Hace un par de meses tuve la ocasión
de asistir a la exposición sobre Ai Wei Wei que el C.A.A.C. ha montado en
Sevilla, tuve la gran suerte de que la persona que nos iba a introducir al artista
chino fuese Antonio Molina, profesor de estética en varias facultades de la
Universidad de Sevilla (del que afortunadamente he sido alumno y en cierta
manera sigo siéndolo). La cuestión es que la visita, realizada un domingo,
estaba enfocada a padres con niños, algunos muy pequeños. Para iniciarla, e
iniciarnos, nos llevó a la sombra de lo que parecía un árbol. Una vez allí lanzó
una pregunta: ¿esto, qué es?, ante la evidencia todos respondimos que era un árbol.
Antonio nos corrigió “se trata de una hierba, el ombú, que puede llegar a los
10 o 15 metros de altura”. ¿A qué venía esa pregunta? Entonces Antonio nos
dice: “a veces, el arte moderno, al igual que esta hierba, no es lo que parece”.
Y ante esa disyuntiva es la que nos
encontramos con el título del que vamos a hablar hoy. Pocas veces nos estamos
ante obras tan únicas y tan intrínsecamente interesantes como Pulir (Fulgencio Pimentel, 2013) de Nacho
García. Según la RAE pulir es: “Alisar o dar tersura y lustre a algo”. Sin
embargo, hay una acepción que se ajusta más al trabajo de este autor: “Derrochar,
dilapidar”. En ese sentido el creador de esta obra derrocha y dilapida un
background cultural en el cual utiliza los iconos del capitalismo pop
nacionales e internacionales en una maniobra que más que cómic en si mismo
se trata de una deconstrucción del mismo. Porque Pulir es un cómic y no lo es, desde luego no es una novela gráfica,
y tiene que ver más con el arte moderno que con cualquier expresión relacionada
con la narrativa gráfica.
Nos encontramos ante un doble
paradigma en la que por un lado cada uno de nosotros decidimos lo que es arte,
o cómic, y lo que no; en la que cerramos la obra, ¿pero cómo la cerramos? ¿Con
qué matices? Somos nosotros los que debemos de definir lo que estamos leyendo
porque el autor nos ofrece múltiples y amplias claves para poder decodificarlo,
aunque quizás no nos haga falta hacerlo, porque es evidente que con una sola
lectura no podremos captar la amplitud de la obra de Nacho García.
Quizás lo más interesante de este
trabajo sea la reescritura de situaciones y de personajes que podríamos equiparar
a lo que los situacionistas llamaban los detournement; es decir, coger un
elemento construido por el discurso dominante volver a definirlo y darle otro
uso como elemento crítico contra el sistema capitalista. Y en mi opinión a eso
es a lo que juega Nacho, ya sea de manera consciente o inconsciente, con la
concepción del cómic y del arte en general.
Para producir dicho efecto: calca,
colorea, descompone y deconstruye. Utiliza estas técnicas como herramientas de
creación y de recreación. Ejemplos el nº1 de Don Miki, la portada de Asterix el
Galo; reutiliza los iconos del pop más rancio (léase Iker Casillas y Sergio Ramos)
y los convierte en ángeles de la muerte. Eso si nos encontramos con poca
narrativa convencional y mucha extendida porque el trabajo del autor hay que
verlo con gran amplitud de miras porque ante todo Pulir es una obra de corte atemporal que invita a ser releída una y
otra vez para resolver dos grandes cuestiones: ¿Qué es el arte?, y sobre todo, ¿Qué
intenta contarnos Nacho García?
Se trata, en mi opinión, de un autor
que ha superado la posmodernidad, y eso, si es algo que se podía intuir leyendo
su obra de manera dispersa, se convierte en una certeza con el volumen
deliciosamente editado por Fulgencio Pimentel. Diría que nos encontramos con
una obra que niega el concepto de cómic de autor dejando el protagonismo a los
desarrollos visuales de sus cómics (al menos los que tienen una intención
narrativa)
Pulir es una obra fundamental para entender
una de las derivas del cómic actual, aunque en gran parte no se pueda decir que
todo sea narrativa gráfica, que está cogiendo mucha fuerza en la nueva
generación de fanzines en los que tanto la cuestión estética está a la misma
altura que la del cómic en sí mismo. Sé que lo digo muchas veces pero Pulir de Nacho García si es uno de los
imprescindibles del año, y posiblemente de los próximos cinco años.
Tenemos el proyecto de un almanaque 2014 dedicado al cómic. Ya está en el ajo Jesús J. Varea. Así es que espero que te sumes, Miquel.
ResponderEliminarGracias por los comentarios. afortunadamente uno es un inconsciente.