Al menos, a mi parecer...#6

Subjetividad lectora...

Nos pasó de chavales, leyendo un tebeo por entregas, BATMAN:THE CULT. Era una miniserie que pretendía explotar el fenómeno de la Batmanía reciente, con la película, la novela gráfica de Frank Miller, dibujada por el gran Bernie Wrighston.

Pues bien, llegando a un momento clave, en unas alcantarillas, Batman era asediado por un montón de frikis de las profundidades. Asediado, vapuleado, superado. En la última viñeta, veíás como se le echaban encima como una horda de zombies. Sólo se veía su mano salir nerviosa como ahogada.

Pasabas la página, y allí estaba Batman, victorioso. Estaba encorvado, de muya mala hostia, con los puños en tensión. Todos los tipos estaban en el suelo, dejando un espacio amplio alrededor de Batman. Impresionante. Era el mejor recurso que había leído entonces en mi vida. Ya esta, es Batman, no necesitabas ver una pelea interminable. Estaba a punto de caer ahogado por los frikis, y de repente, ahí estaba, triunfal, cansado pero con todos derrotados y vapuleados a su alrededor. Imaginabas la explosión de ira y hostias que había llevado a Bruce a ese momento. A mi parecer, la mejor escena de Batman que había leído nunca, y eso que tenía reciente el “The Dark Knight Returns” Se me quedó grabado para siempre, y formaba parte de un concepto que no conocería conscientemente hasta que dí clases con Mike Ratera en Joso: NARRATIVA GRÁFICA.

Nuestro gozo en un pozo. Algo más tarde, no se si días o minutos, nos dimos cuenta: La edición de Zinco de Batman: The Cult, estaba mal troquelada. Entre la página del asedio y la de la liberación violenta de Batman, con todos muertos o tendidos a sus pies, había OTRAS DOS PÁGINAS. Dos insulsas páginas en las que ¡Salía Robin! Y ayudaba a Batman paulatinamente a librarse de los engendros aquellos. Dos páginas de pelea tediosas y estúpidas, que devolvían a Batman a la normalidad de los tebeos clásicos. Tal recurso de narrativa gráfica no era obra del dibujante ni del guionista, sino de dos hojas mal troqueladas que formaban una sóla hasta que cogías una tijera y separabas el troquelado del borde.

Y es que hay veces que como lectores, la lectura nos lleva a una visión tan subjetiva de lo que sucede, que si el troquelado, o el guionista (que eso ya es más habitual), es muy hábil, nos puede hacer ver sólo lo que el quiere, y sorprendernos después durante la historia.

 

A nivel de guión, la vez que más me han engañado con esto de la subjetividad al leer un cómic o un personaje, ha sido en los previos a la Civil War de Marvel. Los que leíamos “Spiderman” creo que compartimos el mismo sentimiento. Hay un recurso de narración a nivel escrito, magistral en aquellos números de “Amazing”. El guionista, imagino que alentado por el equipo de guionistas que llevarían a cabo La Civil War y sus consecuencias, consigue que Tony Stark, pensando en la futura batalla entre superhéroes, acoja a Peter Parker, le camele previamente y hasta le convenza, utilizando su propia psicología y dilemas morales (“todo gran Poder…”), no sólo para que vista una armadura Stark, sino para que esté de su bando pro-registro, e incluso llege a quitárse la máscara en público, convencido de que era lo que debía hacer. Pero claro, no sólo camela a Peter Parker, sino que gracias a la enorme habilidad de Straczinsky en esas páginas, nos ha camelado a los lectores, pensamos igual que Peter en esos momentos, y es a mitad de la Civil War, cuando “despertamos” junto con él y nos pasamos al otro bando, el de los rebeldes (Liderado por el Capitán América).

Maestría del camelo y del guión bien utilizado.

Como lectores, sómos subjetivos según lo que leemos. ¡No os dejéis engañar por los autores! ¡Somos muy malvados!

 Iván Sarnago, desde www.chicadeserieb.com