Ciertamente hablar del proceso creativo,
del desarrollo de una obra de arte, es uno de los temas más interesantes del
mismo arte. Sin embargo, se suele hablar desde un punto de vista técnico, emocional o de búsqueda terrenal de
la materia de prima de la creación, y muy pocas veces desde un punto de vista
anterior de como es el proceso desde dentro, podríamos decir de una manera intrauterina.
Paseo Astral (La Cúpula, 2013) de
Max, básicamente va de eso; pero esté título, es una obra que en un principio
no nace como cómic en el sentido estricto de la palabra.
En este título el protagonista es un
artista, un creador creado por otro creador en una puesta en abismo que se hace
manifiesta con la aparición de una viñeta de El Roto a la que este personaje imitará
para solucionar un problema, en busca de las musas para crear porque parece que
estas lo han abandonado hace tiempo. Así pues emprende un viaje onírico
mientras lee la prensa y a partir de ahí en la intersección del sueño y la
realidad representada por el periódico que este lee, ese creador empieza a
encontrar esa vía de creación.
En ese trayecto de búsqueda del
proceso de creación nacen felizmente de la aparición a otros referentes
literarios que caminan entre la idea de ficción y realidad como son Alicia en el país de las Maravillas y Pinocho. Dos hipotextos que a su vez están
cargados de referencias previas.
A eso hay que sumarle el periódico como
un transtexto que interactúa con el personaje y su búsqueda, se trata
concretamente de El País del 2 de
enero de 2013, un choque con la realidad que hace que el creador protagonista y
el creador narrador salten a escena como una necesidad vital para imponerse a
la cruda realidad. Como decía unas líneas más arriba esta obra no nace como cómic al menos no como lo entendemos tradicionalmente, sino como un encargo
del El País a Max para que este participase en el stand
de este periódico dentro de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO.
Con esta obra se plantea el eterno
debate de si el cómic, o algunos cómics, son arte, en el sentido elitista de la
palabra o mejor dicho, si este tipo de cómics, creados, al menos en un
principio no para el lector tipo de cómic, se circunscribe dentro de la alta
cultura, o bien si sucede como paso con obras como Watchmen, que solo ciertas obras las podemos incluir dentro de ese grupo.Por otro lado está
el dialogo de la creación de Max y las páginas del periódico, en la que a veces
el autor las utiliza como parte de la historia que nos quiere explicar y otras
como un elemento utilitario bordeando por momentos la intervención.
De todas maneras queda claro que Paseo Astral es una obra muy rica tanto
por lo que se plantea desde dentro como desde fuera así como la multiplicidad
de lecturas y sobre todo por las cuestiones que plantea. Por otro lado queda
más que claro que Max sigue, y parece que seguirá, enamorándonos con su obra, y
su manera de explicarnos el mundo con sus trazos sencillos y limpios.
@Mr_Miquelpg
@Mr_Miquelpg
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