En los últimos diez años el panorama de lo que podemos considerar como autores totales que han ido apareciendo en nuestro país ha ido aumentando y no solo eso, se han ido consolidado de manera que ha día de hoy la escena autorial es considerablemente sólida. Evidentemente se trata de algo positivo, aunque da la sensación de status quo en el que ya sabemos que esperar con con la aparición de un título nuevo. Sin embargo, con Rest in Peace (Random House Mondadori, 2011) de Felipe Almendros (aunque esta obra la firma con el nombre de su padre) nos encontramos con algo completamente diferente; en primer lugar por la desvinculación del autor con el mundo del cómic, no es un lector habitual y previamente a su opera prima, Ponny Boy, su no había dibujado nada.
Podemos resumir la obra anterior de este autor en sus dos obras aparecidas hasta el momento y que en cierta manera prologan a la última. En Ponny Boy (Glénat, 2006), título que homenajea al personaje de la película de Coppola Rebeldes, nos encontramos con una obra con ciertos toques autobiográficos en el que desarrolla un discurso paralelo al de Kids de Larry Clark y Harmony Korine sobre jovenes adolescentes que están hastiados de todo lo que les rodea. Su siguiente trabajo fue SOS - Save Our Souls (Apa Apa, 2009) relato basado íntegramente en el viaje que el autor realiza a Colima (México) para conocer a su sobrina recién nacida. En esta obra Almendros da un salto en su trabajo que continuará con Rest in Peace: un tratamiento deliberadamente feista, aumento de los espacios en blanco y una progresiva desaparición de la viñeta. En esta obra podemos encontrar ecos a autores como Calpurnio, Chester Brown o Krahn, pero sobre todo a David Shrigley.
En Rest in Peace se nos muestra el proceso de recuperación del protagonista/autor tras la muerte de su padre y de la enfermedad de la hermana. La angustia de este se desprende de una estética minimalista en la cual el referente del cuerpo humano se minimiza al gesto y la cabeza, la claustrofobia se combate rechazando la separación por viñetas aunque en ocasiones se mantenga la estructura a pesar de su ausencia,de manera que lo que domina en la página es el blanco, proceso que había empezado con Save our souls. La obsesión por no encerrar nada dentro del cómic se traslada incluso a unos diálogos carentes de globos. En esa dominación de la página en blanco destaca la reducida utilización de los colores , convirtiendo la carencia al horror vacui en el mejor aliado de este autor.
El libro está dividido en dos grandes bloques Muerte y Vida. Muerte abarca el grueso de la obra en la que el autor tras una conversación con su hermana enferma emprende un periplo en el que intenta encontrarse a sí mismo buscando la ayuda de todo tipo de personas: amigos, médicos, curanderos, etc. En esa recuperación que el protagonista/autor cree que pasa por recuperar su virilidad este consigue recuperar las ganas de vivir no solo a través del proceso de búsqueda sino por la conversaciónn que Felipe establece con su padre y que funciona a modo de catarsis, intentando buscar las razones del comportamiento de este para poder seguir adelante con su vida. El viaje realizado en la primera parte del libro nos lleva a una especie de epilogo, Vida, en la que Felipe dona la médula a su hermana, de manera que un personaje que podemos considerar como un cadáver se convierte en un dador de vida por lo sucedido en su periodo como muerto en vida.
Rest in Peace de Felipe Almendros es sin duda uno de los mejores títulos del año en la que el autor encuentra en su propia vida el mejor tema para ser narrado dentro de un cómic. A partir de los elementos vistos redibuja el concepto de biografía hallando nuevas vías de expresión. Esto lo consigue desde las primeras páginas que se establecen establece a modo de preludio de lo que va a ser la obra: intensa. Lo cual se ve reforzado por el carácter minimalista de la obra acentuado las sensaciones que el lector pueda tener sobre la misma.
No conocía la obra; visto lo que comentas, habrá que leerla
ResponderEliminarMe la apunto.
ResponderEliminarCada vez me da más la sensación que es en el cómic donde mejor funciona el slice of life. Parece que donde mejor se desenvuelve el autor total es precisamente en la historieta, superando el problema del ritmo que a veces nos encontramos en el cine cuando se trata de plasmar estos temas