Le dice Nono a Miguel, el protagonista de Voy tirando (Viaje a Bizancio Ediciones,
2010) de Daniel Diosdado, tratándolo de convencer de que las cosas van a ir a
mejor. Miguel, el protagonista de este cómic es un licenciado en bellas artes
que hace años que ha acabado la carrera y que todavía se encuentra en paro. A
eso hay que sumarle el hecho de que la novia le abandona y cierta incapacidad
para asumir lo que sucede a su alrededor.
Voy tirando
podría pasar por el típico slice of life
al que últimamente estamos tan acostumbrados en el mundo del cómic, que parecer
ser el mejor formato para este tipo de historias y esta obra breve pero intensa
(tan solo 64 páginas) parece el mejor ejemplo de ello. En este caso el autor se
vale de una composición de página de 3X3 viñetas que marcan la distancia entre
lo real y lo imaginado, entre Miguel; el artista, y su alter ego, el superhéroe enmascarado que se atreve a hacer todo lo que
la persona de carne y hueso no es capaz. Es decir aquellos de carácter intimo y
personal, relacionados con los sentimientos, que son los más difíciles de
resolver y en los que el enemigo es uno mismo.
La distribución de las viñetas no solo marca esa
distancia sino que define la evolución del personaje dentro de la viñeta en si
misma y la relación de este con el espacio que ocupa. Esta forma de narrar nos rebela
la importancia del plano fijo en un único escenario que revela más del
personaje que un continuo deambular de este por los cronotopos que este habita.
Y que por otro lado ayuda a resolver el aspecto temporal de la historia en una
relación espacio-tiempo en el que las elipsis son tan protagonista de la acción
como los personajes mismos.
En cuanto a los personajes, otro de los aciertos de este
cómic, estos vienen definidos por la brevedad misma del cómic. Breves descripciones
de los mismo pero no por ello insuficientes. Tan solo con algunos apuntes
sobres los estos nos podemos hacer una idea de cómo son y que papel juegan en
el universo real y de ficción de Miguel, y de cómo hasta cierto punto
condicionan el aspecto creativo de este. Como el caso de Nono, personaje del
que hable al principio de este artículo, un profesor que intenta animar a su
amigo (a pesar de hacer lo contrario) y que se define como portador de un falso
y banal optimismo basado en las falsas esperanzas de un destino prometedor para
nuestro protagonista.
Se trata en definitiva de una obra que recoge lo mejor de
un estilo gráfico sencillo que no intenta distraer al lector a través a través
de florituras porque la vida de miguel parece ser tan compleja y a la vez tan
sencilla que la mejor forma de representarla es apartar de esta narración
cualquier tipo de interferencia sea de aspecto gráfico, dando demasiados
detalles de los personajes secundarios, o siendo demasiado explicito a la hora
de describir a un personaje que parece dibujarse así mismo.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
Gran obra y una de las olvidadas del 2010. Me encantó el esbozo sutil y preciso de todos los secundarios.
ResponderEliminarMagistral trabajo. Daniel Diosdado dará mucho que hablar, doy fe.
ResponderEliminarTuve la suerte de conocerle y oírle planificar su labor. Es mucho más sensible, profunda e incisiva, de lo que parece al principio.
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