martes, 13 de diciembre de 2011

DIAL 777 POSTÉPICOS, 5 - MARVEL KNIGHTS - KILLRAVEN

La portada de un cómic presentado en
un evento hace ¡10! años ya, ahí nada
Traemos al recuerdo del lector esta obra bienintencionada, meliflua e insustancial, de JOE LINSNER (y cuanto aportara EVA HOPKINS, dibujante) y que lo más destacable que puede decirse de ella es que, sin serlo del todo, es obra-puente entre la saga de los 70 que sui géneris desarrollaba LA GUERRA DE LOS MUNDOS de H.G.WELLS y el valiente y abarrotado intento de ALAN DAVIS de 2002.
Sin embargo, contiene ciertos flecos que merecen atención. Como original-original, esta historia poco es, pues se limita a ser variación del contraste de caracteres y sociedades, suerte de choque aun generacional entre lo poético y lo pragmático.
Mas, para situar a los neófitos, haremos breve semblanza del protagonista, Killraven, víctima de unos guionistas poco inspirados (Linsner entre ellos). El personaje, símil de ESPARTACO, sale “con las tripas llenas de odio hacia el invasor” a la carretera transitando un planeta conquistado por los marcianos, que han recreado como una pesadilla feudal estilo LA ISLA DEL DR. MOREAU. Se enfrenta a estas injurias de formas aun estrambóticas, infligiendo a los conquistadores algún ocasional inconveniente, más que clamorosas derrotas.
El detalle en esta plancha se
encuentra en la viñeta de ALICE: esa
"orla" que le brinda aire virginal
En MARVEL pensaron que Killraven (con su troupe) podía ser una especie de GRAN EMANCIPADOR que, en plan A-TEAM, rescataban damiselas de dragones mutados, retratando el paisaje “social” fruto del devastador cataclismo invasor. Esta económica fuerza de combate brujuleaba por ahí sin saber que Marvel nunca tuvo intención de hacerles vencedores, como demuestra la injustificadamente glorificada parte escrita por DON MCGREGOR, apoyado por el dibujo de P. CRAIG RUSSELL, quien transformó la serie del hosco gladiador, una forma gráfica de RAMBO (el de PRIMERA SANGRE, la novela de DAVID MORRELL, de 1972), con esa pinta de masoca fetish, en suerte de BRAVEHEART lírico, sin más propósito que el deleite del autor por su arte.
Aquél Killraven adolecía de un punto de vista cargado de cinismo europeo (por poner, el de GARTH ENNIS) y, sobre todo, de una meta. Prometía: “¡Llevaré la guerra a Marte! (tras liberar la Tierra), pero nasty de plasty, tío. Aquí que seguía con las aventuras estilo EL HOMBRE DEL RIFLE o EL COCHE FANTÁSTICO: Killraven jamás reunió un ejército. Nunca contactó con la resistencia, de haberla. Para más inri, McGregor agotó nuestra paciencia con sus recreaciones de LA FUGA DE LOGAN y sus densos (y aburridos) cartuchos de textos poéticos.
Alice orea fantasma de su pasado; a
KILLRAVEN le dejan frío. Problemas
tiene ahora
Linsner, en este one shot, siguió esa estela. Orea cuán destructivo/feroz es Killraven, quien está más por practicar la ovnitología que otra cosa, no obstante. Así, encuentra una retroincreíble instalación criogénica donde hibernan unos fumaos prófugos de WOODSTOCK que esperaban despertar en 2001, confiando hallar el mundo dominado por el FLOWER POWER. Se sometieron a este “sacrificio” en protesta (al loro, ¡esta es buena!) al belicismo de la ADMINISTRACIÓN NIXON. ´Nuff said.
De esta colosal ocurrencia hippie sólo sobrevive ALICE (que no atravesó el espejo, ni despertó en el país de las maravillas), que se entumece de horror al ver que el futuro es infinitamente peor que Vietnam. Y este choque cultural es el que intenta explotar Linsner, confrontando la personalidad áspera de Killraven con la buenista de Alice.
Bien: quedó claro que Killraven es una “secuela” de La guerra de los mundos, mas Alice considera aquél ataque como una invención de Wells, no un evento histórico que sucedió. Declarado esto, Linsner se queda tan pancho. Veamos: ¿es creíble que si Marte hubiera asaltado la Tierra en 1898, eso no dejaría huella indeleble en la Historia? ¿No habría museos dedicados al suceso; la Sociedad sería diferente? En virtud a eso, podemos afirmar que la Segunda Guerra Mundial fue una ficción que SVEN HASSEL escribió para competir con DOC SAVAGE y quedarnos tan tranquilos, como Linsner.
El repaso a su vida brinda a
Killraven soluciones hasta místicas

En verdad, esta obra no tiene más entidad que la de ser una curiosidad caprichosa, cuyo meollo reposa en la fricción de personalidades antagónicas de los protagonistas, que no salen de una azotea una noche de BELTAINE, y en la cual Killraven adopta posturitas bélicas y lanza bravatas, pero asume una condición tipo PEQUEÑO BUDA para transmitir su “revelación mesiánica” a un mundo que necesita más a JOHN WAYNE que a iluminados beatíficos como él si quiere salvarse.

3 comentarios:

  1. A este lo conozco yo, apenas, de la maxiserie de Vengadores Forever, en un par de viñetas y por algo del Vengadores de Bendis. El nombre mola, desde luego, y el concepto podría haber dado para mucho más, como dices. Un trasto más del baúl de los personajes olvidados

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  2. Entonces, ¿no conoces "La guerra de los mundos-Killraven", lo que editaron en los 70? Muchacho, te has perdido un buen cacharro, al menos, al principio de las aventuras.

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