La semana pasada dedicamos la columna a uno de mis series de terror favorita, Hellblazer, esta semana trataremos otra, Homunculus, que parte desde un planteamiento totalmente diferente. Mientras que en Hellblazer nos encontramos a John Constantine, un experto en el mundo sobrenatural acostumbrado a combatirlo, en Homunculus tenemos como protagonista a Nakoshi, una especie de mendigo en prácticas experto en casi nada.
Otra gran diferencia entre Hellblazer y Homunculus, es que el mago inglés cuenta con una corte de guionistas y dibujantes, mientras que la historia de Nakoshi cuenta con un único responsable, el mangaka Hideo Yamamoto, quien mima hasta el mínimo detalle su obra. El celo con el que trabaja Hideo Yamamoto provoca que sus plazos de entrega estén bastante separados en el tiempo, llegando a tardar hasta un año y medio para realizar un único tomo. Esto provoca que Hideo Yamamoto no cuente con una producción muy abultada, aunque sí llena de calidad, en la que además de Homunculus debemos recordar su trabajo en las series Voyeur Inc. e Ichi the killer, obra que fue trasladada al cine con una fantástica película de Takashi Miike.
Pero la obra sobre la que nos centraremos hoy es Homunculus, ya que es en la que Hideo Yamamoto centra un mayor interés en el terror, que es lo que aquí nos vuelve locos. Homunculus podría definirse como una historia de planteamiento muy complejo y con una puesta en escena muy trabajada que sin embargo se resuelve en la práctica de una forma tan simple que casi no terminamos de creérnoslo, buscando siempre detrás de cada página, tratando de encontrar alguna verdad más. Esto quizás esté buscado por el propio Hideo Yamamoto, ya que su manga versa precisamente sobre el concepto de realidad, lugar de donde surge su terror.
Si pensamos en el terror clásico, su estructura básica está compuesta por la intrusión de lo ilógico en el mundo real, ya sea un vampiro o un alien xenomorfo. Esto se vio trastocado con la llegada del neofantástico, el cual creaba el terror trastocando la propia realidad y volviéndola peligrosa para el protagonista, quien carecía de refugio y salvación, aquí nos podíamos encontrar con un proceso judicial sin fin o una visita de Nyarlathotep. Hideo Yamamoto consigue darle otra vuelta de tuerca más al terror, creando una historia en la cual la verdad no es terrorífica por ser peligrosa para el protagonista, lo es por ser simple y llanamente una verdad aplastante, con la que es imposible lidiar.
Si nos ceñimos a lo narrativo, en Homunculus nos encontramos con Nakoshi, un vagabundo que duerme en su coche, quien por su ropa y estatus debió de ser un oficinista no hace mucho tiempo. Debido a su falta de capital, Nakoshi acepta que un estudiante de medicina al que le sobra el dinero le haga una trepanación a cambio de una suma de dinero. Ese pequeño agujerito en la cabeza de Nakoshi provocará que se despierte su sexto sentido, el cual le permitirá ver las cosas de una forma diferente, aunque sin llegar a saber si se trata de la realidad desnuda o de meras visiones sin sentido. Nakoshi deambulará por la sociedad japonesa actual, cruzándose con colegialas de instituto y miembros de la Yakuza, quienes no son lo que a primera vista pudieran parecer. Uno de los mayores aciertos de Homunculus es un guión frío y concreto que no hace concesiones, lejos de cualquier histrionismo que podamos asociar al manga, Hideo Yamamoto sabe que quiere escribir en cada momento, huyendo de cualquier detalle superfluo.
A la altura del guión de Homunculus está el dibujo, ya que Hideo Yamamoto trabaja con una línea casi perfecta, llegando a grandes cotas de calidad que convierten al manga por momentos en un estudio pictórico. Por si esto fuera poco, la propia puesta en escena de Hideo Yamamoto roza la perfección, con una narrativa de la página certera y una composición de planos que convierten prácticamente a Homunculus en un manual de fotografía.
Ahora la mala noticia, Homunculus cuenta hoy día con 15 tomos publicados en Japón, de los cuales solo los 9 primeros han visto la luz en España, publicados por Ediciones de Ponent, quien canceló la obra alegando pocas ventas. Esto no debería desanimar a nadie a entrar en el universo de Homunculus, un viaje aterrador hacia el propio concepto de verdad.
Así que éste es el enfermo que ideó "Ichi, the kiler" Uhmm!
ResponderEliminarInteresante post y autor, Barto ;)
A mí me encantó Homunculus. Y es precisamente esa frialdad realista con la que está realizado lo que deja una sensación de incomodidad y cierto estremecimiento. Buen artículo.
ResponderEliminarHomunculus es sencillamente el cómic más inquietante que he leido en años. La lectura que este tipo hace de la sociedad japonesa enraizandolo en aspectos fantasticos-culturales como el yokai me parece apabullante.
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