miércoles, 19 de octubre de 2011

Al menos, a mi parecer... #3


AVERGONZARSE EN PÚBLICO DE LEER SUPERMAN.

Sí, y me incluyo. Yo también he dicho eso exactamente. Me refiero a eso de “Ah, no, es que a mí Superman no me gusta”. Todo buen Friki suelta esa frase cuando se menciona al superhéroe primigenio. Todos nos avergonzamos, para, acto seguido, continuar la frase con un “todos esos poderes, ¿Qué se puede contar con él? Es como, demasiado poderoso”.

Pero reflexionando sobre esa frase, eché un vistazo a la gran biblioteca que tengo en mi salón... ¡Si tengo como 20 tomos de Superman! Unos son historias alternativas (Elseworlds que dicen en DC, historias “imaginarias” que decía un articulista hace unos años, metiéndose en un berenjenal tremendo) como aquel “Superman: Balas Ardientes”, un recopilatorio de Novaro de las aventuras esas bizarrísimas de los 50, y obras maestras como Superman: Identidad Secreta o Superman: Rojo. Y en una posición destacada, el ALL STAR SUPERMAN, de Morrison y Quitely, releído ya un par de veces, siendo una adquisición bastante reciente. Y si miro un poco más al fondo, me encuentro con que también he ido comprando como lecturas de entretenimiento para viajes y vacaciones, esos tomitos que han ido reuniendo sagas y arcos argumentales recientes, como Emperador Joker o Presidente Luthor. ¿Es entonces cierto que no me gusta el personaje? ¿Por qué reconozco abiertamente ser seguidor de Spiderman pese a que en determinadas épocas ha sido soporífero y llorica hasta la extenuación, o digo abiertamente que he leído hasta la saga de Hulk de Loeb y me he divertido, pero me echo atrás con Superman?. 
Venga hombre, es el gran superhéroe. Es el Hércules de los cómics, con ese puntito de Aquiles que le daba la Kriptonita. ¿Es superpoderoso? Joder, pues sí. ¿Hace eso que no se puedan contar buenas historias de él? ¡No! ¡Se han llegado a contar buenas historias hasta de personajes creados por Rob Liefeld! El problema no está en el personaje, sino en la capacidad del guionista para darnos una buena historia. Y también está en que, la historia perfecta para Superman no se ha escrito en los tebeos, sino en otros medios. Al menos, a mi parecer.

SUPERMAN II ES “LA ODISEA” DE SUPERMAN.

Vale, reconoceré otro punto curioso del avergonzarse de Superman: lo hacemos si estamos hablando exclusivamente de leer cómics, pero no del icono, no de la serie “Lois y Clark”, o de las películas de Richard Donner (yo hasta aplaudo la película de Bryan Singer y maldigo desde mi cubil oscuro a Warner y a los espectadores que la pusieron a caldo porque por su culpa nunca veremos su, seguramente magistral segunda película del personaje, una vez sentadas las bases, al igual que hizo con X-MEN 2), y es que, mal que le pese a DC Cómics, no conocemos (ni nos interesa, a priori) el Superman de los cómics.

Trascendió tanto como icono, y funcionó tan bien en la piel de Cristopher Reeve, que no nos interesa que en los tebeos Superman se enfrente a amenazas cósmicas, sino que queremos ver a Clark Kent tropezar patoso al entrar en el Planet, y acudir raudo a rescatar un gatito de un árbol, o cruzar unas palabras con Lex Luthor. Muy concretamente, queremos verle continuamente perdiendo sus poderes que le hacen inmortal por amor, y recuperarlos sólo para poder vengarse del camionero macarra: Queremos ver una y otra vez SUPERMAN II, porque esa es la historia perfecta del personaje, y que si se versiona, ya sea en cómic, en otras películas, o en dibujo animado, funcionará. Al igual que Ulises podría haber vivido muchas otras historias, pero todo el mundo quiere verle en la Odisea, Superman, gracias a Mario Puzo, Richard Donner y Richard Lester, consiguió su historia perfecta como icono en aquella segunda película, que en parte se grabó a la vez que la primera, pero que igualmente, llegó a nosotros completa y con una historia redonda.

Recientemente, el propio Donner colaboró en uno de los mejores cómics de Superman que se han contado recientemente. En pocas palabras, ¿qué sucedía? Pues lo mismo que en Superman II. Es la “Odisea” de Superman, y es un personaje que raramente puede salir de su Odisea y funcionar. No pasa nada, no hay que comerse la cabeza por algo así. Superman, en la memoria colectiva, tiene una gran historia, y nos encanta. Igual que Perseo acabó con la Medusa o Teseo escapó del Laberinto del Minotauro, Superman perdió los poderes voluntariamente para luego hacer eso de arrodillarse ante Zod, y darle un palizón humorístico al camionero. Y ya está, esa es la jodida mejor historia de Superman. Nos creemos más que Superman es ese ser superpoderoso e inmortal en escenas sencillas de las películas, que cuando le vemos en los cómics luchar contra seres irreales en medio del espacio.

