Hoy presentamos una nueva sección: las FIRMAS INVITADAS. En ella, con una periodicidad irregular, iremos ofreciéndoos textos, imágenes y demás contenido de colaboradores especiales que se paseen por nuestra redacción virtual. Hoy, para abrir la sección, nadie mejor que Juan Royo, Premio popular de la Divulgación en el Saló Internacional del Còmic de Barcelona en 2011.
VILLANOS DE PAPEL Y VILLANOS REALES
Los
supervillanos del cómic (y de la realidad)
son maquiavélicos, idean planes complejos y su principal ambición
es la conquista del poder. Y son inteligentes, muy inteligentes. El
fatídico 11S, Bin Laden
no solo asestó un golpe mortífero a la Sociedad Occidental. También
ganó un montón de dinero. Los días anteriores se había
posicionado corto (bear) en
los mercados financieros. Es decir, había vendido acciones en
descubierto ante la más que previsible reacción bajista de los
mercados por el atentado. Tras la reapertura de las Bolsas solo tenía
que volver a comprarlos. Mucho más baratos, eso sí. En 2008 Cráneo
Rojo, el archienemigo del Capitán
América, crea una gigantesca
Corporación empresarial que logra duplicar los precios de varias
materias primas y asfixiar la economía norteamericana. La inflación
provoca despidos ante la falta de competitividad de la industria y
miles de embargos de casas de ciudadanos norteamericanos que no
pueden hacer frente a sus cuotas.
En
mi opinión, Obélix y Compañía
(1976) es el mejor álbum de la imprescindible serie Astérix
creada por Uderzo
y Goscinny.
En esta aventura, Julio César,
cansado de no poder conquistar a los irreductibles galos por la
fuerza, envía al joven economista Cayo
Coyuntural (una caricatura del que
sería presidente francés Jacques Chirac) para destruir su
autárquica e idealizada economía mediante la codicia. Obélix
se convertirá en un nuevo rico vendiendo menhires a los romanos. Y
siguiendo su ejemplo, todo el pueblo lo imitará y se pondrán
también a vender menhires. Ya nadie caza jabalíes ni vende
pescados. Los precios de los menhires se inflan creando una
fantástica burbuja que termina por explotar. En noviembre de 1999 el
portal de internet, Terra,
comenzó a cotizar en la Bolsa de Madrid a un precio de 11,81 euros,
tres meses después tocó un máximo de 157 para ser excluida de
Bolsa en mayo de 2003 a 5,25 euros. Lo más graciosos es que, como
decía el druida Panoramix,
nadie sabe para qué servían los menhires. En su clímax, Terra
llegó a valer más que todo el sector eléctrico español junto.
En
común con los superhéroes, los villanos
tienen nombres y trajes coloridos pero ganan a aquellos en
excentricidades. Los villanos son sádicos y masoquistas. Como el
Joker de
la mítica La broma asesina
(1988) de Alan Moore
y Brian Bolland
que intenta volver loco torturando al comisario Gordon
tras dejar inválida de por vida a su sobrina Barbara.
El defenestrado tirano libio Muammar
Gadafi hacía ostentación de su
Guardia Amazónica,
su escolta femenina, a la vez que abusaba de ellas. Los villanos se
niegan a aceptar responsabilidades por errores personales y reveses.
Siempre culpan a sus enemigos o a sus subordinados. Le pasó a Hitler
con la campaña de Rusia. Le pasó al
Doctor Infierno
que siempre echaba la culpa al Barón
Ashler de sus fracasos ante Mazinguer
Z y al que acabaría sustituyendo por
el Conde Brocken.
Los villanos son tramposos. El magnate Rupert
Murdoch, propietario de News
Corporation, empresa
que publica de The Wall Street Journal
y New York Post
tuvo que cerrar otro de sus periódicos: News
of the World tras el escándalo de las
escuchas ilegales que realizaba. A su lado, las manipulaciones del
editor del Daily Bugle,
J.J. Jameson,
de las fotos y titulares de Spiderman
con el fin de involucrarle en supuestas actividades delictivas,
parecen un juego de niños.
Como
queda demostrado, los villanos de ficción
se ven superados por villanos tristemente reales. Pero esta
confrontación es mayor cuando los comparamos con las actitudes de
nuestros superhéroes de papel (ahora también del celuloide). ¿Qué
haríamos si tuviéramos la cualidad de anticipar el peligro con una
suerte de sentido arácnido?
Prever la existencia de cualquier riesgo empresarial con la
consecuente posibilidad de neutralizarlo no tendría precio ¿Y si
gozáramos de una fuerza o agilidad sobrehumana? Las empresas de
seguridad o clubs deportivos de élite se nos disputarían ¿O una
inteligencia prodigiosa? No había campaña de marketing que se nos
resistiera. Spiderman
reúne todas estas cualidades. Sin embargo, utiliza sus poderes para
beneficio de la sociedad. Con total altruismo y discreción. Por eso
Peter Parker
lleva una máscara. No quiere elogios. Su conciencia es su única
recompensa. De hecho son crónicos los problemas económicos de
nuestro friendly neighborhood
que padece tanto el cómo su adorable tía
May. Pero ni aún en esas
circunstancias se ve tentado a usar sus poderes en beneficio propio.
Como le dijo su tío Ben:
“un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Justo lo
contrario que otros personajes de triste actualidad que, parece ser,
se aprovechaban de la posición de uno de ellos para enriquecerse
asesorando, entre otros campos, sobre Responsabilidad Social
Corporativa. Lucro que luego revertían, parece ser, en sociedades
opacas y que nada tenían que ver con los fines sociales que
propugnaban. Parece ser.
Juan
Royo.
Universidad de Zaragoza.
Premio
popular divulgación Cómic FICOMIC 2011
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