecido semanario Weekly World News
un periódico especializado en dar noticias tan importantes como la
aparición de una cabra con dos cabezas, pruebas de que Elvis está
vivo y reside en Quebec, o demostrar que el Gobierno de Estados
Unidos oculta la ubicación exacta del Eden. De este modo, un
personaje como un híbrido entre un niño y un murciélago no podía
más que ser portada de este renombrado medio de comunicación.
Desde
su primera aparición, el chico murciélago se convirtió en la
mascota oficial de Weekly World News,
protagonizando infinidad de noticias y avistamientos absurdos. Pero
por si esto fuera poco, en las páginas del propio semanario, se le
ofreció la oportunidad a Peter Bagge de realizar unas tiras gráficas
entre el año 2004 y el 2006. Por suerte, las tiras fueron
recopiladas en un tomo, para que cualquiera pueda disfrutar de la
obra de Peter Bagge, especialmente de su destrucción del
establishment. Como
es lógico, la historieta de Bagge no versa sobre un monstruo que se
oculta de la sociedad, realizando pequeños escarceos para robar algo
de comida. No. El Bat Boy
de Peter Bagge pasa de enrolarse en Al Qaeda a asesinar a Bin Laden
para posteriormente pasar por Guantánamo, donde comparte celda con
Saddam Husseim y Martha Stewart, quien le adopta, todo para después
ser perdonado y convertido en Presidente de Estados Unidos con
Lindsay Lohan como Vicepresidenta, para posteriormente nombrarse rey
de la nación e intentar casarse con Beyoncé, quién es medio
piegrande, todo para después caer en desgracia y refugiarse en una
ciudad de monstruos donde será tanto héroe como mendigo. Ya podemos
respirar.
Bat Boy es
una delicia de viaje por la Norteamérica más absurda y estúpida,
donde encontramos desde famosos como Michael Jackson hasta políticos
como Ralph Nader. Todo esto desde una perspectiva ácida y directa
donde ni un solo personaje puede salvarse, quizás porque nadie
merece salvarse del monstruo, quizás porque todos somos peores que
el monstruo.
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