En los tebeos (en los que, salvo que el dibujante sea un inepto, no se escatima en efectos especiales), se esfuerzan en contarnos lo titánico que es el personaje, y cómo se va al espacio a pelear con supermonstruos. Pero su personalidad tiende a ser plana. Y eso no funciona. Somos más conscientes de su superpoder, si nos parece humano, si tiene errores que corregir, si sufre y cae para luego levantarse (como diría el padre de Bruce Wayne). En el fondo, queremos que un tipo que podría partir la tierra en dos con sus dedos, salve gatitos. Y que, aún conteniendo su poder, sea algo vengativo y juguetón.

Ya me comentan que Morrison, en este “reseteo DC” en el que se le ha pedido expresamente que reinvente los orígenes de Superman para disimular que ya no tienen los derechos de “Superboy”, ha plasmado más a ese Superman socarrón y vengativo que recordamos de las películas. Y me parece lógico, porque Morrison sabe que está trabajando con un icono al que algunos conocemos y valoramos mucho más por las películas o dibujos animados, que beben de las primeras visiones del personaje, que por los tebeos publicados desde los años 70 en sus series regulares.

Iván Sarnago. @SERIEBCOMICS



10 comentarios:

  1. Jajajajaja!
    Tío, cada vez son mejores estas tiras!
    Ay, tengo que buscar la manera de editarlas cuando haya muchas XD

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  2. Y conste que yo no he dicho esa frase nunca.
    ADORO el personaje y ODIO a los malos guionistas.
    Un mal guionista puede hacer un tebeo resultón de Batman, pero un buen tebeo del Supes solo lo puede hacer un buen guionista.

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  3. Yo esa frase la he oído mucho en salones del cómic charlando con amigos. Y, como digo, confieso haberla dicho también.

    Pero es como ser rockanrollero y que te de vergüenza reconocer que te maravilla escuchar a los Beatles... Algo así.

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  4. Pues voy a ser la excepción y diré que SIEMPRE me ha gustado Superman, aunque admito que no lo he defendido como aquí se ha hecho. Tampoco disimularé que me encantó 'Superman Returns' como homenaje a los filmes de Richard Donner, el primer y segundo film con Christopher Reeve de protagonista y la nueva Action Comics. Me encanta.

    En cuanto a ¿qué se puede hacer con un personaje tan poderoso? No creo que exista uno más maltratado en el panteón DC: control mental, kryptonita de todos los colores, daño por magia, muerto a golpes, convertido en energía, sobrecargado de poder a lo Hulk... pero, ¿y lo que entretiene leerlo?

    PD.: De quien he renegado alguna vez ha sido de Spawn...

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  5. Nacho, no hables de "Spawn" que la liamos; que tengo ganas de hacerlo harapos de carne.
    El problema de base de Superman es que le han endilgado un sesgo ideológico (curiosamente, los mismo detractores de la imagen "republicana" de Super luego la han usado para canonizar al santo progre, Obama, sin empacho) que no tiene. Y, claro, la facundia y enjundia europea ha hecho eco del "postulado" y así nos vemos. Malvadamente, se ha establecido el binomio Superman=fascismo (!) y no hay forma de quitarle el sambenito al hombre. De ahí que avergüence leerlo en público.
    Superman, cierto, depende de quien lo guionice; John Byrne hizo una masacre con él, pero en "Kingdom Come", es supremo. (Y hablando de supremos, el bastardo del pelo blanco...)
    Una anécdota: cuando hicimos lo de la semana del cómic, en una tertulia se nos presentó un enaltecido defensor del manga ("Es lo más mejón, los tebeos mericanos son mierda, ¡viva Toriyama!")... cubierto con una camiseta con el sigul de Superman. A ver cómo se puede tomar a alguien tan contradictorio en serio.

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  6. Yo coleccioné Spawn durante casi 100 números. Y hay una etapa sinceramente maravillosa, pero vamos, puedo entender que como personaje en realidad no valga nada si no se le escribe bien (volvemos al mismo tema) Pero un día me releeré aquella etapa en la que cada número era casi una historia suelta, Capullo dibujaba inspirado y el/los guionistas, utilizaban a Spawn cual leyenda urbana casi inexistente...

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  7. Qué tiempos aquellos... por ejemplo, ese 'Spawn: Blood and Shadows'. Como dices, es la etapa buena de Spawn, luego llegó Ángel Medina a los lápices y sus dibujos indescifrables . Y eso sin mencionar los atentados en forma de retcon que iba sufriendo la serie a partir de entonces. Un caos.

    Bueno, culpa mía por mencionar al personaje ¿no estábamos hablando del kryptoniano? xD. Kingdom Come es para echarle de comer aparte: Superman siempre interesa cuando abraza su condición de líder, fascista o no.

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  8. Y cuando salva gatitos. aunque pudiera freir la tierra con su visión calorífica.

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  9. No os enfadéis, que era para animar la entrada.
    Que sé de un sitio que ni queriendo tiene comentarios...

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  10. Jajaja!
    Todos sabemos a que te refieres, Antonio.
    Ah, yo ODIO Spawn, gracias, me habéis arreglado el tema del domingo...

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