
Algo similar a eso es lo que debía sentir Bruce Banner, personaje creado por Stan Lee y dibujado por Jack Kirby, cuando volvía en sí de sus "brotes verdes". Corría el año 1962, Ringo Starr se unía a The Beatles, nacía Jim Carrey, moría Marilyn Monroe y dentro de la factoría Marvel se daba a luz a uno de los grandes iconos del cómic.
El personaje reúne aspectos de varios clásicos de la literatura tales como "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" o "Frankenstein". De hecho, el doctor Robert Bruce Banner y su alter ego Hulk podrían calificarse como el resumen perfecto de estas dos creaciones literarias.
Aunque Hulk paseaba por las pantallas de nuestros televisores desde hace algo más de treinta años, no fue hasta el 2003 cuando dio el salto a las salas de cine. El primer director encargado de darle vida fue Ang Lee y el actor que encarnó a La Masa fue Eric Bana. El resultado estaba cargado de controversia; mientras algunos alababan su cercanía a la estética del cómic, otros criticaban el lento ritmo de la trama.
En el año 2008 fue Marvel Studios la encargada de llevar el proyecto de una nueva película sobre Hulk. Erróneamente se conoce este filme como la secuela del trabajo de Ang Lee en 2003 aunque Zak Penn (guionista) y el mismo Edward Norton, quien dio vida al personaje de Hulk, se encargaron de borrar cualquier vínculo posible con la producción anterior. Esta cinta comparte más similitudes con los cómics, aspecto agradecido por gran parte de los aficionados. La dirección corre a cargo de Louis Leterrier (Transporter, Danny the Dog, Transporter 2 y Furia de Titanes).

A pesar de carecer de carisma, el gigante verde (no el de los espárragos) siempre ha estado presente en nuestras pantallas y en nuestra mente. Se ganó la confianza del lector en poco tiempo y sin necesidad de aspavientos. Es el lado irracional que todos llevamos dentro, por eso para algunos de nosotros siempre será nuestro héroe favorito.
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