jueves, 26 de julio de 2012

El sótano del primo Barto: Sustos con estética indie

La línea que divide un intento exitoso de otro fallido a veces es tan difusa que si nos encontramos cerca de ella podemos incluso llegar a dudar si el intento ha terminado llegando a buen puerto o simplemente se ha quedado muy cerca, tan cerca que hasta molesta ver fracasar algo que a priori lo tenía todo para triunfar pero que al final se ha quedado en un frustrante quiero pero no puedo. Este efecto sucede mucho con la llamada novela gráfica o cómic indie o como se quiera llamar. El indie, un género ya por si mismo, intenta siempre forzar la máquina, tratando muchas veces de hacer mucho con poco o al contrario, probando conseguir un resultado cercano a cero pero con el máximo número posible de elementos.

Este juego de ir a la contra, de buscar los tres pies al gato, puede terminar provocando el peor efecto en el lector, la indiferencia, ya que no es que no solo no se disfrute la obra, sino que no termina de ser especialmente molesta, quedando destinada al olvido de la memoria. Hablamos hoy de esto para centrarnos, como siempre en el terror, ya que debido al auge de la novela gráfica, y a su sana obsesión por el análisis y la reflexión, no es difícil encontrar obras que sin abandonar los estilemas de lo indie se centran en contar historias terroríficas, o que al menos lo intentan. Este proceder ni es nuevo ni se limita a las obras de horror, ya que el indie siempre ha gustado de ir más allá, no centrándose solo en el tópico del slice of life, un género mucho más exigente para el autor que la idea de plantar cuatro anécdotas triviales, como demuestra en su obra Adrian Tomine, que hace de lo cotidiano una genialidad. En todo caso, si vamos más allá, nos encontramos otras obras como The Death-Ray de Daniel Clowes, donde sin abandonar el género indie asistimos a una obra superheroica a todos los niveles.

Pero hoy nos centraremos en El Horror de Collier County, obra de Rich Tommaso, una obra que sin duda trata de entra dentro del canon de horror, no solo por su título, pero que sin embargo quizás se queda fuera de un resultado más satisfactorio debido a un intento de reflexión que abarca demasiado, a ratos demasiado superficial y a ratos demasiado denso. Simplemente hojeando y leyendo las primeras páginas de El Horror de Collier County, nos damos cuenta de la obra solo puede definirse con el adjetivo indie, quedando así patente que si el indie alguna vez fue sinónimo de independiente, esos días han quedado atrás, siendo hoy en día una etiqueta de género más, con sus propios lugares comunes, con algunos demasiado manidos, y su propio estilismo. El dibujo de Rich Tommaso es correcto, quizás demasiado, hasta el punto de que es difícil diferenciarlo de otros autores de su corte, pareciendo parte de una amalgama mayor de creadores salidos de la misma factoría.

Por su parte, el guión de El Horror de Collier County, donde realmente se plantea esa búsqueda del horror, no termina de cristalizar. El planteamiento de la historia es simple y apto para puristas, una madre y su hija, ambas modernas neoyorquinas y con un toque entre el new goth y lo hipster, se refugian en casa de su abuela, una alocada anciana que vive en Florida, sin que sepamos en ningún momento de que huyen madre e hija. Desde este comienzo, en el que se plantean infinidad de preguntas que jamás serán respondidas, asistimos a la típica historia de vecindario inquietante cuyos vecinos parecen ser más de lo que aparentan. A partir de este momento, Rich Tommaso se olvida de la abuela y la nieta para centrarse en la madre, quien acompañada de un vecino de extraña apariencia se limita a pasear al perro de la abuela de madrugada mientras sospecha que alguien le acecha. La parte final de El Horror de Collier County es abrupta y deja algo desorientado al lector, quien fácilmente puede entender el mensaje que orbita el cómic, pero difícilmente encontrará lo que lo hace especial o singular. La obra de Rich Tommaso no es sí mala, y seguramente encantará a los incondicionales de la novela gráfica indie, aunque necesita mucho más para llegar a un público fuera del fan, ya busque éste un cómic de horror o no.


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