Tamara Drewe es
el nombre que Posy Simmonds ha tomado para titular su particular reescritura contemporánea de la novela de Thomas
Hardy, Lejos del mundanal ruido. Esta
reescritura se trata de una catálogo de tiras semanales para el periódico The Guardian (pueden leerse en el
siguiente enlace).
http://www.theguardian.com/books/cartoon/2005/sep/17/tamara-drewe-1
y que fue convertida en novela gráfica en 2007, editada en España por Ediciones
Sinsentido, en ella se narra la llegada de la periodista Tamara Drewe a un
pequeño pueblo de la campiña británica y los desajustes sentimentales que su advenimiento
conlleva, las idas y venidas de sus tres pretendientes, a cual más dispar: un
granjero con el que había tenido sus escarceos en su juventud y al que
podríamos tachar de amor verdadero, un relevante escritor casado que se
convierte en su mentor como escritora y amante maduro y, por último, el batería
de un grupo de rock que cree en el amor a primera vista y la fugacidad del
mismo.
Y en
esa historia de amoríos contada gradualmente está el germen de la película que
nos ofrece Stephen Frears en la línea de Alta
Fidelidad (2000) e incluso de Las
amistades peligrosas (1988). Frears
se encarga de darle un tono, tal vez, más ligero pero consigue de igual forma
desenmascarar la realidad de un idílico pueblo y su correspondiente paraje
bucólico, ideal para el retiro de una serie de escritores que Frears usa en un
primer momento como diana de sus sátiras e ironías reflejando su egocentrismo vanidoso y al mismo tiempo
siendo un fiel reflejo de la Inglaterra actual.
No
obstante, hacen faltan otros personajes que se unan a la remesa de escritores,
amantes, esposas y la susodicha Tamara Drewe que permitan romper los tiempos
muertos de la historia y den nuevos giros argumentales, es este caso se trata
de dos adolescentes aburridas, con mucho tiempo libre y gran imaginación para
las fechorías que pondrán la guinda al pastel a través del envío de emails y
sms, adaptando así el mensaje al nuevo contexto.
Pese a que Frears toma como referencia los
personajes de las tiras de Posy no consigue dotarlos de la profundidad
necesaria para que esta obra coral explote, como ya ha hecho en otros casos y
sobre todo teniendo en cuenta que en el terreno de las relaciones sentimentales
Frears parece ser un auténtico maestro. Sin embargo, sí que consigue hilvanar
la historia y mostrar lo imprescindible a través del paso del tiempo,
convirtiendo a Tamara Drewe no en la protagonista sino en el detonante.
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