Es muy posible que buena parte de mis aportaciones a esta fantástica publicación digital tenga como tema central la producción del subsello Vertigo, perteneciente a la editorial DC. Esta subdivisión de DC atrajo para sí a los mejores guionistas de la época, creando historias maduras y sofisticadas donde el terror era el rey absoluto.
Sin ninguna duda, Vertigo redefinió a principios de los noventa el cómic de terror, aunque sin dudar a la hora de tocar otros géneros como el western o la ciencia-ficción. La génesis de Vertigo la podríamos encontrar en una única colección publicada por DC en los ochenta, La cosa del pantano de Alan Moore, en la cual el genio inglés reconstruía el horror clásico, dándole una perspectiva más metafísica, sin llegar en ningún momento a abandonar los temas clásicos aunque desde una nueva perspectiva, demostrando que tópicos como los hombres lobos no se habían agotado.
Tras el éxito de La cosa del pantano de Alan Moore, otros guionistas ingleses de talento cayeron en la red de DC, muchos recomendados por el propio Alan Moore. De este modo, Jamie Delano se encargo de Hellblazer, un spin-off de La cosa del pantano protagonizado por el mago más urbano, John Constantine; mientras que Neil Gaiman se convirtió en el primer guionista de cómic rockstar gracias a Sandman, una vuelta de tuerca a los mitos clásicos desde una óptica muy madura.
DC no pudo dejar pasar esta oportunidad, debido a lo cual la editora Karen Berger creó en 1993 el subsello Vertigo, que se caracterizó por llevar totalmente la contraria a la moda imperante de la época. Vertigo era el reflejo tenebroso de Image, cambiando al dibujante explosivo por el guionista perturbador, en Vertigo importaba la historia y mucho, pecando incluso de utilizar a dibujantes muy por debajo de lo que se merecían esos guiones.
En Vertigo se lanzaron colecciones de enorme calidad, como Shade, el hombre cambiante de Peter Milligan, que comenzó antes que el propio sello; o Predicador, de Garth Ennis, que se convirtió en la colección estrella de Vertigo tras el final de Sandman. Todas estas colecciones, y muchas otras, demostraron que el éxito de los cómics de terror seguía siendo totalmente vigente en la década de los noventa, motivo por el cual le dedicaremos algún monográficos a muchas de estas colecciones, personajes y autores.
Desgraciadamente, para el amante del buen terror, Vertigo derivó hacia otros caminos con el cambio de siglo, dando espacio al thriller, con la enorme 100 Balas de Brian Azzarello; o a la fantasía más pura, como demuestra Fábulas de Bill Willingham. Pero por fortuna tenemos memoria, por lo que utilizaremos este rincón para recuperar el mejor terror de Vertigo, y que todo el mundo se quede tranquilo, que los recuerdos nos llegan más allá, ya que tenemos mucho horror para recorrer en mitad de la oscuridad.
Grande VERTIGO!
ResponderEliminarYo empecé en Vertigo con Moore y Ennis... y luego ya le rendí pleitesía con 100 Balas y ahora con Scalped, obras imprescindibles
ResponderEliminarQué puedo decir... mi sello por excelencia, Fali lo sabe xD. Scalped aún no ha pasado por mis ojos pero pasará, ya es la tercera o cuarta vez que me la recomiendan.
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