La consulta: Tíntin ha llegado al cine para quedarse

Tras muchos años de espera, realmente toda la vida si lo pensamos, ha llegado a los cines la esperada adaptación de Tintín de la mano de Steven Spielberg. No había nadie mejor y el propio Hergé (el padre del personaje) así lo dijo en vida.

No está solo, han venido también sus fieles compañeros de aventuras en la que, esperamos, sea solo la primera parte de una larga saga.

Tras unos atractivos y dinámicos títulos de créditos conocemos a Tintín, un joven reportero que ya ha tenido unas cuantas aventuras a sus espaldas (claro lo dejan los recortes que vemos en su piso) y que pasea tranquilamente por un mercadillo. Allí se encontrará con una preciosa maqueta del navío “El unicornio”, el cual perteneció a Francisco de Hadoque y que esconde un gran secreto que llevará al muchacho por una fantástica cruzada alrededor del mundo.

En esta travesía se encontrará con el Capitán Haddock (genialmente interpretado por Andy Serkis), descendiente del líder del buque, que se convertirá en su mejor aliado además de en el mejor de los amigos que podría tener. También contará con la ayuda de Hernández y Fernández, dos torpes policías con más buenas intenciones que ingenio.

La trama es sencilla, llena de ritmo y con una narración muy ágil. Quizá adolece un poco en el apartado del guión, en su fondo, y este es bastante sencillo. Pero los comentarios escuchados en la sala, las risas, exclamaciones y los aplausos al final de la misma hacen ver que Steven Moffat, actual conductor de “Doctor Who”, ha cumplido con creces y que Spielberg sigue siendo el Midas de Hollywood.

No hace falta decir que la inspiración más directa para esta película es “El secreto del Unicornio”, pero no la única ya que se nos indica que el metraje está basado en “Las aventuras de Tintín”, con esto tenemos que aunque las líneas generales sigan lo marcado en el citado álbum podemos encontrar referencias a otros. No faltan los detalles que nos hacen pensar en “El cangrejo de las pinzas de oro” o “El centro de Ottokar”, por citar solo dos títulos de la excelente saga de Hergé que tienen aquí su pequeño momento.

Si por adaptación entendemos ser fiel a la obra original, entonces más de uno se sentirá decepcionado aunque más de una escena esté sacada directamente de las viñetas. Pero si por el contrario lo que nos viene a la mente es que debe mantenerse el espíritu, el conseguir crear la misma sensación que las páginas con dibujos, entonces en este punto nadie pensará que no está realmente ante Tintín y con todos los elementos que le son característicos.

Uno de los puntos que más interesante me resultó fue la presencia de fondos vivos, de un mundo en el que no solo están los personajes principales y todo el que aparece tiene su propia historia. El periodista es el protagonista, eso es así, pero los extras no solo están para llenar un hueco o adornar como si fueran parte de un cuadro.

Pero sin duda el mejor homenaje, y el más bonito, es la aparición del propio Hergé como un retratista que está dibujando a Tintín. La frase “Su cara me suena, ¿no le he dibujado antes?” marca todo el cariño y respeto con que se trata a la creación de un maestro del tebeo.

Es cierto que hay cosas distintas, otras que igual algunos piensen que son “una fantasmada”, pero tampoco hay que olvidar que aunque esta sea una recreación fílmica del conocido héroe de aventuras no deja de estar hecha hoy en día, dirigida a un público juvenil (aunque del gusto de todos) y por ello debe estar adaptada a sus gustos y expectativas.

Esta será, sin duda y viendo el éxito, la primera parte de muchas. Quedan por contar todas las aventuras que tuve antes el reportero y las que tendrá después, y aunque “Tintín tiene una voz más bonita en los tebeos” nadie puede negar que esta se le acerca mucho.