martes, 14 de febrero de 2012

DIAL 777 POSTÉPICOS, 9 – BEFORE WATCHMEN

Creo que la portada ya lo dice todo.
Vamos a ver si, más que Before
Watchmen, va a ser Beware: Watchmen
Hoy, San Valentín, parece fecha apropiada para comentar sobre lo que semeja una bocanada de hierro candente disparada por toda la red: el Watchmen ‘apócrifo’ que va a serializar DC COMICS pero que ¡ya! Contorsionándose, convulsionándose, internet es espejo de comentarios (mas mero aperitivo de los que seguirán) de toda índole en los portales electrónicos informados, frisando el histerismo en algún caso; LARAÑA no podía ser menos; he aquí una opinión intrascendente para estar, pues, en “la onda”.
¿Por qué San Valentín fecha óptima? Bueno, es conocido el romance que todos los lectores de tebeos sienten por la magna obra del Dios Demonio de Northampton, ALAN MOORE. Altares elevados a sus páginas llevan erigiéndose décadas. Es veneno diluido en las venas de todos los guionistas que vinieron después, “con algo que decir”, que se volvieron locos intentando hacer SU Watchmen. No su obra, que de modo gradual fuera adquiriendo singularidad, a lo Moore o no. No, no, consumo mi energía en hacer MI Watchmen. Obvian el que Moore jamás pensó hacer SU Watchmen, sino cumplir el contrato que pagara las facturas. Lo que ocurre es que los tipos como Moore no pueden hacer las cosas como el resto. Lo retuercen todo. Lo llevan en el ADN. Los demás, no.
Un ciclópeo ALAN MOORE preparando conjuros
tormentosos y maldiciones sátrapas para los
sátrapas que pueden dilapidar su obra con esta saga
Y DC ha roto el corazón de todos esos enamorados de la obra inmortal extendiendo la historia, que se creía intocable (debería serlo), con precuelas (muy GEORGE LUCAS, por cierto) en que se escarba y malea la historia de personajes que estaban allí en función del relato. No necesitaban pasado. Eso destruye los iconos (y os lo afirma uno que sabe del asunto). ¿Qué es Before Watchmen? Nada más que material canibalizado que de otro modo esta batería de guionistas no pudo vender, pero enfoscándolo de Watchmen, ¡la cosa marcha! Aun los que se han rasgado las vestiduras ardientemente en esos comentarios, jurando negarse a comprar el tebeo (sí, en eso dirán verdad) acabarán viéndolo. Y, tras el primer trago de desdén, empezarán a ver en los cuadrángulos de las viñetas musarañas que los engatusen. Remolones, comentarán: Pues no es tan malo al final. Perico Palotes ha hecho una historia que, ¡HOMBRE!, no es de Moore (ante todo, porque sólo hay un Alan Moore), pero… Pero… Y, a hurtadillas, se afanarán la saga.
Esto es así. Y quienes dicen que Watchmen pertenece a DC y lo publica como quiere, tienen razón (aunque duela). Capítulo aparte es lo que hagan. Porque, para empezar, Watchmen tenía una pureza que hace décadas desapareció. Contracorrientes titánicas han deformado las líneas creativas. Lo hipócritamente correcto prospera mientras se engolfa un flujo de opinión hastiado de la falsedad de esa edulcorada política. Y el choque de esas turbulencias origina ondas que distorsionan las historietas. El mismo mito de Watchmen forjó fuerzas que alteraron su propia naturaleza. De inteligente evasión pasó a ser… religión.
Seamos serios: aquí empezó a torcerse
la cosa. Ya llueve sobre mojado, Alan
Alan Moore, en pos del bollo diario, no nos ha hecho, a la postre, un favor. Dio tanto de sí, y espectacular, que todo se juzga según su canon. Y la creación está subyugada a esa norma. Él mismo acabó renegando de su creación (¿qué es, TOM STRONG, sino DOC SAVAGE, un intento desesperado por volver a una matriz de pureza que abomina de cuanta tiniebla, sin desearlo, él ha volcado al tebeo?), pero es tarde. Ya no puede enderezar lo torcido. Todo autor, ante el papel en blanco, sabe que tiene que construir su Watchmen, o nada. Y su labor será juzgada con el rigor como PROCUSTO medía a sus víctimas si concibe algo distinto; y un émulo siempre estará considerado inferior.
La réplica de Alan Moore contiene una cosa de absoluta razón: muy mal está la cosa si para sostenerse DC necesita de personajes que tienen veinticinco años de antigüedad. ¿Nadie nuevo puede revalidarle? Además, Before Watchmen amenaza a todos los escritores de la industria. Porque ¿qué impedirá que haya ahora una cascada de precuelas de títulos punteros? Tal el supuesto, ¿alguna vez se venderá, entonces, una historia genuina y diferente otra vez?

4 comentarios:

  1. Y mientras, a Silk Spectre la siguen enculando en portada. Viendo el actual y mensualmente variable elenco de series de la nueva DC, era de esperar un experimento como éste.

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  2. Antonio, una de tus mejores columnas de opinión.
    Será que a mí siempre me toca muy hondo el tema Moore...

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  3. Bufff... Sinceramente, el tema de Before Watchmen me cansa un poco. Es lo que tú dices: a muchos se les cae la boca diciendo, o mejor, maldiciendo en todas las lenguas vivas, muertas o moribundas y luego sacarán la cartera para pillarse no la grapa, sino además el tomo en tapa dura, blanda y edición Ultimate. Justificando su desembolso ¡cómo si hiciera falta! conque las historias no están mal o incluso con un mítico "yo soy así" que lo justifica todo. Y eso las editoriales se lo saben al dedillo. Ojo, que este producto está creado genéticamente en un laboratorio muy, muy secreto con el objetivo de captar al lector veterano, al curtido, al que se le ha machacado, baqueteado, durante 25 años y está listo para caer en el redil (again). Lectores novatos, abstenerse.

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  4. No sé qué decir sobre el linaje de estas sagas. Seguro que es como dices, Ternin. Como que tampoco estarán a la altura del original.
    Hombre, me alegra te guste el comentario, F.
    Nacho: creo que la portada es alegórica en más de un sentido. Creo que también le están diciendo los de DC: Jódete, Alan.

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