martes, 22 de mayo de 2012

DIAL 777 POSTÉPICOS, 13 — HULK VS. SUPERMAN

Cubierta de este cómic de 1999. Tanto
que prometía, en espectáculo..
.
Una ojeada a la portada, tal propuesta de épico duelo que preconiza el título (aunque vs. —versus— no signifique “contra”, sino “ir hacia”, “hacia”), semejantes rivales, en fuerza y resistencia, creando desgarradoras ondas de choque merced a las trompadas propinadas, las tolvaneras gigantescas alzadas por su colisión, escombros volando hasta la Luna, devastación que sacudiría Nuevo Méjico y luego el resto de EE.UU., auguraban historieta para la eternidad. Pero todo esto defrauda el tibio relato escrito por ROGER STERN y dibujado, con igual atonía, por STEVE RUDE, que mezcla, con distinto grado de acierto, trazos de JACK KIRBY (rasgo imposible de obviar), con otros de CURT SWAN, así como líneas de su cosecha, creando una curiosa atmósfera atemporal para ilustrar esta aventura entintada por AL MILGRON.
Todo comienza cuando Superman, junto a su esposa LOIS LANE (inciso: siempre he  creído una torpeza este enlace, esencialmente por las razones fisiológicas expuestas por KEVIN SMITH en MALLRATS), contempla un especial televisivo que revisa la terrible y desafortunada vida de ROBERT BRUCE BANNER, Hulk. (Stern desarrolla un apéndice de la línea argumental creada por PETER DAVID para Hulk, que culminó con la muerte de BETTY ROSS, señora de Banner, aunque luego la maquinaria MARVEL la desmentiría, porque hay que vender tebeos y muñequitos como sea.)
En esta plancha, los colosos por fin
se encuentran y conocen. El arte de
STEVE RUDE despide reminiscencias
de tiempos pasados
Gran parte del fracaso de esta linda, limpia e inofensiva historieta (aunque ‘fracaso’ sea quizás término excesivo; decepción se acerca más) se debió a que el choque entre estos titanes merecía un tratamiento propio de DRAGONBALL. Dejémonos de cuentos: Superman podrá ser muy cerebral y filosófico (al fin y al cabo, ¿no es “una mejora” del concepto del superhombre preconizado por LESTER DENT en DOC SAVAGE?), pero tiene un poder casi inconmensurable, y LA MASA no es menos digno rival, al respecto. Tal impacto de colosos no podía resolverse del modo, hasta DISNEY, como Stern lo concibe. Podría mediar algún tipo de política editorial respecto a cómo tratar a estos iconos de sellos rivales, que procurara dejar incólumes tanto su vestuario como personal prestigio, pero la fuerza bestial de Hulk exige inmensas dosis de espectáculo, algo ausente en este one shot.
Stern desarrolla un argumento en que LEX LUTHOR (que parece una especie de sibarita RONALD MCDONALD) ‘mete la mano’ y lo enturbia todo para que el poderío desmedido de Hulk mate a Superman, la obsesión de Luthor. Por supuesto, TRUENO ROSS aparece también (junto al inevitable RICK JONES), y nos preguntamos si es necesario que a ambos héroes les ronden forzosamente estos enemigos, si la historia no podía haber rodado por cauces que les obviasen. Stern, contando esta pulcra fábula burguesa, muy en la línea de PLEASANTVILLE, se mantiene en una rigurosa línea ‘políticamente correcta’, que por su falta de garra ofende.
Algo más moderno y salvaje, pero en sintonía, con lo que
debería ser semejante encuentro. Obra de MIKE DEODATO
Juega acaso la baza de los estereotipos: Hulk, verde, desproporcionado, feo, es señalado automáticamente enemigo por su grotesco aspecto (pese a que luego ayude a salvar el mundo, crédito en seguida olvidado porque el afán de linchamiento/captura del distinto puede a la Humanidad siempre), mientras que Superman, digno hijo del sol, es aclamado y admirado gracias a su limpia estampa. Nada desagradable puede salir de él o sus actos. Todo esto está, sin embargo, demasiado explotado como para magnificar su relato, que empieza, no obstante, con prometedora nota, y es la decepción que muestra Lois cuando, previo al reportaje, el periodista que lo narra no incluye a Superman, con vasta solera heroica, entre los más grandes héroes del mundo, LOS VENGADORES.
Es una pena, recapitulando ya, que esta homérica descafeinada de Stern, con todo lo que prometía, no quede más que como una encantadora, e insustancial, anécdota que concita más desencanto que aprobación entre los lectores, debido a que, a veces, lo correcto no es la mejor forma de contar algo, y más, tan grandioso.

2 comentarios:

  1. Es lo que dices: se esperan más toñas en un enfrentamiento de este calado, y se queda en un mero rifirrafe. Doomsday dio más guerra.

    De todos modos, una delicia de dibujo.

    ResponderEliminar
  2. Es lo único que lo salva.
    Imagino que procuraron quitarle hierro al asunto trasuntando una época relativamente "joven" de ambos personajes, con sus plenos poderes aún por desarrollar.
    Pero, no. Ahí tuvo que temblar la Tierra, no quedarse en lo que fue.

    ResponderEliminar