jueves, 25 de julio de 2013

El sótano del primo Barto: Cuando la cronología se puede ir educadamente a la mierda


Lo cierto es que las grandes editoriales del mainstream superheróico hace mucho que perdieron casi la razón de ser, quedándose como meros apoyos de las grandes superproducciones cinematográficas. Esto ha provocado que la originalidad o el riesgo lleguen a niveles mínimos. Por si fuera poco, el público exclusivo de este tipo de productos es más cercano a un integrista religioso que a un consumidor cultural, pues parece que ante todo quiere que nada cambie y que la cronología se vuelva cada vez más compleja simplemente para poder demostrar sus conocimientos enciclopédicos. Pero afortunadamente para el cómic, aún existen decisiones editoriales que se salen de la norma y nos permiten ver un poco de luz. Esto es lo que ha sucedido con Ojo de Halcón de Matt Fraction y David Aja, el mejor cómic de superhéroes publicado en mucho tiempo, y eso que su protagonista no tiene superpoderes y los villanos fluctuan entre criminales empresariales y matones de Europa del este.

Si tuviera que buscar un precedente parecido a Ojo de Halcón tendría que retroceder hasta la que para mí sigue siendo la mejor colección de superhéroes jamás publicada el X-Force, posterioremente renombrado como X-Statix, de Peter Milligan y Mike Allred, pues ambas colecciones guardan entre sí más similitudes que un guión inteligente con un humor fino y un trabajo gráfico tan evocador como transgresor. Ya que al final, ambas colecciones se basan en un principio tan sencillo como el realismo más puro, pues sí los mutantes realmente existieran no se esconderían, lucharían por tener más visitas en Youtube que One Direction, del mismo modo que un tío normal, por mucho don para el tiro con arco que tenga, se rompería un par de costillas si le dan con un bate de beisbol con el pecho. Pues el Clint Barton propuesto por Matt Fraction no deja de ser un John McClane o un Indiana Jones más, que termina imponiéndose más por la perseverancia que por una habilidad superhumana. Fraction crea un personaje redondo y lleno de incógnitas, alguien que no para de preguntarse por qué cojones es miembro de los vengadores mientras no puede evitar meterse en problemas para salvar a cualquier inocente, ya sean estos sus vecinos expropiados o un perro atropellado. Por muy mal que pinte la situación.

Aunque Ojo de Halcón es mucho más que un guión de calidad, pues al mismo nivel, y alguna que otra vez incluso por encima, tenemos el trabajo artístico de David Aja, algo que debería invitar a los chavales a sentarse a dibujar y a algún que otro dibujante hacerle replantearse lo que hace. David Aja no se queda sólo con un dibujo de línea clara que fluctua entre el stencil y el diseño industrial, sino que va más allá en el uso de la narrativa, en un nivel experimental que toma referencias de diversos medios, como el cinematográfico o el videojuego. Las viñetas fluyen de la forma más correcta, consiguiendo que las largas conversaciones no sean aburridas y que las escenas de acción no se vuelvan confusas, manteniendo una elegancia estética. No es de extrañar que David Aja haya triunfado en los Eisner 2013 con dos premios, uno a mejor portadista y otro a mejor dibujante, compartido este último con Chris Samnee. Por último, tampoco hay que desmerecer el trabajo de Javier Pulido, quien dibuja unos cuantos números de Ojo de Halcón, quizás de una forma menos preocupada por el diseño que David Aja pero con un nivel de acabado igual de remarcable.

Ahora queda saber que pasará, aunque ya lo sabemos. Los fans dirán que eso no es Marvel, que quieren más Bendis, que eso no está bien, que esto no prepara el camino a la segunda película de los Vengadores ni nada. Pero no importa, al menos podremos disfrutar la obra de Matt Fraction y David Aja mientras dure, una especie de Nuevo Testamento de los superhéroes que elimina la adoración a la cronología e impone el amor a la transgresión, la vida y el compromiso de la obra con el mundo que le ha tocado vivir. Así que no lo dudes ni por un solo instante y léete el maldito cómic, porque esto sí que es un cómic de superhéroes del siglo XXI.


@bartofg

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