La película que nos ocupa esta semana,
Creepshow, es bastante significativa
por varias cuestiones. En primer lugar por ser un homenaje a los comics de Entertaining
Comics, más conocidos como EC Comics, especializados en la novela negra, la
ciencia ficción y el horror desde la década de los 40 hasta mediados de los 50.
En segundo lugar por ser una película dirigida por George A. Romero con guión
de Stephen King (que también aparece como actor en la historia de La solitaria muerte de Jordy Verril) y por
los efectos especiales del reconocible Tom Savini, casquería a base de látex y
sangre por doquier. Y en tercer lugar porque se creó una adaptación al cómic de
la película que corrió a cargo de Bernie
Wrightson y que tiene un especial significado para mí, era uno de los primeros cómics de terror que aparecieron por mi casa y nunca me cansaba de leer.
La película se estructura en cinco
historias cortas a las que acompaña un prólogo y un epílogo. Todas ellas destilan
un humor negro bastante significativo con dosis de horror macabro y en
ocasiones un tanto cutre que hacen de la cinta una auténtica joya del espíritu
cinematográfico de los 80 aunque no llegue a ser un film de culto completo.
Desde el mismo prólogo se hace patente
la intención de homenajear a EC Comics que tuvo que cambiar el rumbo de sus
publicaciones debido a las críticas recibidas y a la censura del sector más
conservador de Estados Unidos que pensaba que la temática de dichos cómics era
perniciosa para los niños. Así es como comienza la película, con un padre riñendo
a su hijo por leer un cómic de terror llamado Creepshow y tirándolo a la basura tras amenazarlo con pegarle si
vuelve a verlo con algo así entre las manos. Es este el punto de partida para
adentrarnos en la historias de dicho cómic que giran en torno a la venganza de
un padre asesinado por su hija, para más inri
en el día del padre (Fiesta del padre), el descubrimiento de un extraño
meteorito, con sorpresa incluida, por parte de un pobre paleto con poca suerte
interpretado por Stephen King (La solitaria muerte de Jordy Verril), el
original asesinato de un marido mezquino y posesivo, interpretado por Leslie
Nielsen, de su mujer y su amante y su consiguiente castigo (Marea Baja), el
descubrimiento de un extraño monstruo del Kilimanjaro con un hambre voraz y el
uso que de este hace un marido maltratado psicológicamente por su mujer, una
borracha de lengua larga que no duda en ponerlo en evidencia constantemente,
para acabar con ella(La caja), resulta curioso la inversión que se hace en esta
historia de los papeles con respecto a la violencia de género, y por último una
asquerosa historia que gira en torno a un maníaco de la limpieza y la
desinsectación que se ve infectado por una plaga de cucarachas tal que acaba
siendo liquidado por ellas (Bullen por todas partes). A modo de cierre, el
epílogo nos muestra como el cómic es recogido por los basureros que no dudan en
quedarse con el ejemplar mientras que el
niño toma medidas contra su opresor padre de una forma bastante peculiar y
siniestra.
Creepshow no es una obra maestra del cine de
terror, en ocasiones destila una mala leche bastante curiosa y cómica que hace
que no de miedo pero sí cierto repelús. Tal vez una de sus curiosidades sea las
transiciones entre historias a modo de viñeta gráfica que crea la sensación de
estar sumergido dentro del propio cómic, unido a una estética bastante significativa y artificial y a cierta
caricaturización de los personajes por lo cual el lector-espectador es
consciente del propio texto.
Creepshow es una excelente película para ver en
una calurosa noche de verano cuando no hay nada mejor que hacer, sirve para
pasar un rato entretenido entre la risa y el asquete.
Muy acertado análisis, disfruto mucho de este formato (historias cortas, pildoritas, una hora a lo sumo) para el género del terror. Me gusta mucho también la serie a pesar de su autoconsciente cutrez. Parece que se le perdonan en mayor medida las incoherencias y tosquedades, se ríe uno más del chabacano y poco sutil humor negro.
ResponderEliminarCuando los mismos recursos se emplean en una película de hora y media la broma se hace larga.
Olmo