jueves, 23 de febrero de 2012

El sótano del primo Barto: El demonio en el engranaje.

Si nos parásemos a pensar en un autor de cómic centrado en el terror, el cual aunara tanto el éxito de público como el uso e una visión totalmente personal, no nos vendrían muchos a la cabeza, y seguramente el primer nombre que saliera de nuestra boca no sería otro que el de Mike Mignola. El autor americano, conocido principalmente por ser el padre de Hellboy, ha conseguido llegar a ese punto en que su obra es reconocida simplemente al pasar la vista, sin la más mínima duda, al mismo tiempo que argumentalmente ha conseguido un sello inequívoco. Recientemente, se ha publicado en nuestro país El asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños, una selección de historias cortas que nos permite adentrarnos en la producción de Mignola más allá del demonio de buen corazón obsesionado con los puros y los gatos.

El asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños recopila siete historias cortas de Mignola donde podemos ver como el autor concibe el horror. Todas las historias están cortadas con el mismo patrón, un retroterror victoriano donde el mal domina la Tierra. Como ya se ha comentado muchísimas veces, las principales fuentes de inspiración de Mignola se encuentran en la literatura pulp del primer tercio del siglo XX. Evidentemente, la primera referencia que nos viene a la cabeza es Lovecraft, aunque es innegable que los primigenios del escritor de Providence conviven con una mitología más bruta y primaria de Robert E. Howard. Todo esto bañado por el gusto pulp por la aventura que Lovecraft nunca trabajo. Esta singular mezcla nos ofrece un cóctel en el que la paz y supervivencia del mundo están siempre en un precario equilibrio, evitándose el apocalipsis gracias a héroes más parecidos a los demonios a los que se enfrentan que a los hombres que tratan de proteger.

Este tono queda claro en la primera historia del álbum, El asombroso Cabeza de Tornillo, donde una cabeza mecánica, capaz de atornillarse a diferentes cuerpos, es enviada por el Presidente Lincoln a detener al Emperador Zombie, quien tras robar un antiguo manuscrito se dirige a Oriente Próximo para conseguir una joya que le permitirá dominar el mundo. Cabeza de Tornillo va acompañado por su hábil mayordomo y un perro capaz de localizar a cualquier persona; a su vez, el Emperador Zombie cuenta con la ayuda de una vampiresa que no habla y un estrambótico científico steampunk. Sí, la historia es tan descabellada y delirante como parece, al igual que el resto de historietas recopiladas en el tomo.

En el álbum, editado con mimo, podemos encontrar lo mejor de Mignola, un dibujo personal y oscuro, mezcla de expresionismo alemán y cartoon clásico. Las historias están tan bien dibujadas que hasta se te olvida que Mignola no dibuja pies. Al mismo tiempo nos encontramos con la maravillosa inventiva del autor, capaz de concebir esas ideas tan geniales que parecen sencillas, consiguiéndolas él solo o ya con ayuda de su hija de siete años. Por último, una gran virtud que encontramos en el recopilatorio, es que todas son historias cortas donde prima el concepto por encima del desarrollo, ya que Mike Mignola suele derrapar cuando se enfrenta a historias más largas, donde su pluma no es tan ducha.

En resumen, en El asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños encontraremos una selección del mejor Mignola, uno de los grandes autores del cómic de terror, con clásicos modernos como El asombroso Cabeza de Tornillo junto a historias inéditas, pero no inferiores en calidad, como El prisionero de Marte. La obra tratada es un básico que no debería faltar en la tebeoteca de ningún buen aficionado a los robots o los demonios.

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