sábado, 10 de marzo de 2012

Spain is Pain #21: Un mundo ideal.



Durante los periodos más convulsos de la historia del ser humano es cuando surgen y se disuelven estructuras sociales que buscan solucionar los problemas que friccionan las relaciones humanas ya sea en el ámbito económico, laboral o por motivos raciales y religiosos. La ficción no ha sido ajena a elaborar narrativas en torno a sociedades utópicas o más bien en poner en duda el carácter acrítico de muchas de estas construcciones sociales.

La obra que hoy nos ocupa Fraternity (Astiberrri, 2011) de Juan Díaz Canales y José Luis Munuera-Sedyas nos muestra los últimos días de la comuna New Fraternity creada por un visionario que pretende alejarse de una sociedad que empieza a mostrar señales de agotamiento. Esta obra esta ambientada en Estados Unidos durante la Guerra de Secesión, un tiempo poco habitual entre los autores españoles pero ideal para desarrollar este tipo de narrativas.

En New Fraternity se hace realidad el dicho “cuando más cambian las cosas más permanecen igual”, y es que los habitantes de la comuna no escapan de la realidad que les rodea y de la cual intentan huir. Se trata de una sociedad polarizada que lejos de luchar por la igualdad entre sus habitantes la acentúa a través de la hipocresía y un sistema de clases basado en la fuerza de trabajo: las mentes de pensantes gobiernan pero no trabajan, los que realizan labores físicas han de repartir el fruto de sus esfuerzos entre todos los componentes de la comuna, las mujeres apenas están representadas y existen conflictos raciales en la misma.

En esa idea de construcción social presentada en Fraternity se nos muestra una sociedad que no deja de vivir en el abismo de lo fantástico de una sociedad abocada al miedo por la falta de una guía religiosa, y es que cuando el máximo referente de lo esotérico y lo mágico desaparece los seres humanos crean sus propios dioses o se convierten ellos en uno. En ese transito la osadía es convertido en muchos en ofensa y de ahí la mostración de lo ajeno como incomprensible y monstruoso.

Los autores de la obra crean un monstruo para definir ese miedo a la divergencia ya la construcción de valores propios y autóctonos en torno a la creación de una definición propia de civilización. Ese es uno de los grandes aciertos de esta obra es la interferencia de lo fantástico en la realidad de lo imposible y lo paranormal en un contexto histórico real. Es esa injerencia la que produce el colapso de New Fraternity: la llegada de un niño salvaje al pueblo a modo de preludio y la fuerza de la naturaleza a modo de bestia sin rasgos faciales que aparece a modo de punto y final de la comuna.

La edición española de Fraternity recoge los dos volúmenes editados en Francia por Dargaud, y se trata de una excelente oportunidad de tener en un volumen esta excelente obra en la que brilla tanto en el apartado grafico como en el narrativo. Sobre todo en lo causal desarrollándose una dinámica hacia el caos que no defrauda en ningún momento y es que el apocalipsis no ha de estar siempre protagonizado por zombis.

                                                                                                                                          @Mr_Miquelpg

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