Con la llegada de la última de Lobezno
a las pantallas españolas parece ser que ha crecido, al menos por mi parte, una
sensación de agotamiento ante determinado producto de superhéroes, sobre todo
X-Men y derivados, como es el caso que nos ocupa y mira que X-Men: First Class (2011) había dejado
el listón bien alto pero todos sabemos lo ocurre con las producciones de
Marvel, lo mismo son brillantes que penosas.
Lobezno
Inmortal es una de
esas películas que vas al cine a ver en temporada de verano sin pedirle nada y,
claro, tampoco ofrece nada más allá de lo esperado: acción, el torso desnudo de
Hugh Jackman, una chica asiática mona y un montaje rápido y efectivo. Puede ser
que al salir del cine descubras que no ha estado tan mal como esperabas y que
exceptuando una serie de escenas que ralentizan el ritmo de la película de
forma desmesurada y que no aportan nada sustancial, coincidiendo con la etapa
sueños y relaciones amorosas-tormentosas que para algunas féminas pueden resultar
de lo más interesante siguiendo con la moda de la humanización del superhéroe,
de la que ya se pueden hacer estudios psicológicos y que está acabando con la
auténtica concepción del propio superhéroe. La acción está en dosis justas y
necesarias y la escena del tren bala es una de las mejores del conjunto, tal
vez porque tiene un montaje menos frenético que el resto y porque se le añade
una vis cómica que suma a la escena.
En lo concerniente a la historia,
parece que desde hace años (incluso décadas) tomar como referencia la cultura
japonesa (véase la corriente artística Japonismo)
está de moda y más ahora que muchas de las campañas publicitarias de productos
tecnológicos están enfocadas a dicho mercado. Sin embargo, muchos de los
aspectos reflejados de esta cultura asiática no son más que meros trazos
estéticos que llegan a justificar algunas cuestiones de la narración pero no
dejan de ser una visión bastante estereotipada, pobre y fácilmente reconocible
para el espectador más mediocre. Aunque la película se base en el cómic Honor, dibujado por Frank Miller y
guionizado por Chris Claremont, claramente no creo que esté a la altura del
original y mira que han intentado infundirle una mayor personalidad al
principio a Logan, pero con el metraje ésta se va desinflando a marchas
forzadas desdibujando al personaje casi a la vez que adquiría su mortalidad.
Y qué decir del resto del reparto, una
Mariko más bien insulsa junto a una desaprovechada Yukio (posiblemente
referente estético para las más jóvenes), a la que le sumamos una villana
floja, Viper, y un Yashida a medias tintas, pese al intento de final sorpresivo
que acaba siendo un semi final light, dada la rapidez del desarrollo de
acontecimientos que acaban pasando sin pena ni gloria.
En definitiva creo que no se está
honrando la figura del superhéroe que estábamos acostumbrados a leer en cómics
o ver en la serie de animación de los noventa porque ésta no va a ser una gran
película para la historia del cine.
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